Entre el nazismo alemán y sionismo israelí no hay diferencias, ambos basan sus ideologías en la superioridad de razas, la limpieza étnica y la expansión territorial (espacio vital), Manus Militaris de territorios que consideran fundamentales para su desarrollo.

En la Alemania nazi, el antisemitismo comienza desde los albores del surgimiento mismo de la figura de Adolfo Hitler; a finales de Primera Guerra Mundial, sobre todo, luego de los acuerdos del Tratado de Versalles, en el que los vencedores de esa contienda bélica impusieron a esa nación sanciones onerosas.

La propaganda nazi, estuvo dirigida a crear la percepción de que los empresarios judíos eran los responsables de su derrota, exacerbando los ánimos de la población hasta un paroxismo, que comenzó en septiembre de 1935 con la aprobación de las Leyes de Núremberg, las cuales negaban la ciudadanía alemana a los judíos y una ley para la Protección de la Sangre que prohibía todo matrimonio mixto entre judíos y alemanes, sin importar que los primeros hubiesen nacidos de generaciones anteriores con raíces económicas y sociales en esa sociedad, viéndose poco a poco despojados de todos sus derechos como ciudadanos. y que continuó con la llamada Noche de los Cristales Rotos en 1938; un año antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Estos hechos devinieron en la llamada solución final, como la decisión a la cuestión judía; que consistió primero en la concentración de toda la población de origen judío en los llamados guetos, luego del traslado a campos de concentración, exterminados por fusilamientos y envenenamientos en cámaras de gases para luego ser cremados.

Políticas estas ejecutadas por fanáticos extremistas del nazismo hitleriano, encabezado por Hermann Göring, Heinrich Himmler, Adolf Eichmann y el más terrible asesino de las SS alemana, Reinhard Heydrich, a quien Göring escribió en julio del 1941:

"Complementando la tarea que le fuera encomendada a usted por decreto del 24 de enero 1939, para llegar en la cuestión de los judíos a una solución lo más favorable posible, según las circunstancias actuales en forma de su emigración y evacuación, le encargo por la presente tomar todas las medidas preliminares necesarias de organización y de índole material para la solución integral del problema judío dentro de la zona de influencia alemana en Europa"; agregando "Le encargo, además, presentarme a la brevedad un proyecto integral referente a tales medidas para dar cumplimiento a la deseada solución final del problema judío".

Hoy 80 años después de haber terminado la pesadilla nazi de la solución final sobre el pueblo judío, el ministro de defensa de Israel, Israel Katz, ha traído al escenario lo que su gobierno sionista llama la solución final a la situación del pueblo palestino de la Franja de Gaza diciendo:

"He dado instrucciones a los militares para que preparen un plan para trasladar a todos los palestinos de Gaza a un campamento en el sur del territorio", una evidente violación de los derechos del pueblo gazatí al que el sionismo pretende expatriar de un territorio ocupado por ellos por siglos, siguiendo la misma política del líder del Tercer Reich con los hacinamientos involuntario de la población gazatí en guetos.

Según Katz, su plan es establecer una "ciudad humanitaria" sobre las ruinas de la ciudad de Rafah, para albergar inicialmente a unos 600.000 palestinos y eventualmente a toda la población de 2,1 millones de personas de la Franja de Gaza.

Agregando que: "una vez que las personas se encuentren allí no se les permitirá salir”, lo que lo convierte en una especie de prisión colectiva negadora de los más elementales derechos humanos y de decenas de acuerdos internacionales.

¿Cuál es la diferencia entre los guetos nazis donde perecieron millones de judíos y estos a los que el sionismo quiere someter al pueblo palestino, tanto de Gaza, Cisjordania y Jerusalén? Ninguna.

En ambos, el confinamiento es obligatorio, las salidas restringidas y la muerte que merodeaba diariamente en los guetos nazis, con el trabajo agotador y las cámaras de gas. En la del sionismo, lo hace por el hambre a que someten a miles de niños, mujeres y ancianos que pierden la vida por la falta de un pedazo de pan con el cual saciar la falta de alimentos que los mata lentamente.

Con el apoyo implícito de Donald Trump, Netanyahu quiere llevar hasta las últimas consecuencias su plan de limpieza étnica mediante la ocupación militar permanente de Gaza, anunciando: "Es hora de dar los pasos finales. Para conquistar definitivamente Gaza, formalizar su ocupación, establecer un gobierno militar y desplazar a campos de concentración dos millones de palestinos".

Esta acción genocida debe ser condenada por todas las naciones y organizaciones amantes de la paz en los cinco continentes y ningún gobierno puede prestarse a recibir en condición de refugiado a un solo palestino.

Que lo sepa Donald Trump, Benjamín Netanyahu e Israel Katz, que la única solución viable que traerá la paz a la convulsionada zona de Medio Oriente es el reconocimiento de la existencia de dos estados, como lo estableció la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947 de la organización de las Naciones Unidas (ONU) que dividiría el antiguo territorio palestino en dos estados: uno judío y otro árabe. Los sionistas mayores favorecidos con la misma nunca han querido reconocer la existencia de dos estados.

Cualquier otra solución que implemente el sionismo no traerá paz y debe ser considerada como un crimen de lesa humanidad.