La mirada de Dios

marca perspectivas nuevas

en los que esperan con humildad

y asumen su palabra.

Los ojos de Dios

exploran el alma,

cambian el corazón,

levantan el ánimo,

fortalecen nuestro espíritu.

Su vista descubre la hondura

del ser que nos habita,

elimina el dolor de antaño,

sana heridas abiertas,

es bálsamo todo el año.

Míranos, Señor.

Dinorah García Romero

Educadora

Investigadora del Centro Cultural Poveda - Directora  del Proyecto: Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda. - Titular de Formación continuada en el Centro Cultural Poveda. - Docente del  Máster en Psicología de la Educación y Desarrollo Humano en Contextos Multiculturales,  Universidad de Valencia-Universidad Autónoma de Santo Domingo. - Co-Directora de Tesis en el Programa de Doctorado en Educación, Universidad de Valencia-Universidad-Autónoma de Santo Domingo.  

Ver más