Esa infinita realidad,
que es el fin de la existencia material del ser,
se agota en nuestra levedad y no en nuestra eternidad.
El último artículo publicado que redacté termina con la siguiente expresión: El mundo que viene. Sin embargo, confieso que ese era el título del artículo que quería escribir, pero no alcanzaba a la argumentación necesaria para realizarlo.
Cuando intentaba realizar hipótesis y deducciones, no encontraba cómo estructurarlos. Dentro de esa idea: El mundo que viene. Por un momento pensé en aranceles, guerras comerciales, balance de poder, desbalance político estratégico y militar, pero qué va, no alcanzaba a realizar una estructuración lógica.
En medio de lo que significa en el acontecimiento trágico del Jet Set, de nuevo he querido recuperar esa idea de El mundo que viene, pero ahora no ha sido posible pasar por alto al gran filósofo Martin Heidegger en su obra Ser y Tiempo, donde dice que entre las infinitas posibilidades que tenemos hoy es la de perecer. Pero hoy nadie lo piensa, ni siquiera usted que está leyendo este artículo.
En mi clase de Ética Pública, asociada al estudio de las diferentes escuelas de pensamiento filosófico, cuando plasmaba esa idea los estudiantes de este nivel del posgrado se sorprendían, hasta se asustaban, cuando les decía que entre las infinitas posibilidades que tenemos hoy es no ver la luz del mañana. Entonces, esa infinita realidad que es el fin de la existencia material del ser se agota en nuestra levedad y no en su eternidad.
Estos acontecimientos que son capaces de crear una conmoción del Alma Colectiva, de desgarrarnos, hasta que el dolor supere al dolor en su infinita presencia. Que el espacio vital del tejido social colapsado, una distinción desde la sociología de lo urbano, una raíz capaz de cruzar fronteras, donde todos podíamos y todos nos ha recreamos.
Y es que el ocio es tan necesario como el trabajo, después de su disfrute se puede generar mayor creatividad, mayor productividad. Domenico De Masi en su obra: El Ocio Creativo, sociólogo italiano, es necesario conciliar el trabajo con el tiempo de ocio.
El que anda solo en la materialidad, no podrá entender el porqué de las cosas, no podrá entender el no ser del estar en el espacio vital de la muerte, y no podrá tampoco entender por qué ser elegido entre las infinitas posibilidades de estar arrojado en ese espacio vital como dijo Heidegger.
Entonces aquí entra lo sobrenatural, lo incomprensible, lo determinante, y lo determinado desde la filosofía religiosa se explicaría desde la fe, pero desde otro campo se explicaría desde la suerte, o el determinismo, como fecha fatal en lo que todo debe transcurrir y finiquitar.
Que sirvan estas lecciones para comprendernos más desde el amor, porque solo las obras de amor te llevan a la felicidad, mientras disfrutemos de esta existencia breve del ser. El objetivo principal debe ser la vida, porque al final nadie puede solo, y en el altar de nuestras conciencias cabe el reposo, la paz, cuando hemos obrado bien y con sentido de humanidad. Que el dolor supere el dolor, y que la esperanza sea el camino, para drenar el dolor colectivo, de la mayor tragedia del pueblo dominicano.
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