José Basora se desempeñaba como alcalde pedáneo de Santo Domingo en el año 1820. Natural del principado de Cataluña, se casó con Gregoria Fernández Ramírez en 1817 con quien procreó al menos cinco hijos: María Magdalena Liverata (1812) María de Altagracia (1814) Manuel Encarnación (1819) María Francisca Genera (1820) María de Belén (1822) y Josefa Basora Fernández. Esta última se casó con su pariente Juan Basora en 1817 con quien procreó al menos una hija: Dolores Basora Basora (1819). Tomás Bobadilla los representó como notario en el matrimonio.

José Basora registra esclavizados desde al menos el principio del 1800, pero es en un solo día, el 10 junio de 1821, que aparece como propietario de 30 esclavizados recién llegados de África, con unas edades comprendidas entre 20 días de nacido y 36 años. Todos bautizados por el mismo sacerdote y en la misma parroquia. Todos refieren como lugar de procedencia las “costas de Guinea”.

Meses después, en agosto de 1821, bautiza la que sería su última esclava registrada -al menos en la catedral- se trata de Rosa, “una negra bozal de unos 18 años”.

Teniendo en cuenta que solo seis meses después del último bautizo de un esclavo de su propiedad se haría efectiva la abolición de la esclavitud en la parte oriental de la isla y que según los datos manejados por el historiador Franklin Franco un esclavo en 1812 costaba unos 300 pesos[1], el catalán José Basora hizo un mal negocio.

Sin lugar a dudas, es sobre todo a través de sus esclavizados que el apellido se propaga por el territorio que luego sería la República Dominicana. Los esclavizados propiedad de José Basora, bautizados el mismo día 10 de junio de 1821, son los siguientes:

Jacinta, de 23 años; Pilar, de 25 años; Antonia, de 30 años; Carlota, de 25 años; Inés, de 24 años; Catalina, de 20 años; Teresa, de 33 años; Pilar, de 25 años; Carolina, de 25 años;  Gabina, de 30 años; Bonifacio, de 15 años; Rafael, de 10 años;  Lucas, de 11 años; Ciriaco de 7 años; Ramón, de 25 años; Trinidad, de 20 años; Arcadio, de 16 años; Fidel, de 25 años; Narciso, de 36 años; Domingo, de 24 años; Bernardino, de 23 años; Diego, de 18 años; Alberto, de 23 años; Ventura, de 17 años; Estevan, de 32 años; Justo, de 35 años; Jorge, de 36 años; Pascual, de 19 años; Constancia, de 14 años; y Roque, de 20 días de nacido.

Este tipo de bautismo colectivo, sugiere que fueron adquiridos juntos o con pocos días de diferencia. Algunos de sus esclavos y cercanos se encuentran relacionados en actas de bautismos y matrimonios con nombres de figuras destacadas en los movimientos independentistas como Pablo Alí, Tomás Bobadilla y otros militares cuyo rango se especifica en dichas actas.

No es descabellado pensar que tantos esclavizados juntos, ubicados en las cercanías de Monte Grande, presumiblemente el área donde hoy se ubica Mendoza, tomaran participación activa en la revuelta que se gestó en el lugar, como lo hizo el más recordado de todos: Santiago Basora.

Un individuo llamado José Basora está enterrado en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen. Milciádes Núñez, en su publicación “Monumentos necrológicos: la iglesia del Carmen” recoge los siguientes datos: “José Basora, con esta inscripción: “Yace aquí el (no legible) José Basora (no legible) natural de Tarragona, en el principado de Cataluña, nació el 21 de junio de 1789, falleció el 4 de diciembre de 1823”[2].

El que está enterrado podría ser uno de sus hijos, pues una hija de este, Josefa, se casa en 1817 y declara a su hija Dolores en 1819. Él tendría 17 años para la fecha de la boda y sería abuelo a la edad de 20 años, razones por las que no puede tratarse del mismo.

Larrazábal Blanco afirma que José Basora abandonó Santo Domingo en 1822 rumbo a Puerto Rico[3] donde hemos encontrado portadores del apellido desde mediados del año 1800. Un estudio posterior podrá determinar sin guardan algún parentesco.

Aunque no todos sus esclavizados tomaron el apellido Basora, algunos de ellos sí lo hicieron. A los que registró entre 1812 y 1821 y que nos fue posible rastrear sus descendientes, le dedicamos un próximo artículo. 

[1] Franco, Franklin La población dominicana: razas, clases mestizaje y migraciones, Editora Universitaria, Santo Domingo, 2012.Página 150.

[2] https://www.idg.org.do/capsulas/octubre2018/octubre201813.htm

[3] Blanco Larrazábal, Los negros y la esclavitud en Santo Domingo, editora El Caribe, Santo Domingo.

Duleidys Rodríguez Castro

Duleidys Rodríguez Castro es filósofa egresada del Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó. Posee una maestría en Filosofía en el Mundo Global por la Universidad del País Vasco. Es coleccionista especializada en historia de la educación dominicana. Desde hace 17 años se desempeña como profesora de Literatura.

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