Has anunciado que te retiras del ejercicio periodístico tras haberlo ejercido durante más de 40 años.
Has trabajado bien y mucho.
Y es lógico, y también bueno, que quieras descansar haciendo otras cosas.
Seguro que harás muchas otras cosas buenas. Y así seguirás entre todos los que hemos apreciado tu vida y trabajo.
Te vas del periodismo. Pero te quedas. ¿Por qué dejas un ejemplo? De ética. De compromiso. De decencia. De urbanidad.
De excelencia profesional.
Dejas una obra periodística.
Y todo esto será presente.
Será un ejemplo.
El periodismo del bueno que has hecho durante más de 40 años tiene impronta, como el que han hecho otros venerados y venerables periodistas también en retiro, y otros tantos, por fortuna, todavía en la faena.
Hiciste el periodismo y has sido de los periodistas con los que muchos nos hemos ayudado a orientar en la brega por las libertades públicas, los derechos democráticos y contra ese flagelo terrible que es la corrupción.
(Tú, ese periodismo y esos periodistas serán aliciente en medio del ruidoso y depravado espectáculo que ya domina la comunicación de masas en nuestro país).
Te vas, pero te quedas, Gustavo, amigo.
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