En esta media isla los gritos del terror retumban,
ensordecen y nos ciegan con su odio demoledor.
Amigues, imaginemos una media isla sin tutumpotes
donde no podrán dejar su mancha sucia en la cosecha.
Y en la tarde fresca, primaveral,
fundaremos un nuevo Santo Domingo:
territorio libre de trujillistas.
Media isla sin ídolos de barro,
donde la dignidad no se doblega
ante el sometimiento del poder.
Mi Santo Domingo sin guachimanes
Mi Santo Domingo sin las botas
que aplastan nuestro canto fluvial;
Y construiremos las calles de un barrio
donde la ignominia del poder
no sea pan nuestro de cada día.
¿Qué cuesta imaginar otros mundos, espacios y tiempos sin pulpos o vampiros que se alimenten de nuestro sudor?
Imaginemos un mundo otro y diferente
que desmonte con nuestras manos
el culto a los padres de una patria herida:
adiós amiguis a los fantasmas
que trazan líneas divisorias
adiós a los mitos sin memorias
y la humareda trucha hecha miasma
Mundos sin muros que separen
familias, vecinos y hermanas.
Mundos sin fronteras que sostengan
la barbarie del cipayo que aterra.
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