“El afán del día no entra en conflicto con dedicar algunos minutos para mejor comprender dónde estamos y qué somos”.

No debemos perder el asombro ante la ya tan común conversación, compartiendo voz e imágenes personales entre dos personas a distancias de hasta miles de kilómetros, mediante objetos inalámbricos que caben en una mano; por ejemplo, una persona en el país y la otra en España.

Lo anterior se ha hecho posible debido al más profundo conocimiento de características en que se expresa la naturaleza mediante los llamados campos; para el caso, el campo electromagnético.

No es solo asociado a los grandes avances de la tecnología como se expresa el campo electromagnético, sino que la propia luz proveniente del sol, esencial para la vida, es también una manifestación del campo electromagnético.

Ya solo con esas dos referencias se puede considerar al electromagnetismo, cual estudio de esos fenómenos y sus aplicaciones, como una joya, pues precisamente una de las connotaciones lingüísticas de joya corresponde a “calificar algo como excelente o de gran calidad”.

La tan presente electricidad o dispositivos como televisión, radio, computadora y, en general, todo equipo electrónico o que se apoye en componentes electrónicos, se explica en sus operaciones y funcionamiento a partir del campo electromagnético.

Los fundamentos de la teoría electromagnética fueron presentados por Michael Faraday (1791-1867) y formulados por primera vez de modo completo por James Clerk Maxwell en 1865. Desde mucho antes y hasta entonces, la electricidad y el magnetismo no se consideraban parte de un mismo campo. Interesante es saber que la etimología de la palabra electricidad proviene del griego “elektron”, que significa “ámbar”, y es que se relaciona con la observación antigua de que al frotar el ámbar con lana o piel, este atraía pequeños objetos ligeros, un fenómeno luego identificado como electricidad estática.

Hoy se sabe cuáles componentes del campo electromagnético, que un cambio o variación del campo eléctrico genera un campo magnético y viceversa. Se comprende la naturaleza del campo electromagnético desde lo atómico a partir de los electrones que orbitan el núcleo y giran sobre su propio eje —espín—, generando campos magnéticos, lo que explica además por qué un material se vuelve imán, como puede ocurrir con el hierro, níquel o cobalto.

El campo electromagnético también se expresa en ondas a partir de frecuencia —número de ondas por unidad de tiempo— y de sus dimensiones —longitudes de onda—, conformando el llamado espectro electromagnético que comprende —entre otros— la luz solar, rayos X, microondas, ultravioleta, así como las ondas que explican las maravillas de tu teléfono celular.

¡Electromagnetismo, una joya!

Ramón Morrison

Consultor en Desarrollo Organizacional

Profesor de ciencias de primaria, secundaria y universitario ya jubilado, con la misma pasión de entonces.

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