En su desesperada carrera de buscar prensa y mantenerse en el escenario político, el expresidente Leonel Fernández ahora reta al presidente Abinader sobre la cantidad de obras construidas en sus respectivos gobiernos.

Está comparando sus 12 años en el poder con los 4 años y medio de Luis Abinader.

Pero ese no es problema. Leonel Fernández pudo haber construido mas obras que Balaguer, Hipólito, Danilo y Abinader juntos. Obviamente, es un supuesto para decir que el número de obras no cuenta, sino cómo estas se hicieron y cuántos sobornos se pagaron.

Miles de millones se fueron por la alcantarilla en muchas de esas obras en los gobiernos de Leonel Fernández. La corrupción marcó sus 3 periodos de gobierno y se produjeron mayormente en las contrataciones de obras y la compra de bienes y servicios. A eso hay que adicionarle la impunidad prevaleciente, el nepotismo, el frenético proselitismo con nominillas de miles de lambones y agitadores y los frecuentes abusos de poder y violación a las leyes que rigen la administración pública.

Este gobierno no tiene que competir con nadie en cuanto al números de obras públicas construidas. Lo que tiene que hacer es continuar ejecutando esas obras con transparencia, cumpliendo las leyes vigentes y eliminando cualquier tipo de soborno procedente de empresas o personas, sean contratistas o suplidores de bienes y servicios.

En cada concurso de obras, los contratistas deben estar atentos a los procesos de licitación que se llevan a cabo e impugnar las decisiones que se tomen si tienen dudas de que hubo alguna triquiñuela en su perjuicio.

Igualmente, todos los contratos adjudicados deben tener sus respectivos registros en Contraloría, el SNIP y en el registro nacional de contribuyentes. Miles de obras heredadas por este gobierno, principalmente de la desaparecida OISOE y que quedaron a medio terminar, estaban sobrevaluadas en más de un 100%, no estaban registradas en la contraloría ni fueron adjudicadas por concurso. Todo fue de grado a grado, donde los sobornos estaban a la orden del día.

Obviamente, ahora todo es más lento, pero muchos más transparente. Licitar una obra o la compra de bienes y servicios requiere un largo proceso para evitar cualquier error que lo invalide todo. Y ha sucedido varias veces en estos últimos años, lo que demuestra mayor transparencia.

Antes todo era diferente. Seleccionaban al beneficiario a dedo, le hacían firmar un contrato que no se registraba formalmente y les entregaban los fondos para iniciar la obra de inmediato. En un año ya estaba terminada con un costo final dos veces mayor al presupuesto original.

Pero ahí no está la peor parte. Muchas de esas obras y bienes adquiridos tenían numerables vicios de construcción o quedaron a medio talle y los equipos adquiridos nunca llegaron completos o traían otros de marcas diferentes y de menor calidad. Eso se detectó en una auditoría realizada en OISOE con los hospitales construidos y equipados.

En fin, no se trata de cuántas obras fueron construidas en cada periodo de gobierno, sino de los miles de millones que se pagaban en sobornos y en eso Leonel Fernández se lleva la corona.

José Lois Malkún

Economista

Economista dominicano. Trabajó como consultor de varios organismos internacionales, como el BID y el Banco Mundial. Fue director de la Comisión para la reforma del Sector Salud, Ministro de Finanzas y Gobernador del Banco Central, en el período 2003-2004.

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