En el escenario económico posterior a la pandemia, las disrupciones en las cadenas globales de suministro y las tensiones geopolíticas han motivado a muchas compañías a trasladar sus operaciones a territorios más cercanos. Esta práctica, conocida como nearshoring, se ha convertido en una respuesta estratégica para mejorar la resiliencia operativa, reducir costos y minimizar riesgos.

En este contexto, América Latina y el Caribe han ganado relevancia como regiones atractivas para este tipo de inversión, con la República Dominicana posicionándose como uno de los destinos más destacados.

Uno de los pilares fundamentales de este posicionamiento ha sido el régimen de zonas francas, que ha estado vigente por casi cinco décadas. Hoy, más de 840 empresas se encuentran operando dentro de aproximadamente 90 parques industriales distribuidos en todo el país, beneficiándose de un esquema de incentivos fiscales y un entorno altamente favorable para los negocios.

Una localización privilegiada y conectividad eficiente

La ventaja competitiva de la República Dominicana comienza con su ubicación estratégica en el Caribe. Su cercanía con Estados Unidos, a solo dos horas en avión desde Miami y aproximadamente dos días por vía marítima desde los principales puertos de la costa este, permite a las empresas cumplir plazos de entrega más ágiles, lo que resulta complejo desde centros de producción más lejanos como Asia.

El país también se distingue por su sólida infraestructura logística. Cuenta con ocho aeropuertos internacionales de categoría mundial, lo que asegura una conectividad aérea eficiente. En cuanto a transporte marítimo, puertos como Caucedo y Haina se destacan por su productividad y eficacia operativa. Esta red garantiza un flujo de mercancías ágil y seguro, lo cual es crucial para modelos de producción bajo demanda o just-in-time.

Acceso a mercados globales mediante acuerdos comerciales

Además de su ubicación geográfica estratégica, la República Dominicana tiene acceso preferencial a mercados clave. Al ser parte del tratado de libre comercio DR-CAFTA, el país disfruta de la eliminación de aranceles en la mayoría de los bienes comercializados con Estados Unidos y Centroamérica.

También mantiene acuerdos con otras regiones como la Unión Europea a través del EPA CARIFORO-UE, lo que amplía considerablemente su capacidad exportadora. Esta red de tratados permite que empresas establecidas localmente puedan abastecer múltiples mercados – incluyendo Canadá, México y Europa- desde una sola ubicación, consolidando al país como una plataforma exportadora multirregional.

Parques industriales modernos y listos para operar

La infraestructura productiva del país ha evolucionado para respaldar el crecimiento del sector manufacturero. Existen cerca de 90 parques industriales activos a nivel nacional, dotados de instalaciones modernas, servicios confiables, y facilidades complementarias como tratamiento de aguas, seguridad y presencia de aduanas internas. Esta disponibilidad de espacios listos para ser ocupados permite a los inversionistas reducir tiempos de implementación y acelerar su entrada en operación.

Régimen fiscal atractivo y beneficios para inversionistas

Uno de los principales factores que refuerzan el atractivo de la República Dominicana es su régimen fiscal orientado a la inversión. La Ley 8-90, que regula las Zonas Francas de Exportación, otorga exenciones fiscales de hasta el 100 % en prácticamente todos los impuestos aplicables, generando un entorno sumamente competitivo.

Entre los beneficios más relevantes se encuentran la exoneración del Impuesto sobre la Renta, aranceles e impuestos a la importación de materia prima y maquinaria, así como de impuestos municipales, costos por constitución de sociedades, registros de inmuebles y el ITBIS. Este marco legal proporciona condiciones óptimas para desarrollar operaciones sostenibles y adaptables a los desafíos del comercio global.

Un entorno político estable y un clima favorable para hacer negocios

La estabilidad macroeconómica y jurídica es otro de los grandes atractivos del país. Con más de veinte años de continuidad democrática y políticas promercado, la República Dominicana ha logrado posicionarse como una jurisdicción confiable para la inversión extranjera.

Según cifras del Banco Central, la economía nacional experimentó un crecimiento del 5 % en el PIB real durante 2024, lo que evidencia su dinamismo y solidez. A esto se suma un marco legal que protege al inversionista: la Ley 16-95 garantiza igualdad de condiciones para capitales foráneos y permite la repatriación sin restricciones de utilidades y capitales. Además, tanto los contratos como los derechos de propiedad están respaldados por la Constitución, lo que contribuye a un entorno predecible y seguro para operar a largo plazo.

Un socio estratégico para el futuro de la manufactura

En un contexto internacional donde la cercanía a los mercados clave, la flexibilidad operativa y la eficiencia logística son determinantes, la República Dominicana se presenta como un aliado estratégico para las empresas que buscan relocalizar o expandir operaciones.

Su combinación única de ubicación, infraestructura logística, entorno fiscal competitivo y experiencia en zonas francas – respaldada por casi 50 años de trayectoria- la convierte en una plataforma ideal para consolidar operaciones de manufactura a escala global. La estabilidad institucional, el crecimiento económico y la protección legal refuerzan un ecosistema atractivo para empresas con visión de futuro.

Por todo ello, más que una alternativa para el nearshoring, la República Dominicana representa una oportunidad estratégica para aquellas compañías que buscan adaptarse a un mercado cada vez más exigente, asegurar su cadena de suministro y posicionarse para liderar en un entorno global altamente competitivo.

Montserrat Viñals

Montserrat Viñals es abogada de la firma legal Pellerano & Herrera, especializada en consultoría de negocios en las áreas corporativa y fiscal. Con más de 16 años de experiencia, ha enfocado su práctica en derecho corporativo, tributario, aduanero, cumplimiento normativo en prevención de lavado de activos, fideicomisos, inversión extranjera, zonas francas y regímenes especiales. Es miembro del Colegio de Abogados de la República Dominicana, de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) y del Consejo Nacional de Consultores Impositivos (CONACI).

Ver más