Haití es el país con el pueblo más pobre del mundo, donde su sociedad ha sido destrozada por el desorden institucional y el vandalismo, sumido en un caos económico y político que estrangula a los más pobres, que son la inmensa mayoría de su población.

El haitiano no quiere dejar su tierra, pero se ve obligado a emigrar para buscar sustento para sí mismo y su familia y el país que le ofrece una frontera natural para ello, es la República Dominicana. Es una realidad que nosotros, los dominicanos, no podemos ignorar.

Al emigrar, el haitiano se debe someter al tráfico de personas que existe en nuestra frontera auspiciado por un circuito formado por oligarcas y jefes militares de ambos lados. Luego, ese inmigrante pasa a trabajar en la construcción, en la agricultura y en el turismo, ocupandos los empleos que el dominicano abandonó.

¿Cuál es el problema? Es la irregularidad del estatus migratorio del emigrante pues la gran mayoría son indocumentados, pero no es su culpa, pues la entidad que debería documentarlos, o no existe o no funciona. El que abandona su país por necesidad, lo hace como pueda, desesperado, y se somete a las condiciones de la mafia que trafica con el pase de la frontera.

La culpa es de los gobiernos dominicanos que no resuelven el problema de la mafia fronteriza ni regulariza el estatus de los inmigrantes.

El inmigrante haitiano no viene pensando en que esta parte de la isla les pertenece, es más, la mayoría desconoce la historia de los 22 años que ocuparon la parte oriental de esta isla. Recordemos que millones de niños en Haití no van a la escuela debido a la gran crisis existente desde hace decenas de años. El 63% de la población es analfabeta porque no acude a la escuela y si no acude a la escuela quién le puede enseñar que nos ocuparon por 22 años.

Todo es una farsa auspiciada por los grupos de poder que obtienen ganancias con el desorden migratorio existente.

Ese inmigrante viene pensando en ganarse la vida en base a su trabajo, cosa que en Haití no puede. Viene a obtener la forma de ayudar a su familia que quedó atrás. Qué va a pensar ese pobre diablo en “invadir” nuestra Patria si solo le da el tiempo para trabajar y obtener su manutención y la de su familia.

Enfocar “nuestros cañones” contra los inmigrantes haitianos es una injusticia. A quien debemos culpar es al gobierno de turno para que elimine la mafia traficante y que organice la migración como debe ser.

Se debe fomentar la industrialización de las zonas fronterizas con incentivos que mejoren la calidad de vida y que haga de la frontera una región de desarrollo provocando la convergencia de los ciudadanos dominicanos con los haitianos.

Denunciemos a la casta empresarial parásita del trujillato que a la muerte del tirano robaron las tierras, industrias y bienes nacionales que aunque eran de Trujillo, a su muerte quedaron en manos del Estado. Los cortesanos del dictador ya venían saciando su ambición adquiriendo tierras mediante un ejercicio engañoso y a la muerte del tirano empezó una estratagema de adjudicación de bienes que le habían quedado al Estado, robo que culminó en el gobierno de Leonel Fernández que vendió a precio de vacas muertas las empresas que quedaban. Así las familias Vicini, Armenteros, Brache, Bonetti, León, Bermudez, Brugal y Grullón a las que se le han unido González Cuadra, Najri, Martí, Estrella, Raineri, Marranzini, García Castellanos, Román Ramos, Rizek, Lama, Bisonó y Corripio, constituyen la oligarquía dominante dominicana que son los verdaderos culpables del desorden reinante en nuestra tierra y una buena parte apadrinan la situación que se vive en nuestra frontera.

Las leyes dominicanas, en lo referente a la protección laboral, se aplican por igual a nacionales como extranjeros, esten regulados o no, sin embargo para que un trabajador adquiera un seguro de salud debe estar en condiciones migratorias que indica la ley. Por lo tanto, los dueños de hoteles, los ingenieros constructores y los grandes emporios comerciales y agrícolas se economizan una enorme cantidad de dinero que no usan para asegurar a sus trabajadores ilegales y esa es la causa que los hace fomentar el desorden migratorio.

Mientras, los responsables del control fronterizo que son los militares, se encargan del negocio del tráfico de lo que pasa por la frontera. El indocumentado debe pagar entre 20 mil a 35 mil pesos y los que cuentan con permiso 4 mil.

El inmigrante haitiano entra en un verdadero infierno financiero que le destruye su esencia de ser humano: paga por entrar, trabaja pesado como un esclavo, con el dinero que gana compra sus alimentos y otros artículos en los comercios de las familias poderosas, son asediados por la policía en el acontecer diario en donde debe pagar para que lo pongan en libertad, es decir son el instrumento de un negocio redondo que empieza beneficiando a militares y luego a la plutocracia que nos gobierna.

¿Es Haití, en realidad un Estado Fallido? NO… Es un Estado anárquico controlado por la plutocracia de ambos países. ¿Acaso no se han preguntado el por qué las “bandas incontrolables” no asaltan los grandes negocios en Haití, por qué no asaltan las mansiones de Petion Ville? ¿Por qué no cruzan la frontera ?. ¿No disque son incontrolables? Es porque son financiadas por esas familias que dominan ambas naciones.

Con todo el desorden que hay en Haití, nuestras exportaciones hacia ese país en vez de disminuir, aumentan. Los camiones van y vienen sin problema.

La propaganda perversa manipula el sentir dominicano en contra del haitiano con la supuesta “invasión” creando en nuestra población una aversión anti-haitiana.

Todo está muy bien orquestado siendo el negocio que más dividendos les deja a las familias poderosas y militares implicados. Sus beneficios son mayores que los que produce el narcotráfico y el de las armas.

Máximo Pericchi Eusebio

Médico

Médico cirujano ortopedista y traumatólogo infantil y adultos. Subespecializado en microcirugía del miembro superior. Traumatólogo deportivo. Especializado en el Complejo Científico Ortopédico “Frank País”, La Habana , Cuba. Jefe del servicio de ortopedia y traumatología pediátrica del hospital Docente Universitario “Dr. Darío Contreras” por 25 años. Fundador y Editor de la Revista científica de la Sociedad Dominicana de Ortopedia y Traumatología -SDOT (2005-2015). Co-Editor de la Revista Lationoamericana de Ortopedia y Traumatología (2012-2014) años. Jefe Médico Leones del Escogido BBC (1997-2007), Médico Club Atlético Licey (1997-2001). Médico Ballet Clásico nacional (1994-2001) Médico Traumatólogo Consultante academias de beisbol Cardenales de SanLuis, Yankees de New york, Medias Rojas de Boston, Rojos de Cincinati y rokies de Colorado, años 1998-2007. Docente universitario Universidad Tecnológica de Santiago-UTESA (1983-1987 / 1992-1993. Profesor 1er. Diplomado de Medicina del Deporte - INTEC. Brigadista internacionalista de salud en Nicaragua 1979.

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