Al correr 2025 podemos hacer buenas comparaciones tomando el año de la COVID como referencia. ¿Qué pasó antes y qué ha pasado después? No hay dudas de que el desastre de 2020 y la posterior recuperación en 2021 marcan un punto de inflexión para muchos sectores de la economía. En ese contexto llama la atención el sector Construcción porque sus datos parecen insinuar un antes y un después.
Entre 2010 y 2019, antes de la COVID-19, el sector Construcción registró una tasa de crecimiento real anual de 7.6%, igualando al sector Financiero y ubicándose como la segunda más alta después de Minería. Esta tasa fue 1.3 veces superior al crecimiento promedio de la economía en ese mismo periodo, que fue de 5.6%.
Pero más relevante aún es que el sector Construcción fue por mucho el que más aportó al crecimiento de la economía en ese periodo, un 14.7%, muy superior al desempeño de los sectores comercio, transporte, otros servicios, manufactura local, turismo, sistema financiero y minería, como se observa en la gráfica 1.
Esto permitió que, a partir del 2018, el PIB de la Construcción superara al de toda la Manufactura Local y se convirtiera en el sector de mayor peso en el PIB de la economía. Hasta aquí la historia está muy bonita y en síntesis: El sector Construcción creció mucho antes del COVID y fue el que más contribuyó al crecimiento de la economía.
En 2020 la economía se desplomó (-7.9) y se recuperó vigorosamente en 2021 (14.0%). El sector Construcción siguió ese mismo comportamiento: cayó durante el COVID (-9.7%) y tuvo una recuperación espectacular en 2021: 22.8%.
Pero la historia ha sido otra a partir de ahí. En efecto, en los años 2022-2024 la economía tuvo un crecimiento promedio de 4.1%. En cambio, la Construcción creció apenas un 1.6%, menos de la mitad que la economía en general. Y como se observa en gráfica 2, es el segundo sector de peor desempeño en los últimos tres años, detrás de minería.
Se pueden adelantar varias hipótesis de lo que ha ocurrido con la construcción. Veamos:
- Las tasas de interés fueron relativamente altas en el periodo 2022-2024, primero para combatir el choque de inflación importada y luego para reducir las presiones en el mercado cambiario ante el alza de las tasas de interés en Estados Unidos. Es una buena explicación, pero aquí surgen las dudas, pues el sector creció muchísimo en el periodo 2010-2019 y las tasas de interés también eran altas.
Aquí hay que tomar en cuenta que, para contrarrestar esta situación, del 2009 a la fecha, a través de 10 operaciones de Liberación de Encaje y/o Facilidades de Liquidez Rápida (FLR), el BCRD puso a disposición del sistema financiero casi 7 puntos del PIB para que diversos sectores pudieran acceder a financiamiento más barato que el de mercado. Esto representó un promedio anual de 0.7% del PIB en los 10 años considerados.
Y hay que decir que estas facilidades han estado dirigidas en su mayor parte al sector construcción y a la adquisición de viviendas. Por ejemplo, La última liberación de encaje en noviembre de 2024, por RD$ 35,355 millones, fue totalmente destinada a dicho sector: 60% para préstamos interinos para la construcción, remodelación de viviendas, y préstamos hipotecarios para la adquisición de viviendas; y el restante 40% para adquisición de viviendas de bajo costo.
- El bajo nivel de inversión pública en estos años puede ser otro factor que esté explicando el problema del sector Construcción. En efecto, la inversión pública ejecutada en el periodo 2022-2024 fue menor cada año en promedio en un 1.5% del PIB a la efectivamente ejecutada en el periodo Pre-COVID. A valores en pesos del año 2025 esto implica que aproximadamente este Gobierno está invirtiendo unos RD$ 10,000 millones de pesos mensuales menos de lo que se invertía antes del COVID. Estas son cifras mayores.
- Trabas burocráticas: en junio del año pasado la Asociación Dominicana de Promotores y Constructores de Viviendas (ACOPROVI) denunció que enfrentaba demoras de más de seis meses en la aprobación de permisos para iniciar proyectos de construcción por parte del Ministerio de Medio Ambiente, lo que, en palabras del gremio, “estaba afectando el desarrollo, las inversiones y el crecimiento económico del país.”
- Más recientemente, el tema de las deportaciones de inmigrantes ilegales puede estar impactando el sector, aunque no hay datos firmes al respecto. Pero si consideramos que el 85% de la construcción opera en la informalidad laboral, de acuerdo a los datos de la Encuesta Continua de la Fuerza de Trabajo que publica el Banco Central, no hay dudas de que este tema puede estar incidiendo en el comportamiento del sector en los últimos meses.
En resumen, puede haber muchos factores que estén impactando negativamente el sector. Pero está claro que ya se insinúa una tendencia preocupante que debe llamar la atención de las autoridades. En el primer trimestre de este año, el sector Construcción tuvo un crecimiento negativo de -1.2% (mientras la economía creció 2.7%). Este sería el cuarto año consecutivo en que la Construcción crecería mucho menos que el promedio de la economía. Es un tema que debería ocupar el debate de políticas públicas.
Compartir esta nota