El 14 de marzo de 1982 quedó grabado en la página tenebrosa de la infamia política de América Latina por ser el fatídico día en el que Pablo Escobar, escudado en el terror, emergió de las urnas convertido en suplente de la Cámara de Representantes de Colombia.

A propósito de este y otros acontecimientos, la historia refleja que el crimen organizado es un peligroso lobo disfrazado de oveja mansa para asaltar a los grandes partidos políticos. Tal fue el caso de la Cosa Nostra, bajo la jefatura de Lucky Luciano, quien creó un cargo en su gabinete criminal para el manejo de las relaciones con las esferas políticas, judiciales y policiales, al frente del cual designó al capo Frank Costello, calificado por Eric Frattini, en su libro Mafia, S.A., como el más grande corruptor.

Relata el referido autor que, en el año 1932, en la Convención Nacional del Partido Demócrata, celebrada en Chicago, que escogió a Franklin D. Roosevelt como candidato a la Presidencia, Frank Costello se hospedó en el Hotel Drake, donde se encontraban las principales figuras, lo que le facilitó darle la mano a quien después se convertiría en presidente de los Estados Unidos.

Los que instrumentalizan el narcotráfico en las campañas electorales dirigen feroces ataques contra quien preside el partido contrario y el candidato principal. Así es como el joven presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), José Ignacio Paliza, quien todo el mundo sabe que es un dirigente político y funcionario honesto, sin vínculos con personas del bajo mundo, ha sido objeto de las más injuriosas y difamantes campañas de rumorologías. Pero, aunque nadie cree en los perversos rumores lanzados en su contra, él y su familia lo sufren, sobre todo su joven esposa.

Por tanto, en su valiente discurso Paliza habla por si y por su partido, dejando clara su posición, la de su organización y la de su Gobierno, de tolerancia cero contra el narcotráfico, proponiendo que los partidos políticos sean considerados sujetos obligados en materia de antilavado, de modo que tengan controles financieros, sean auditados internamente y sus fondos transparentados de manera rigurosa.

En ese sentido, el presidente del PRM le recordó a las demás organizaciones políticas que “el narcotráfico no distingue partidos” lo que, por experiencia, saben que es así, Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana, lo mismo que sus respectivos líderes, los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina.

Sin embargo, el gran aporte del partido de Gobierno a la lucha contra el narcotráfico es el entierro de la impunidad y, por via de consecuencia, la persecución y procesamiento de todos los que forman parte de esa actividad criminal, sin importar origen social ni vínculo partidario, como lo comprueban los hechos.

La verdad se impone al malsano rumor, cuando el Gobierno del presidente Luis Abinader recibe el reconocimiento de los Estados Unidos y las principales agencias persecutoras del terrible flagelo, al tiempo que muestra el decomiso de 226,000 kilos de drogas y más de 182 mil personas detenidas, cifras impresionantes que superan ampliamente las de 20 años de gobiernos peledeistas.

En fin, el PRM acciona y está depurando su padrón para la renovación de sus directivos y la selección de los candidatos que postulará en las elecciones del 2028.

Eddy Olivares Ortega

Abogado

Licenciado en Derecho y Postgrado en Derecho Penal, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Magíster en Derecho Constitucional y Derechos Fundamentales, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y Maestría en Derecho Constitucional y Derechos Fundamentales, Universidad de Castilla La Mancha (UCLM), España. Desde el año 2006 Miembro Fue miembro titular de la Junta Central Electoral (JCE) hasta el 2016.

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