Quiero hacer un llamado de atención al presidente Luis Abinader; al ministro de Estado de Salud Pública; a los directivos del Colegio Médico y a los senadores y diputados del país, en torno a la pasantía médica como un contrasentido que no debe continuar exigiéndose en el país, principalmente en el gobierno del cambio.
¿Cómo es posible que se le exija a un novel de medicina, algunos con salarios y otros no, que vaya a un lugar remoto, sin supervisión, diagnosticar y tratar enfermos, sin el exequatur, es decir, que ejerza ilegalmente la medicina por un determinado período de tiempo en el país, para luego otorgarle el permiso o exequátur para que la ejerza legalmente?.
Consultando con Gemini IA de que la Ley sobre la pasantía médica en nuestro país cursa desde 1941, no es hasta la Ley 146-67 y su modificación la Ley 478 de 1972, que es un prerrequisito para que los médicos obtengan el exequátur que les autoriza a ejercer la medicina en el país.
Gemini IA señala que Cuba, tras el éxodo masivo de médicos a partir de 1959, tuvo que reformar radicalmente su sistema y puso un gran énfasis en la formación de un cuerpo médico con un fuerte sentido de servicio social. Aunque la pasantía dominicana tiene raíces en la era de Trujillo, su consolidación como requisito fundamental para el exequatur en 1967/1972 refuerza el modelo de servicio obligatorio para el ejercicio profesional, un concepto vital en el desarrollo de los sistemas de salud pública post-revolucionarios de la época.
Recuerdo que el presidente Kennedy en 1961, lanzó la Alianza para el Progreso como ayuda social y política para contrarrestar la incipiente Revolución Cubana. Aunque no tengo pruebas fehaciente, posiblemente tomó más fuerza la pasantía en el país, para mostrar políticas sociales al campesino, ya que en esa época la mitad de la población vivía en el campo. Mejorar el acceso a la salud pública en zonas rurales podía verse como una medida para combatir la inestabilidad social y tal vez frenar la idea de establecer focos guerrilleros imitando la Revolucuón Cubana.
En 1984, fecha en que me matriculé en la UASD, las inscripciones de todo un año eran de RD$ 15,00, RD$ 30.00 y RD$ 45,00 pesos, según el nivel económico de las familias. Nos decían, que por ese coste de matriculación, justificaba la pasantía, no así, para las demás profesiones. Hoy, la UASD, que es la más barata de todas las universidades, la matriculación se hace por créditos que oscilan desde RD$ 50.00 el crédito más barato a RD$ 125.00 multiplicado por 367 créditos, que es el total de la carrera de medicina. Estas sumas, van desde RD$ 18, 350.00 a RD$ 45,875 pesos, sin contar cada semestre con la inscripción obligatoria, carné, pago por uso de biblioteça, laboratorio y seguro médico.
Informes recientes señalan un 21.3% de personas que viven en lan zona rural, mientras el 78.7% en zona urbana. Además, las zonas rurales están muy cercanas de las urbanas a través de caminos vecinales desarrollados en los últimos 50 años, lo que no justifica la pasantía, pero sí los médicos familiares.
Propongo suspender la pasantía médica derogando la Ley y cambiarla por un exámen de conocimientos de las materias básicas en la mañana y clínicas básicas en la tarde: pediatría, ginecología y obstetricia, medicina interna y cirugía en la tarde. Examen organizado por el Ministerio de Educación Superior y la Asociación de directores de medicina de las universidades, para otorgar el exequatur aquellos que los aprueben.
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