Algunos líderes políticos ganan titulares diciendo que la economía está en crisis o que el gobierno del PRM está en caída libre. Le cargan al gobierno todos los problemas del país, aunque sus orígenes tengan 10, 20 o 30 años y los culpables sean hoy los mismos que ayer crearon esos problemas.

Los dominicanos deben diferenciar lo que es una crisis mental de una crisis económica. Y esos líderes opositores sufren de una crisis mental, bastante grave, que debería ser atendida por médicos especialistas.

Porque si hay una economía fuerte, con fundamentos macroeconómicos sólidos y resiliente a factores externos adversos, esa es la economía de República Dominicana. Y no lo digo yo, lo dicen todos los organismos multilaterales, como el FMI, el BM, la CEPAL y las veinte mil vírgenes.

¿Tenemos problemas por resolver? Claro que sí, como los tienen todos los países del mundo. Los tienen Argentina, Chile, Colombia, Brasil, México, Francia, España, el Reino Unido, Alemania, la India, Egipto, Nigeria, Israel, Rusia, Estados Unidos y los pingüinos y focas de la Antártida, afectadas por el cambio climático.

Si la tasa de cambio sube, hablan de crisis cambiaria; cuando baja, cierran la boca, esperando, como los cuervos, su presa, para comerle los ojos y los intestinos.

El mundo está envuelto en un mar de incertidumbre, bajo crecimiento, guerras, conflictos geopolíticos, amenazas nucleares, crisis migratorias y un mar Caribe lleno de barcos de guerra de Estados Unidos, persiguiendo narcotraficantes y buscando la forma de destronar del poder al corrupto dictador Nicolás Maduro.

Pero lo importante es avanzar, continuar gobernando con transparencia, extirpar de raíz la corrupción de los pasados 16 años, mejorando la calidad de vida de los más pobres, impulsando el empleo y atrayendo más inversión externa en tecnología, en minería y en turismo.

La economía dominicana es la envidia de muchos países, aunque aquí la crisis mental de la oposición y de sus líderes les impide reconocerlo. No hacen oposición seria ni creíble y por eso no crecen ni avanzan. Solo quieren que el país se hunda para sacarle provecho y buscar el poder sin importarles las consecuencias.

Si la tasa de cambio sube, hablan de crisis cambiaria; cuando baja, cierran la boca, esperando, como los cuervos, su presa, para comerle los ojos y los intestinos.

Es una oposición dañina, corrupta, maligna, con un pasado funesto y el deseo de que el país se vaya a la mierda si con ello ganan votos. Porque no tienen otra forma de sobrevivir políticamente si no es matando al ruiseñor.

José Lois Malkún

Economista

Economista dominicano. Trabajó como consultor de varios organismos internacionales, como el BID y el Banco Mundial. Fue director de la Comisión para la reforma del Sector Salud, Ministro de Finanzas y Gobernador del Banco Central, en el período 2003-2004.

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