Criar y transmitir valores morales, éticos y espirituales a los adolescentes y a los jóvenes, es una tarea retadora para los padres, los padrastros y para los abuelos en la sociedad actual.
En tal sentido, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que la adolescencia es un período de transición entre la niñez y la edad adulta, marcado por intensos cambios físicos y psicoemocionales en el que el adolescente asume su identidad, los valores morales, éticos y espirituales que les permitirán vivir su adultez con dignidad.
Por su parte, son muchos los padres que dicen estar decepcionados con las conductas irrespetuosas e irreverentes de sus hijos, ya que éstos/as no los escuchan, lo que genera tensión y conflictos, que la mayoría de los padres, los padrastros y los abuelos no están en capacidad de prevenir y/o manejar.
Como se sabe, los adolescentes y los jóvenes que nacieron en el presente siglo, están siendo influenciados a través de los instrumentos tecnológicos y las redes sociales, para que éstos/as consuman los bienes y servicios que ofrece el mercado global, sin importar los medios utilizados para comprar dichos bienes y productos.
Según se conoce, los dueños del gran capital también son los propietarios de las redes sociales, las industrias, las empresas, los consorcios y las cadenas comerciales que producen y comercializan los servicios y los bienes, que consumen los adolescentes y los jóvenes de todos los estratos sociales.
Criar y acompañar a los adolescentes y jóvenes en este siglo, es una tarea que requiere de inteligencia emocional excepcional, pericia, tolerancia y prudencia por parte de los padres, los tutores y los abuelos para influir positivamente en su salud mental.
De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que el hijo o la hija que más se parece a su padre o a su madre, es el hijo o la hija que más discute o contradice al padre o a la madre como conducta reflejo. Como tal, una conducta reflejo es una respuesta automática e involuntaria que permite mantener la homeostasis o equilibrio del organismo humano.
También sabemos, que muchos de nuestros hijos son los reflejos o espejos de las sombras, las heridas, los conflictos y los traumas no resueltos que vivieron los padres, los padrastros y los abuelos durante su infancia y adolescencia.
En tal sentido, la Neuropsicología y la Psicología Social saben, que la mayoría de las contradicciones entre los padres y sus hijos, se debe a las heridas y/o traumas que la mayoría de los padres no han logrado manejar y/o resolver en la edad adulta.
Asimismo, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que la mayoría de los padres, los padrastros y los abuelos no son entrenados previamente para ser padres o tutores, por lo que sus roles lo han aprendidos mediante el método ensayo-error. No obstante sabemos, que dicho método es la base de todos los ensayos y experimentos científicos conocidos universalmente.
Además, a los especialistas en higiene y salud mental nos consta que, la crianza y el acompañamiento nutritivo-efectivo de los hijos y de los nietos tiene que ver con la actitud, la tolerancia, la prudencia y la inteligencia emocional que asuman sus padres, sus padrastros y sus abuelos, pasando de una crianza reactiva, a una crianza introspectiva y nutritiva, lo que impacta positivamente en su salud mental.
En tal sentido, en vez de un padre o una madre preguntarse, qué le pasa a mi hijo/a y/o a su nieto/a, éste/a debería preguntarse, qué me pasa a mí que todavía yo no he podido superar mis heridas, mis traumas y mis inseguridades que arrastro desde mi infancia y/o adolescencia.
Por lo que vimos en el párrafo anterior, si los padres, los padrastros y los abuelos asumieran dicha actitud, entonces éstos/as podrán entender las conductas, los comportamientos y los hábitos de sus hijos/as y nietos/as.
Además, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que los padres, los padrastros y los abuelos con traumas y heridas no sanadas, sabotean inconscientes e involuntariamente, la autoestima, el crecimiento, la independencia, la felicidad y el futuro de muchos de sus vástagos.
Por lo que hemos en el cuerpo de este artículo, los padres, los padrastros y los abuelos que aún no han superado sus heridas, sus complejos y sus traumas de su infancia y/o adolescencia, deben buscar ayuda profesional para que adquirir habilidades, métodos y técnicas para criar, guiar y acompañar a sus hijos y/o nietos en un ambiente de armonía y respeto mutuo.
Finalmente, los hijos y los nietos son videos-cámaras y micrófonos activados 24/7 que graban y reproducen las actitudes, los hábitos y los comportamientos de sus padres, sus padrastros y sus abuelos, lo que impacta positiva o negativamente en su salud mental.
“No hay niños/as difíciles. Lo difícil es ser niño/a en un mundo de padres cansados, ocupados, sin paciencia, irresponsables, intolerantes y con prisa” (ANONIMO).
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