Mito 3: Los inmigrantes haitianos desplazan mano de obra nacional y deprimen los salarios de los dominicanos (cont.)

Para arribar finalmente a conclusiones sustentadas en evidencias acerca del impacto en el empleo y los salarios de la inmigración haitiana, veamos, a continuación, los principales hallazgos y conclusiones de las investigaciones sobre el tema que se han realizado en el país en los últimos dos decenios, especialmente las más rigurosas que hacen uso de diversas herramientas de análisis estadístico-matemático y económico robustas, como son el análisis de regresión y correlación, los modelos de simulación y la econometría.

Casi todos los estudios –con alguna excepción– concluyen que los datos disponibles no muestran evidencias de que la mano de obra inmigrante haitiana esté desplazando la fuerza laboral nativa y/o que esté deprimiendo los salarios e los trabajadores dominicanos de baja calificación. Veamos, a continuación, en orden cronológico, una breve síntesis de los resultados de estas investigaciones, las que hacen uso de diversas herramientas de análisis estadístico-matemático y económico robustas, como el análisis de regresión y correlación, modelos de simulación y la econometría.

Utilizando datos de la Encuesta de Inmigrantes Haitianos (EIH) realizada por FLACSO-OIM en 2002 y de la ENFT del Banco Central, en el estudio Informe Sobre la Pobreza en RD: logrando un crecimiento que beneficie a los pobres del Banco Mundial de 2006 se llega a la conclusión de que “El flujo de inmigrantes haitianos no parece afectar las remuneraciones promedio en general o las remuneraciones promedio de los trabajadores menos calificados en las zonas urbanas”. En el caso de la construcción se afirma que además de ser uno de los sectores mejor remunerados de la economía “tampoco se encuentra evidencia de una reducción de los ingresos laborales, por el contrario, este sector muestra uno de los patrones de remuneración más dinámicos”, lo que “no es consistente con la existencia de salarios deprimidos por una oferta excesiva de mano de obra haitiana”.

En Impacto de la mano de obra inmigrante haitiana en los salarios y el desempleo en: la construcción -de mi autoría-, una investigación realizada para el Fondo para la Investigación Económica y Social (FIES) y concluida en 2009, arribo a las siguientes conclusiones, a través de una explotación intensiva de los datos contenidos en las bases de datos de encuestas y censos, sobre todo de la ENFT y de la EIH, y aplicando herramientas científicas de la como análisis de series de tiempo, elasticidades, análisis de regresión multivariado, modelos de ecuaciones de regresión de salarios de Mincer:

  1. La construcción es el sector de mayor dinamismo en la generación de empleo durante la década.
  2. La construcción se mantuvo en todo el período 2000-2007 con niveles de desempleo por debajo de casi todos los demás sectores, salvo agropecuaria, transporte y comunicaciones, y comercio en menor medida.
  3. Las diferencias en salarios e ingresos entre los trabajadores dominicanos y haitianos de la construcción se han reducido en la década actual. Se observa una tendencia a la convergencia de los salarios de dominicanos y haitianos, como resultado de una ralentización de los salarios reales de los dominicanos y un incremento de los correspondientes a los inmigrantes haitianos.
  4. Los salarios de los trabajadores del D.N. se mantienen por encima de los salarios que devengan los de las demás regiones, y a diferencia de todas las demás regiones el salario nominal se incrementa de manera sostenida. Siendo el D.N. la región de mayor concentración de trabajadores inmigrantes haitianos en la construcción, este hallazgo no es consistente con la hipótesis de que esta fuerza laboral estaría deprimiendo los salarios del sector.

En otra investigación para el FIES, el ya citado estudio del economista Jaime Aristy-Escuder “Impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado laboral y las finanzas públicas, a diferencia de los estudios anteriores, se encontró evidencia de que los trabajadores inmigrantes haitianos ganan salarios más bajos que los trabajadores dominicanos con calificaciones similares, sustituyendo la mano de obra local menos calificada a la vez tiende a elevar el retorno del capital y del ingreso de la mano de obra más calificada, estimando que un aumento del 10 por ciento de la mano de obra inmigrante reduce los salarios dominicanos promedio en el sector de la construcción en un 3.7 y 5 por ciento.

Cuatro años más tarde, en el año 2013, en otro estudio del Banco Mundial, Haití, República Dominicana: Más que la Suma de las Partes, aplicando un modelo de equilibrio general en su versión Equilibrio General Computable (CGE) para medir los efectos macroeconómicos directos e indirectos en RD del terremoto ocurrido en Haití en 2010, se concluye que “el impacto de la inmigración haitiana sobre los salarios dominicanos es limitado, porque estos últimos cambian lentamente y los haitianos son sólo sustitutos parciales de los trabajadores nativos. Dada la rigidez de los salarios de trabajadores no calificados, los inmigrantes adicionales no ejercen una presión a la baja en los salarios de los trabajos nativos. Además, debido a su bajo grado de sustitución con los trabajadores dominicanos, estos migrantes producen incrementos no significativos del desempleo entre trabajadores nativos…”).

Otra investigación de mi autoría es Inmigración haitiana, empleo y desempleo en República Dominicana (1991-2015) de 2017, en la que aplicando varias herramientas de análisis cuantitativo robustas (análisis de regresión y correlación) y otras más sencillas, y  utilizando una gama de datos del Censo Nacional de población de 2010 y de varias encuestas de hogar, no encontré evidencias de que en los 385 municipios y distritos municipales del país los niveles y tendencias del empleo y el desempleo estén siendo afectados por los niveles de participación de la inmigración haitiana en la fuerza laboral local. Esto se cumple tanto a nivel global como sectorial, como a nivel nacional y municipal.

En otro estudio del Banco Mundial Cuando no basta el crecimiento: Razones de la rigidez de la pobreza en la República Dominicana, también del año 2017, se aplicaron un conjunto de regresiones salariales y no se halló una correlación negativa entre los salarios de los nacionales y la participación de mano de obra local de origen haitiano, concluyendo que no encontró “evidencia que apoye la hipótesis de que la mano de obra haitiana en la República Dominicana ha ocasionado el estanca miento de los salarios de los trabajadores locales. Un aumento en la mano de obra no calificada procedente de Haití no puede explicar, por sí solo, por qué los salarios se han estancado a todos los niveles de calificación para los trabaja dores dominicanos. Este análisis sugiere además que el aumento de la mano de obra inmigrante tampoco explica por qué los salarios se han mantenido estancados para los trabajadores no calificados”.

Dos estudios más recientes del año 2017 son Interacciones entre Políticas Públicas, Migración y Desarrollo en República Dominicana y Cómo los inmigrantes contribuyen a la economía República Dominicana, realizados ambos por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el primero en el marco del proyecto Interacciones entre las políticas públicas, la migración y el desarrollo (IPPMD) en diez países socios de todo el mundo, incluida República Dominicana. El segundo, realizado conjuntamente con la OIT como parte del proyecto Evaluación de la contribución económica de la migración laboral en países en desarrollo como países de destino que abarcó a 10 países llevado a cabo entre 2014 y 2018.

En el primero estudio, coordinado por el sociólogo dominicano experto en migraciones internacionales Wilfredo Lozano, se basa en los datos cuantitativos recogidos en una encuesta de 2 037 hogares y 54 comunidades, complementado con 21 entrevistas cualitativas con las partes interesadas, así como a través del debate con actores relevantes y responsables de la formulación de políticas,  se concluyó que, contrario a  “la idea de que la migración podría tener efectos negativos sobre los salarios y las oportunidades de empleo para la población autóctona…la evidencia empírica no sustenta esta percepción, ya que la mano de obra inmigrante procedente de Haití es en su mayoría no calificada y se emplea en el sector informal, por lo que más que sustituir en realidad complementa a los trabajadores relativamente mejor calificados dominicanos en el mercado laboral”.

Un hallazgo significativo del estudio, es que, en la agricultura, el sector en donde más se concentra la mano de obra inmigrante haitiana, se emplea a un porcentaje relativamente pequeño de la fuerza laboral del país, comparado con otros países del proyecto IPPMD. No obstante, la productividad del sector ha sido satisfactoria, pues el índice de producción agrícola per cápita tuvo el cuarto mayor incremento entre los diez países del proyecto durante el período 2004-2013, resultado que contribuye a desmentir el relato de una agropecuaria de baja productividad por el empleo de mano de obra haitiana de muy baja calificación. 

El segundo estudio de OCDE-OIT se basa en el método de celdas de competencias propuesto por el economista laboral George Borjas, en el que los trabajadores la fuerza de trabajo se agrupan en distintas celdas de competencias por niveles educativos y experiencia laboral, y se comparan los resultados en el mercado laboral (ingreso laboral, razón empleo-población, subempleo, empleo a tiempo parcial y empleo vulnerable) en cada celda de los trabajadores autóctonos con la proporción de trabajadores inmigrantes que se encuentran en la misma celda. Aplicando regresiones lineales ordinarias a los datos de la ENFT 2000-2014, en el estudio se concluye que la inmigración está asociada con un menor índice de empleo de la población autóctona a nivel nacional, pero no afecta el desempleo a nivel regional. Respecto al salario se colige que “Parece que la mayor competencia con los inmigrantes reduce el ingreso laboral de la población autóctona, pero solo a nivel regional, lo que contrasta con los resultados de la mayoría de los países socios, donde no se observaron tales relaciones”.

Por otro lado, entre la población nativa de menor nivel educativo, la concentración de inmigrantes no estuvo asociada con el ingreso laboral, y entre los trabajadores poco calificados, la proporción de trabajadores a tiempo parcial no resulta afectada, pero sí sus índices de empleo y desempleo, ambos negativamente asociados con la inmigración. Pese a estos hallazgos, se alerta acerca de que “estos resultados no permiten una interpretación causal y que se necesitan más estudios para establecer dicha causalidad”, por lo que “no se puede concluir que la inmigración ocasiona una caída de la razón empleo-población ni del ingreso laboral”.

En síntesis, salvo los resultados del estudio del economista Jaime Aristy, los hallazgos y conclusiones más arriba presentados sugieren que más que un efecto de desplazamiento o sustitución de la mano de obra nativa por la haitiana, se estaría operando en el mercado laboral dominicano un proceso de reemplazo de mano de obra de baja calificación, sobre todo en los sectores de mayor presencia de trabajadores haitianos, como son la agropecuaria y la construcción, debido a que muchos trabajadores dominicanos han migrado hacia otras actividades menos rudas y de mejores ingresos (moto concho, zonas francas, comercio informal, etc.), generando nichos laborales para la inserción de los inmigrantes haitianos, como ha ocurrido en muchos de los países de destino de flujos importantes de inmigrantes.

Los resultados de las investigaciones presentadas no muestran que la inmigración haitiana irregular (“ilegal”) sea responsable de las fallas, distorsiones y deficiencias en el funcionamiento del mercado laboral dominicano. Culpar a la inmigración del alto desempleo y los bajos salarios en RD y de una supuesta “desnacionalización” del mercado de trabajo mostradas no es más que una coartada para exculpar a los verdaderos responsables de la persistencia de grandes carencias y deficiencias de las políticas públicas productivas que mejoren la productividad del trabajo y reduzcan las brechas de productividad, así como de políticas sociales distributivas y laborales que puedan reducir la inequidad en la remuneración al trabajo frente a las ganancias del capital y en la protección social, no han permitido una mayor inclusión social del crecimiento económico dominicano, persistiendo la débil sintonía entre éste y el bienestar de los trabajadores y de la mayoría de la población dominicana e inmigrante.

Si bien los resultados de los citados estudios no han evidenciado que la mano de obra inmigrante haitiana esté impactando seriamente al mercado laboral dominicano y perjudicando a los dominicanos, se requiere de estudios más puntuales en profundidad en sectores específicos, como el trabajo doméstico y otros servicios personales de baja calificación (vigilancia, cuidado de ancianos, etc.). El tema debe dejarse abierto a nuevas indagatorias y hallazgos. Los datos del último Censo nacional de Población de 2022 y de la aún pendiente tercera Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) permitirá actualizar estos estudios.

Julio César Mejía Santana

Demógrafo y Estadístico

Demógrafo y Estadístico. Egresado del Doctorado en Ciencias, especialidad en Estudios de Población, El Colegio de México, A.C., México, D.F. y de la Maestría en Estudios Sociales de Población del Centro Latinoamericano de Demografía de la CEPAL, en Santiago de Chile. Egresado de la carrera de Estadística en la UASD. Publicó en el año 2010 el libro Empleo y desempleo y desempleo En República Dominicana: La controversia de las cifras oficiales. Actualmente coordina y dirige dos publicaciones científicas periódicas del Observatorio Ciudadano del Mercado de Trabajo: el anuario Barómetro del Mercado de Trabajo y Notas de Coyuntura Laboral, de periodicidad semestral.

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