En 1983, el gobierno dominicano firmó con la  empresa Fomento Agroindustrial Forestal un contrato de arrendamiento de 528.511 tareas de tierra por 10 años en la sabana de Sansón, Oviedo, segundo municipio de la provincia Pedernales, para depositar compost o -como denunció en la ocasión la Asociación de Profesionales Agrícolas (Anpa)- porquerías con dosis radioactivas.

Según los dueños del negocio, el compost o lodo sería recolectado en diferentes ciudades estadounidenses y trasladado en barcazas hasta esa comarca del extremo sudoeste del territorio dominicano. Alegaban que era rico en nutrientes y se constituiría en una capa de súper abono para aquellas tierras áridas.

El paraíso pintado por la empresa y el mismo Gobierno resultó maravilloso. Dijeron que el pueblito saldría de la miseria con la creación de al menos 4 mil empleos, más que su población económicamente activa.

Pero la retórica de justificación no pudo con la avalancha de rechazo de parte de quienes, temprano, olfatearon la parte tétrica no visible en aquel discurso bonito sobre el destino de este municipio de 959.6 kilómetros cuadrados (46% de la provincia).

En aquel tiempo, Oviedo carecía de un acueducto. Hoy, 42 años después, aún sigue sin un acueducto, sin agua potable en sus grifos, pese a que paralelo a la recta Sansón, en el paraje Tres Charcos, la española Acciona construye ya el aeropuerto internacional como parte del proyecto de desarrollo turístico de Pedernales.

Pero tampoco cuenta -como el municipio cabecera o la capital provincial, Pedernales- con un sistema de alcantarillado pluvial y sanitario.

Mucho menos con una planta de tratamiento de esos líquidos residuales, ni con un relleno sanitario para un correcto tratamiento y disposición de los desechos sólidos, a pesar de que Cabo Rojo, en cerca de cuatro años, ya tiene una de primera, muestra los primeros tres hoteles a término y recibe cruceristas a través del muelle de embarque de bauxita y caliza (1957) convertido en terminal.

Oviedo pasó de 7,296 habitantes en 2010, el 35% en situación de pobreza extrema y 57.8% con sus necesidades básicas insatisfechas, de acuerdo al IX Censo Nacional de Población y Vivienda, con 72% de hogares en situación de pobreza, a 9,836 en 3,696 viviendas en 2022, conforme el X censo nacional en 3,695 viviendas.

Hoy, la pobreza multidimensional sigue sólida y abundan las promesas de salvación para esta vieja comarca agropecuaria con patrimonios ecológicos y atractivos turísticos Arroyo salado, la laguna y el parque nacional Jaragua, elevada a municipio el 16 de diciembre de 1957 mediante la Ley 4815.

Por una nota colgada por Diario Libre a las 12:06  p. m. del 6 de marzo, la comunidad se acaba de enterar sobre un proceso de exploración en tierras de Oviedo para la instalación de un centro de lanzamiento de cohetes.

El director ejecutivo del Fideicomiso ProPedernales, exdirector director ejecutivo de la Dirección General de Alianza Público Privada y actual ministro de Administración Pública (DGAPP), Sigmud Freund, le ha confirmado al medio capitalino que el proyecto se encuentra en fase exploratoria por parte de técnicos estadounidenses. Y ha referido que la ubicación geográfica, cercana al ecuador de la tierra, ha resultado atractiva para proyectos aeroespaciales.

Resultó infructuoso el esfuerzo por obtener la reacción del hiperactivo dirigente del oficialista Partido Revolucionario Moderno, pese a que su declaración cayó como una bomba en la comunidad desprevenida.

Hablamos de cosas mayores en tanto comprometerían más la salud del medioambiente y arriesgarían los parques nacionales Jaragua y Sierra de Baoruco. Y, mirando la coyuntura de la geopolítica internacional, es muy probable que tal proyecto erosione también la soberanía nacional.

Así que, en vista de la envergadura de esa iniciativa, debieron someterla a vistas públicas reales, sin prisa, con el liderazgo nacional y local, si no rechazada de antemano dados los riesgos que implicarían para los intereses nacionales.

Cerca del 70% del total 2,080 kilómetros cuadrados de superficie de la provincia Pedernales está declarado parque nacional y reserva de la Biosfera, o “espacios del planeta reconocidos internacionalmente que mantienen la soberanía de su respectivo país, seleccionados por su interés ecológicos, biológico y cultural”.

La gestión actual de gobierno sostiene que en Cabo Rojo construye un destino de turismo sostenible sin precedentes en el país, desde cero, con un plan maestro como guía. Dice que está comprometida con la protección de los parques nacionales y que aprovechará los atractivos con el mínimo impacto a la naturaleza, sin contaminación por monóxido de carbono, plásticos, ruidos.

Sin embargo, con la “ayuda” del cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense explora e investiga la factibilidad económica de explotación de las “tierras raras” de la Reserva Fiscal Minera Ávila (2008) y hasta en los adentros del “intocable” parque Sierra de Baoruco.

No veo compatibilidad del turismo y la salud comunitaria con la explotación de tierras raras en tan poco espacio. Mucho menos con la instalación de un centro de lanzamiento de cohetes, pues, estamos lejos de ser un desierto. Son muchas cosas al mismo tiempo. Se corre el riesgo de dañarlo todo.

A los pedernalenses nos queda menos de un 30% de superficie para desarrollo urbano y, desde ya, comenzamos a perder playas públicas.

Esta posición debería ser atendida por el Gobierno. No parte de la nada, ni está sustentada en mala intención de un emisor que ha apostado a la búsqueda del desarrollo integral vía la industrialización y el desarrollo del turismo sostenible desde los tiempos duros en que otros preferían el silencio cómplice o la adhesión directa e indirecta a los negocios turbios que frenaron el arranque del que hoy se ven algunos avances. Desde los tiempos en que Pedernales no era prioridad, ni siquiera para conocerlo.

Tony Pérez

Periodista

Periodista y locutor, catedrático de comunicación. Fue director y locutor de Radio Mil Informando y de Noticiario Popular.

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