La ciencia, en general, despierta la curiosidad, activa el deseo de exploración y de búsqueda. Además, en múltiples ocasiones suscita temor y desencadena dudas sobre la capacidad de los humanos para comprenderla, apropiarse de sus aportaciones y construir nuevos saberes. En el entorno escolar y en el universitario, la ciencia desempeña un rol excepcional, si los actores aprenden a descifrar y a acoger lo que hay de misterio y lo que hay de verdad en el universo de la ciencia. Esta transforma el pensamiento y la visión de las personas y de los contextos. De igual modo, provoca rupturas en la acción y en las relaciones, no solo de los sujetos, sino también de las instituciones y de la sociedad. La ciencia es poderosa. Por esto es precisa la humanización de la ciencia. Si se humaniza, sus aportes estarán direccionados por la equidad, la inclusión y la solidaridad social y universal.
En esta ocasión, el foco de atención de este artículo es la ciencia, pero con una calificación muy importante: abierta. La ciencia abierta, desde la década del 2000, viene ganando terreno en diversas esferas geográficas del mundo. Pero todavía está gestándose por la diversidad de concepciones, posiciones y tendencias que se desarrollan en torno a esta. Se concibe como una construcción con carácter incluyente que tiene en cuenta diversidad de grupos y tareas, con la finalidad de que "los conocimientos científicos multilingües estén abiertamente disponibles y sean accesibles para todos, así como reutilizables por todos, se incrementen las colaboraciones científicas y el intercambio de información en beneficio de la ciencia y la sociedad…" (UNESCO, 2021, 7).
El movimiento de la ciencia abierta constituye una oportunidad para el fortalecimiento de la producción científica y de las redes de colaboración de los que profundizan desde la perspectiva de la investigación. El carácter abierto de las ciencias es importante para democratizar el ámbito científico y, sobre todo, para que los resultados de las investigaciones se gestionen y divulguen con mayor facilidad. La ciencia abierta se opone a una mercantilización de la producción científica; esta postura no pacta con la entrega de los beneficios de los resultados de investigación a sectores y actores exclusivos. La postura individualista y comercializadora queda desplazada por una acción más libre y holística. Por ello, las innovaciones científicas que las redes de colaboración o la producción individual van generando son más accesibles para las personas y para las entidades.
La ciencia abierta busca democratizar el conocimiento y hacerlo accesible para todos
La ciencia abierta es, también, una corriente que busca acercar a los investigadores y colocarlos en condiciones adecuadas para que no privaticen su conocimiento, tampoco su producción. Los induce a aprender de sus homólogos y a ser capaces de reaprender con otros. Con esta acción, busca, además, bajar el nivel de soberbia de investigadores que se resisten a compartir sus saberes, su experiencia y, mucho menos, su producción. Entender y asumir la ciencia desde esta perspectiva constituye una ocasión valiosa para el fortalecimiento del trabajo compartido de los investigadores del país, de la región y de otras esferas geográficas. Esta reorientación con la que se aborda y se asume la ciencia requiere mayor capacidad investigativa. La posibilidad de trabajo con otros investigadores, de múltiples contextos, demanda un rigor más probado y transparente. La producción científica colaborativa requiere apropiación conceptual, consistencia investigativa y capacidad de producción con otros.
Aunque la ciencia abierta se encuentra en proceso de conformación, presenta una posición clara respecto a la necesidad de disminuir los muros que impiden una participación inclusiva en los procesos investigativos y comunicativos con perspectivas científicas. (Ramírez & Samoilovich, 2021). Esta posición reta a la ciencia, pues no es fácil lograr que los eruditos de la investigación, que tienen posibilidades de acceso a fondos estatales o de empresas a muy alto nivel, estén dispuestos a liberarse del interés económico y de la alta publicidad. Pero la decisión es avanzar hacia una definición de la naturaleza, alcance e implicaciones de la ciencia abierta, con mayor precisión e impacto, en favor de todos los integrantes de la sociedad.
La participación en la movida que implica la ciencia abierta es una vía para fortalecer la visión y la práctica investigativa articulada a la concepción de la ciencia como bien común. Es una lucha para liberar a la ciencia del poder particular y vincularla al poder social; una ciencia para toda la humanidad y distante de los círculos de exclusión. La ciencia abierta no esconde su posición política. La sostiene y la defiende; es la política del bien científico para toda la colectividad.
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