Veo bandadas de palomas cenizas (Patagioenas inornatas) bajo un día templado buscando las arboledas de los bosques de galería. Con su inocencia y belleza tratarán de no cantar para lograr un frondoso árbol de Cabirma Santa (Guarea guidonia) y descansar del vuelo mientras escuchan los arrullos de los machos de su especie alternando entre ramas para acercarse a la conquista de primavera.
Todas las tórtolas alas blancas (Zenaida asiática) esperan algún árbol de Higo (Ficus trigonata) lleno de clorofila y de hojas anchas que ofrezcan las semillas que alimentan, a tantos voladores de plumas y murciélagos con el fluir de las aguas dulces.
Los relatos y los datos que ofrecen los lugareños que residen próximo al río El Naranjo hablan de la rana toro (Lithobates catesbeianus) cantando entre la foresta y muy cercanas a las aguas limpias que caracterizaban, la salud hídrica de la cuenca.
En estos días releo sobre el descobijo de esos bosques por la deforestación de la cuenca alta del río, sin la intervención del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La tala y deforestación ha provocado un daño ecológico significativo y se acusa a la empresa Barrick Gold de ser la tijera forestal de destruir la vegetación y de barrer las riberas y bosques aledaños con el poder de sus manos, el cual viene apoyado, por los portales del cianuro y otras tantas químicas para extraer el oro del inframundo. Esto por supuesto ha provocado la disminución de las aguas de uso, la contaminación de las aguas y la destrucción de la foresta.
En Cotuí, se necesita apelar al comanejo de sus bosques y ríos. Se necesita tomar de una vez por todas, la administración conjunta con las autoridades provinciales y sociedad civil.
Todos estos actos están dirigidos al control del espacio. Los resultados se evidencian con la desaparición de diferentes especies de animales, plantas, además de la pérdida de vidas humanas. Es una antesala de pasajes de dolor intenso, tormentas huracanadas y aulladores poderosos que defiende a la empresa para tapar la pesadilla de una geografía subterránea donde brotan los infiernos de los capitales del oro.
Las comunidades protestan, son humilladas, apresadas, golpeadas y abrazadas por el peligro de malas negociaciones por parte del Estado dominicano y la empresa Barrick Gold.
La situación nos lleva a pensar en la permisividad del gobierno dominicano con esta empresa , la cual solo tiene en este país un documento y o acuerdo legal que solo ampararon unos pocos. Con este acuerdo, ellos pueden extraer oro sin importarle la naturaleza, ni las personas. Eso es lo que ellos han demostrado desde que están extrayendo oro en Cotuí.
Los ríos cercanos a la empresa están contaminados y las cacerolas están llenas de agua no apta para uso humano. Ese es el precio bruto del costo de la destrucción de los ríos, bosques, tradiciones comunitarias y especies distintas de animales, sistemas boscosos que se eliminan con la permisividad de las autoridades.
En el barco de la vida he visto muchos mares embravecidos y envueltos por un poder irracional. Esos espectros de los grandes mercados de capitales que se revitalizan con el oro y la exuberancia son simples figurillas de funesta reputación en las literaturas de los bosques o de los senderos que son germinados por el sol.
No soy pesimista con tales cornudos históricos, pero la gavilla de Protágoras, no la vamos a cargar, ni siquiera con la sutileza del lenguaje, ni pinceles con retratos de bandidos errantes.
La empresa minera Barrick Gold no es un teatrillo de poca monta, manejan buenas dotes y enrolan a muchos. No obstante, las amenazas y los cocodrilos enciclopedistas que por aprovecharse de la dote, le importa muy poco el río ya contaminado. Ellos van a hilar la trama de apoyar el destrozo del acuífero El Naranjo.
Yo sólo creo en la fuerza de la ciudadanía que actúa y está consciente que el agua dulce vale más que el oro. La caja de los imaginarios colectivos se tienen que abrir para inundar como una riada, todos los medios de comunicación de la web para impulsar una campaña y defender el río, el bosque y la comunidad.
El río y el bosque conforman ecosistemas complejos que se constituyen en ese otro que necesariamente se oponen al pensamiento depredador occidental, el cual solo le interesa impactar los territorios y la naturaleza con un sentido de civilizar los paisajes, ríos y bosques, a través de mercantilizar la naturaleza. El río puede morir para construirse un lugar marginado y proscrito y expulsado de la metáfora de la libertad.
En estos trópicos consideramos que no vamos a descontextualizar e invisibilizar la lucha de clase, ni dejar de lado la demanda de los derechos comunes como el agua, los bosques y la comunidad.
En Cotuí, se necesita apelar al comanejo de sus bosques y ríos. Se necesita tomar de una vez por todas, la administración conjunta con las autoridades provinciales y sociedad civil.
El río El Naranjo se debe administrar bajo un sistema de comanejo, al igual que sus bosques. La ley está escrita para cumplirla. La Ley No. 64-00 respalda este tipo de manejo ambiental. Necesitamos poner en marcha, la conciencia ciudadana y los derechos comunitarios y de la naturaleza. Adelante Cotuí, a recuperar el territorio que nos pertenece.
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