Al llegar al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EU), el presidente Donald Trump ha generado una ola de gran incertidumbre e inestabilidad económica, tanto para ese país, para los países altamente desarrollados, como para los de una economía emergente o en vía de desarrollo, entre los cuales se encuentra la República Dominicana.

Ha comenzado a aplicar una especie de guerra arancelaria, afectando a 185 países, de los 193 que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Dicha guerra arancelaria consiste en la colocación de impuestos aduanales a las exportaciones de todos los productos y servicios de estos países, que tienen como destino a los Estados Unidos de Norteamérica, entre los que se encuentran los productos de zona franca, agrícolas e industriales.

Muchos de los países desarrollados de Europa, Asia, Norteamérica y algunos de América Latina y del Caribe, como México, que tienen capacidad económica, podrían ripostar, colocando aranceles, también, a las exportaciones de los productos y servicios de los EU hacia esos países, como una política retaliatoria y proteccionista.

Desgraciadamente la República Dominicana no está en condiciones económicas para colocar gravámenes a las exportaciones de los productos de los EU, sobre todo, porque tenemos un déficit comercial de más de 6 mil millones de dólares con ese país.

A todas las exportaciones de los productos de nuestro país hacia los EU se le ha impuesto un gravamen de un 10%. Esta situación nos llama mucho la atención, pues la República Dominicana firmó con los EU y Centroamérica el Tratado de Libre Comercio (DR-CAFTA), mediante el cual todos los países que lo conforman pueden exportar sus productos y servicios hacia ese país. libre de impuestos aduanales.

En estos momentos, en medio de una gran inflación y de una recesión económica, fruto de la crisis y de la recesión de los EU, este gravamen va a afectar aún más la economía de nuestro país, por lo que urgentemente el equipo económico del gobierno del presidente Luis Abinader, así como sus asesores y expertos en materia económica, deben reunirse urgentemente para tratar de buscar una salida diplomática con las autoridades de esa potencia mundial.

Los EU siempre han manifestado y puesto en práctica la frase atribuida a su sexto presidente, John Quincy Adams, de “que los Estados Unidos no tiene amistades permanentes. Los Estados Unidos tiene intereses permanentes”.

No estamos en capacidad ni tampoco nos conviene, colocar impuestos, mucho menos, librar una guerra arancelaria con nuestro principal socio comercial, sobre todo, en un momento crucial, en el que se está solicitando que el arroz, producto básico de la canasta familiar del dominicano, se mantenga fuera del alcance del DR-CAFTA, como una forma de proteger al sector arrocero.

Este sector es uno de los principales generadores de riquezas y creador de más de 80 mil empleos directos y 200 mil indirectos, en las principales provincias y municipios de nuestro país. Este acuerdo venció en enero del presente año. De ocurrir lo contrario, se le daría el tiro de gracia a dicho sector, lo que podría generar un clima de inestabilidad económica, política y social al país.

Como podemos observar, en estos momentos la situación económica de nuestro país es bastante delicada, pues existen grandes nubarrones y amenazas, tanto nacionales como internacionales. Requiere que se le preste mucha atención, esto no es un asunto de juegos de niños, relajos, como lo están asumiendo muchos de los altos funcionarios del gobierno, que solo están pensando en buscar una candidatura presidencial para el 2028.

Esta hay que enfrentarla con seriedad, pues es el destino del país el que está en juego. Para salvarlo, se requiere aplicar la unidad en medio de la diversidad, pues en medio tan tantas turbulencias económicas, inflación, falta de liquidez, altas tasas de intereses, una deuda externa por las nubes, de un veloz desplazamiento de la tasa cambiaria, amenazas al sector arrocero, un arancel a las exportaciones de un 10%, de una feroz guerra arancelaria global librada entre los países desarrollados, muchos de ellos socios comerciales nuestros, suplidores de materia prima y productos terminados, la República Dominicana saldrá definitivamente muy afectada.

No hay que ser un técnico de la NASA ni un egresado de la Universidad de Harvard para saberlo.

Señor presidente Luis Abinader Corona. Señor Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central de la República Dominicana (BCRD). Recuerden, que “no hay viento favorable para el marinero que no sabe a qué puerto se dirige. Que Dios nos proteja.

Alfredo Cruz Polanco

Contador Público Autorizado, CPA

Miembro de la Cámara de Cuentas de la República

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