No tengo la menor duda de la importancia que tiene la ampliación de la cobertura de la educación primaria, la que responde a un derecho consagrado por la Constitución. Ésta, como la mejora de la tasa de cobertura en secundaria, y los índices de eficiencia interna, han sido propósitos históricos en RD. Todos contenidos en el Decálogo Educativo de finales de los 90.
Para los que aún conservan la memoria intacta recordarán que, como producto de aquel proceso convocado por la Fundación Friedrich Ebert, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo y la Asociación de Empresarios de Herrera a finales de los 90, conocido como Plan Educativo, eran temas cruciales junto a otros, que siguen siendo deudas pendientes.
El presidente de la República y el ministro de educación anunciaron al país que a partir del próximo año escolar 2025-2026 la cobertura del nivel inicial se verá incrementada hasta en un 30%, incorporando a los menores de 3 y 4 años. No es nuevo para el caso de los de 4 años, si para los de 3 años y demás edades tempranas, razón de la creación del INAIPI.
La obligatoriedad, según la ley de educación vigente para el ingreso es a partir de los 5 años, aunque el documento curricular del nivel de inicial plantea que se atendería a la población infantil desde los 45 días de nacido hasta los 6 años. Esto explica que para el año lectivo 2023-24 la matrícula del nivel era de 383,400 estudiantes y solo el 46% correspondían a los 5 años.
El anuncio del ministro de educación crea en la familia dominicana con niños y niñas en esas edades importantes expectativas, por lo que se ha de esperar que el ministerio ha dotado a todas las escuelas de primaria de los espacios, insumos y maestros que permitan satisfacer la demanda que vendrá.
Según la Oficina Nacional de Estadística para esas edades las estimaciones para el 2025 llegan a un total de 544,965 y solo el 16.9% se ubica en la edad de los 5 años. Si asumiéramos un promedio de 20 estudiantes por aula para esas edades se requerirían unas 9,148 aulas y, por supuesto, igual número de docentes especializados en las mismas.
Imagino que todas las escuelas del nivel primario están preparadas o en proceso, para recibir la demanda esperada tanto en el aspecto de infraestructura, es decir, aulas disponibles, como también en lo relativo a los recursos materiales necesarios para el desarrollo y los aprendizajes en estas edades y qué decir, del personal docente especializado.
Realicé un sondeo entre directivos de centros para saber sobre este tema. Algunos directivos de centros educativos consultados me dicen que ellos han venido organizando estos procesos desde años anteriores, con más o menos dificultades; otros, en cambio, señalan no estar preparados para recibir una matrícula adicional como la señalada.
Algunos plantean dificultades de cupo con los estudiantes de 5 y más años que ya han estado inscritos en sus centros. La generalidad de quienes me han respondido es que, si bien reconocen la importancia de esta medida, aún no están preparados para asumirla, y no se imaginan qué hacer si la demanda aumenta, y sienten mucha presión por parte del ministerio.
Un aumento de la demanda y una mejora significativa de los índices de eficiencia interna en educación supondría un plan muy bien elaborado y sostenido en el tiempo de construcción de nuevos planteles y aulas adicionales a los ya existentes, al mismo tiempo que un plan de formación de maestro muy significativo que traspasa a una gestión de gobierno.
¿De qué serviría alentar la demanda si no contáramos con la oferta necesaria para cubrirla? Esperemos que el anuncio del ministro no sea otra nueva vez en que lo político partidario se sobrepone a la política y planes del ministerio, creando situaciones para la cual no están previstas las condiciones necesarias para su implementación.
De seguro que las palabras del ministro generarán en la población más pobre, sobre todo en las tantas madres solteras de nuestros barrios y comunidades, esperanzas de que sus hijos e hijas en dichas edades serán recibidos e inscritos en las escuelas de su sector. Por supuesto, no entenderán razones de cupo, pues estos debieron preverse.
El ministerio debe prepararse para afrontar este posible aumento de la demanda a solo cuestión de días para que inicie el año escolar 2025-2026 y no dejar solo a las iniciativas de los directivos de centros educativos, los cuales tienen bastante con cada inicio de año escolar, un tema de tanta complejidad e importancia social, como lo es el que nos ocupa.
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