Todos los días aparecen en los medios demandas de nuevas escuelas, hospitales, puentes, carreteras, canales riego, viviendas, acueductos, calles, alumbrados eléctrico, líneas del metro, túneles, elevados, circunvalaciones, cañadas, etc. etc. etc.

La gente sufre por los problemas de infraestructura en sus comunidades, algunas destruidas por los efectos climáticos. Protestan con razón y recurren a los medios para exponer sus demandas.

Sin embargo, mi recomendación al presidente, a pesar de las presiones que recibe para satisfacer estas demandas, es que no abra mas puertas por un periodo de 6 meses y concentre todos los recursos en cerrar cientos de puertas abiertas. Hay sus excepciones cuando las nuevas obras cuenten con financiamiento multilateral o bilateral.

En otras palabras, primero terminar las obras en ejecución, algunas de gran calado y gradualmente iniciar otras nuevas.

Si el gobierno sigue abriendo puerta sin los recursos suficientes para cerrar las que están abiertas, podría pasar lo mismo que en otros gobiernos, que dejaron cientos de obras sin terminar y ahí se quedan por años o décadas.

Entre OISOE, el MOPC y otras instituciones gubernamentales descentralizadas, este gobierno recibió de las pasadas autoridades unas 1400 obras inconclusas, entre ellas más de 600 escuelas, 40 hospitales, cientos de avenidas, calles, parques, centros deportivos, presas, sistemas de riego, viviendas, etc.

El problema fue que la mayoría de estas obras fueron asignadas de manera irregular y no cumplieron prácticamente ninguno de los requisitos que exige la ley. Lo más grave es que muchos contratistas habían recibido el doble del dinero presupuestado y aun las obras quedaron inconclusas.

Para terminar unos 30 hospitales y 600 escuelas a media talle y que recibió el gobierno en el 2020, envueltas en unos líos increíbles, hubo que enviar una ley al congreso en el 2022 para permitir que se realizaran nuevos contratos con los contratistas a fin de concluir esas obras, quedando aun algunas pendientes de terminar.

Increíblemente, esto también ocurrió cuando Danilo Medina sustituyo a Leone Fernández en el 2012 siendo ambos del mismo partido. Las obras en ejecución hasta ese año quedaron totalmente abandonadas.

Obviamente, ahora todo eso ha cambiado y las obras iniciadas, concluidas o en ejecución de este gobierno han cumplido todos los requisitos que manda la ley. La corrupción que imperaba en el pasado desde el Palacio Nacional y que se extendía desde Cabo Rojo hasta Cabo Engaño es cosa del pasado.

Mi recomendación al presidente es que al terminar su mandato las obras iniciadas en su gestión estén entregadas antes y solo en caso de grandes obras que requieren años para su terminación, queden en manos del próximo gobierno. Pero serian casos excepcionales.

No hay dinero, el presupuesto esta en el limite y el gobierno, responsablemente, no quiere aumentar la deuda (en relación con el PIB) ni el déficit fiscal, para disponer de más recursos. Eso es bueno, saludable y crea confianza, pero eso la gente no lo entiende.

Por eso, seguir iniciando nuevas obras con el agua al cuello es un riesgo innecesario que retrasaría la terminación de importantes proyectos en ejecución que tendrán un gran impacto económico y social.

Finalmente, como la reforma fiscal ya es historia, la única alternativa para obtener mas recursos es vendiendo activo del Estado ¿?

José Lois Malkún

Economista

Economista dominicano. Trabajó como consultor de varios organismos internacionales, como el BID y el Banco Mundial. Fue director de la Comisión para la reforma del Sector Salud, Ministro de Finanzas y Gobernador del Banco Central, en el período 2003-2004.

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