Un tribunal de Suecia condena a cadena perpetua al yihadista Osama Krayem por su papel en el asesinato del piloto jordano Maaz al-Kassasbeh quemado vivo por el Estado Islámico en Siria, un crimen que conmocionó al mundo en 2015.
Osama Krayem, de 32 años, fue condenado a cadena perpetua este jueves por un tribunal de Estocolmo por su participación en una de las atrocidades cometidas por el grupo Estado Islámico, registrada en video.
El yihadista sueco, ya condenado por crímenes de guerra graves y actos de terrorismo en relación con atentados en París y Bruselas, fue hallado culpable de participar en el asesinato del piloto jordano Maaz al-Kassasbeh, quien fue quemado vivo en una jaula por el Estado Islámico en Siria, en un crimen que generó una ola de indignación internacional en 2015.
El tribunal de Estocolmo es el primero, y hasta ahora el único, en juzgar a una persona por este crimen cometido por miembros del Estado Islámico.
Aunque las imágenes muestran que otro combatiente fue quien encendió el fuego, "el acusado se encontraba en el lugar de la ejecución, uniformado y armado, y accedió a ser filmado (…) Contribuyó de forma tan decisiva a la muerte de la víctima que debe ser considerado coautor", declaró la jueza Anna Liljenberg Gullesjö, citada en un comunicado del Tribunal de Distrito de Estocolmo.
Los hechos ocurrieron el 24 de diciembre de 2014, cuando un avión de la Fuerza Aérea Real Jordana se estrelló en Siria y el piloto fue capturado por combatientes del Estado Islámico cerca de la ciudad de Raqqa.
El video de su ejecución fue difundido el 3 de febrero de 2015 y muestra una producción cuidadosamente editada en la que uno de los 13 combatientes presentes, entre ellos Krayem, prende fuego a la jaula donde se encontraba el piloto.
Aunque la fiscalía no pudo establecer la fecha exacta del asesinato, la investigación sí logró identificar el lugar donde se cometió el crimen.
Según la jueza, Krayem no solo participó en el rodaje, sino que también vigiló a la víctima antes y durante la ejecución, y colaboró en llevarlo hasta la jaula en la que fue asesinado.
El tribunal también ordenó una indemnización de 80.000 coronas suecas (unos 8.200 dólares) para cada uno de los padres y hermanos del piloto.
Durante el juicio, que se llevó a cabo entre el 4 y el 26 de junio, Krayem permaneció en silencio. Se leyeron y reprodujeron extractos de sus interrogatorios.
Afirmó que estuvo en el lugar entre 15 y 20 minutos, y que no sabía lo que iba a ocurrir hasta que vio las cámaras, según relató su abogado.
El hermano del piloto, quien viajó desde Jordania para testificar como parte civil del proceso, expresó su frustración por la falta de remordimiento del acusado.
Su abogado, Mikael Westerlund, señaló ante el tribunal: “La mayoría de las personas que hubieran presenciado lo que sufrió Maaz necesitarían tratamiento de por vida, o al menos prolongado, para superar el trauma que eso genera en una persona normal. Krayem, en cambio, no parece haber quedado traumatizado, sino inspirado para continuar con sus actividades terroristas, que lo llevaron a participar y luego ser condenado por los atentados en Europa”.
Originario de Malmö, al sur de Suecia, Krayem ya había sido condenado a 30 años de prisión en Francia por su papel en los atentados de París en noviembre de 2015, y a cadena perpetua en Bélgica por su participación en los ataques en el aeropuerto y el metro de Bruselas en 2016.
El 12 de marzo, Francia autorizó su entrega temporal a Suecia por un periodo de nueve meses, plazo en el cual se llevó a cabo esta investigación y este juicio.
Según el fallo, Krayem deberá ser devuelto a Francia a más tardar el 27 de diciembre de 2025.
Con AFP y medios locales
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