España se mantiene atenta a una de las mayores crisis políticas de los últimos años que tiene en riesgo a la legislatura. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intenta zanjar el caos desatado por los indicios de corrupción de miembros de su partido político que esta semana fueron apartados de la bancada. Pero este es solo el último de una serie de capítulos que acorralan a la Administración, mientras la oposición se frota las manos, exige la dimisión de Sánchez y vuelve a despertar al fantasma de la ultraderecha. ¿Cómo llegó el país a este escenario? ¿Qué vías se abren a partir de ahora? Lo abordamos.
Poco a poco, como una tubería que gotea, el Gobierno español ha sorteado las sospechas de corrupción por parte de miembros de su partido en los últimos años, pero ahora se han convertido en una grieta mayor, difícil de tapar.
El demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, conocido esta semana, condujo a la renuncia del número tres del partido gobernante, Santos Cerdán, y a la expulsión de la bancada de su antecesor, José Luis Ábalos.
Ante este panorama, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) amaneció este martes 17 de junio sin secretario general y en su lugar con una Comisión Ejecutiva Federal-aunque interina-compuesta por la presidenta de la bancada, Cristina Narbona, junto a Montse Mínguez García, Ana María Fuentes y Borja Cabezón.
El grupo se mantendrá hasta la celebración del Comité Federal el próximo 5 de julio, en Sevilla, donde se elegirá al sucesor de Santos Cerdán, hasta el lunes secretario de organización.
Pero más allá del nombramiento de un sustituto para el número tres del Ejecutivo, Sánchez remarca que no habrá cambios en el Gobierno. “El difícil momento que vivimos no debe hacernos perder la perspectiva. No hay un sistema podrido cuya reforma haya que abordar políticamente. Hay una democracia que se defiende de los casos de corrupción, con la ley y la justicia”, subrayó el líder del PSOE este martes, en una carta pública.
Una muestra de resistencia, que será “agónica”, sentencia la oposición, al tiempo que los socios de la coalición exigen explicaciones y no dan por sentado el respaldo que hasta ahora ha mantenido en pie a la legislatura tras las elecciones generales sin mayoría absoluta de 2023.
¿Sucumbe España hacia un cambio de Gobierno anticipado?
La antesala de la bomba que amenaza con una onda expansiva
El más reciente golpe llegó el jueves 12 de junio cuando se hizo público el tan esperado informe de la UCO que, anticipaban voces del opositor Partido Popular (PP), sería devastador. No se equivocaron.
Si bien el hasta hace poco mano derecha de Pedro Sánchez aún no está imputado, el informe, acompañado de audios, lo salpica en una presunta trama de corrupción grave. Santos Cerdán, según el reporte de 490 páginas del órgano central de la Policía Judicial, habría fungido como el gestor de un entramado para adjudicar obras públicas a empresas como Acciona, Ferrovial o Sacyr, a cambio de sobornos.
Según se puede escuchar en los audios, el mapa de la supuesta trama se habría delineado desde Sevilla (sur) y Murcia (sureste) hasta Barcelona (noreste) y Logroño (norte).
Los diversos audios sitúan las voces de Cerdán, José Luis Ábalos, para el momento de muchas de las grabaciones ministro de Transportes, y Koldo García, entonces asesor de Ábalos.
-Santos Cerdán: “Yo les pedí a estos lo de Sevilla.
-Koldo García: “pero es que primero tiene que ser lo de Logroño y después lo de Barcelona.
-Santos Cerdán: “Que se le voy a dar 550.000 euros”, se escucha en una de las grabaciones hechas por el propio Koldo García e incautadas por las autoridades durante un operativo en su domicilio, en 2020, hasta ahora conocidos públicamente.
Fue cuando menos un baldazo de agua fría para Sánchez y el Partido Socialista que hasta pocos minutos antes de que el informe fuera difundido cerraban filas en torno a Cerdán, el segundo secretario de organización consecutivo bajo graves indicios de corrupción después de que Ábalos renunciara a ese cargo y a la cartera de Transportes. Aunque Ábalos mantuvo su acta como diputado del Congreso, y por ende su aforamiento, su situación dio un giro cuando el lunes 16 de junio fue expulsado del PSOE.
Los implicados siguen alegando su inocencia.
Este capítulo se suma a la sombra que ha seguido al partido socialista en los últimos meses en medio de las investigaciones contra la mujer del presidente, Begoña Gómez, por supuesto tráfico de influencias, a su hermano, David Sánchez, también por presunto tráfico de influencias y prevaricación, la hasta hace poco militante socialista, Leire Díez, vinculada a una supuesta operación para desacreditar a altos mandos de la Guardia Civil, y al fiscal general, Álvaro García, encausado por el supuesto delito de revelación de secretos.
Aunque muchas de las causas iniciaron por cuestionadas demandas del grupo de ultraderecha Manos Limpias, sin fundamentos y en un afán por derribar al Gobierno, recalca el PSOE, el llamado Caso Koldo ha sido diferente. Los audios no han dejado dudas de, cuando menos, “indicios graves” de corrupción que han llevado por primera vez en medio del abanico de controversias al presidente del Gobierno a pedir perdón.
La pregunta ahora es si pedir perdón y alejar a las presuntas únicas manzanas podridas del partido es suficiente para zanjar la crisis.
Y es que la supuesta trama irregular de licitaciones, según las investigaciones, habría tenido lugar a lo largo de una década. Un esquema que mancha por completo a un partido que precisamente llegó al poder como la alternativa contra la corrupción tras los estrepitosos y múltiples casos del entonces gobernante Partido Popular (PP).
"El señor Sánchez tiene que dimitir ya, ni siquiera se merece las semanas necesarias para que se produzca una moción de censura", expresó el líder del PP, Alberto Núñez Feijoó, el pasado jueves.
Como si fuera poco, los audios revelan conversaciones entre Ábalos y Koldo García en las que hablaban de repartirse mujeres que trabajan en la prostitución, declaraciones repugnantes que enlodan a la bancada progresista que ha defendido los derechos sociales y el feminismo.
Sánchez y el partido se encuentran noqueados, insisten, por tres figuras concretas, pero tanto socios de la coalición como opositores reclaman acciones más contundentes ante las sospechas de que esta sea solo la punta del iceberg.
“Exigimos un nuevo marco de relaciones en el seno del Gobierno. No podemos continuar así, un nuevo marco de relaciones entre el partido socialista y Sumar, un reseteo, un tiempo nuevo en la legislatura”, señaló Yolanda Díaz, líder de Sumar, bancada de la coalición gobernante.
Leer tambiénEspaña: Pedro Sánchez pide perdón ante un escándalo de corrupción dentro de su partido
Perdón, resistencia y contraataque: ¿serán suficientes cartas para paliar la crisis?
Sánchez está acorralado y la resistencia parece ser ahora su mejor herramienta. Su primer paso tras el demoledor informe de la UCO que salpicó a Santos Cerdán fue una comparecencia ante la prensa en la que pidió perdón. El país vio a un Sánchez compungido, que se declaró sorprendido y traicionado y expuso los pasos a seguir: exigencia de dimisión al hasta entonces número tres del Gobierno, una auditoría externa de las cuentas del Partido Socialista y una reestructuración de la Comisión Ejecutiva Federal del partido.
“Pido perdón a la ciudadanía y natural y especialmente a los militantes y simpatizantes del Partido Socialista Obrero español, pido perdón porque hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán, expresó.
Pero la oposición advierte que no le dará respiro a Sánchez, mientras, una vez más, desde las elecciones de 2023 en las que quedaron fuera de liderar el Gobierno, exigen la dimisión del presidente del Gobierno.
"Sánchez ha decidido una agonía lenta, ese es su problema, pero va a ser mucho más dolorosa", sentenció el portavoz del PP, Borja Sémper.
De la moción de confianza a la moción de censura: los eventuales escenarios que se abren
Si las medidas anunciadas hasta ahora son insuficientes, como subraya la esfera política, ¿cuáles son las opciones? En primera línea aparece una moción de confianza que, por ahora, Sánchez no confirma, mientras avanza en contactos con los socios de la coalición que deberán definir si mantienen o no su respaldo al líder socialista.
Como segunda posible vía frente a una crisis política como la actual se encuentra una eventual moción de censura. Sin embargo, la oposición no la convoca. Feijoó ya señaló que no la hará porque, asegura, sería darle un impulso al Gobierno de Pedro Sánchez. Y es que los números no beneficiarían al líder de la oposición para que esa medida salga adelante en el legislativo, pese a que Sánchez ya lo retó a convocarla.
Un eventual hundimiento del presidente del Gobierno en una moción de censura llevaría a elecciones anticipadas y ante ese escenario resurge un fantasma de los pasados comicios anticipados: el fortalecimiento de la ultraderecha. El PP no solo ve sus opciones de gobernar en una alianza con Vox, sino que, de hecho, ya gobiernan en conjunto en algunas comunidades, una antesala de lo que podría pasar en el Gobierno nacional.
“Desgraciadamente en este mundo no existe la corrupción cero", remarcó Sánchez, al tiempo que señaló que su partido aplicará tolerancia cero cuando ese tipo de delitos se produzcan. Pero el escándalo ha golpeado no solo las entrañas del partido, sino que mina la confianza de la coalición y, principalmente, del electorado. Anticipadas o en la fecha programada, España volverá a las urnas.
¿Se inclinará la balanza al ala más radical de la derecha como en otras naciones europeas? ¿Podrá el partido gobernante recobrar la confianza? De los próximos pasos del Gobierno dependerá en gran medida la dirección del torbellino político.
Leer tambiénEspaña: los debates que marcaron la campaña electoral y que pueden ser cruciales el 23J
Compartir esta nota