El expresidente brasileño Jair Bolsonaro escuchó este martes, 9 de septiembre, a dos jueces —los únicos que han votado— condenarlo por orquestar un golpe de Estado en Brasil, para impedir el regreso de Lula da Silva al poder en 2023. La condena o absolución requiere al menos tres votos favorables entre los cinco magistrados que fallarán. El juicio se reanudará este miércoles.
El juez instructor del caso contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, Alexandre de Moraes, no halló “ninguna duda” de que el exmandatario —y siete de sus antiguos colaboradores, entre ellos exministros y mandos militares— quisieron instaurar “una dictadura”, a través del asalto a la Plaza de los Tres poderes en enero de 2023, durante el cual una multitud de seguidores del expresidente invadió el corazón de las instituciones democráticas en Brasilia.
“Bolsonaro ejerció la función de líder de la estructura criminal y recibió amplia ayuda de integrantes del Gobierno y de las Fuerzas Armadas, utilizando el Estado brasileño para la implementación de su proyecto autoritario de poder”, sostuvo Moraes en una intervención de duro casi cinco horas, durante las cuales dejo deslizar algunas diapositivas con el material probatorio del sumario.
Finalmente, y a instancias de la Fiscalía, votó a favor de condenar a Bolsonaro por cinco delitos: abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, organización criminal, deterioro del patrimonio protegido y daño calificado, con el agravante de comandar la tentativa.
La condena máxima por esos cargos superan los 40 años de prisión. No obstante, el magistrado se abstuvo de fijar una pena, por lo que se debatirá posteriormente en caso de que se confirme la culpabilidad.
Después de Moraes, intervino el juez Flávio Dino, exministro de Justicia del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, y miembro del Supremo desde el año pasado, quien recordó los bloqueos de carreteras, los atentados frustrados por la Policía y los campamentos de activistas de extrema derecha frente a cuarteles del Ejército.
“Esos campamentos no estaban en la puerta de las iglesias […] Fueron en la puerta de cuarteles, donde hay fusiles, ametralladoras, tanques”, subrayó el magistrado Dino, antes de reafirmar la culpabilidad del expresidente.
Con el voto de los dos primeros jueces, el juicio se suspendió hasta este miércoles. Los siguientes en anunciar su dictamen serán Luiz Fux, Cármen Lúcia Antunes y Cristiano Zanin. La condena o absolución requiere al menos tres votos favorables entre los cinco.
Si bien la el Supremo Tribunal Federal (STF) está compuesto por once magistrados, los casos se reparten en turmas (cámaras colegiadas) de cinco jueces, para agilizar los procesos. El juicio de Bolsonaro lo dirime la primera turma.
Un sumario con planes de magnicidio
Moraes detalló el funcionamiento de la trama golpista que empezó 15 meses antes de las elecciones presidenciales y se prolongó hasta el 8 de enero de 2023, cuando miles de voluntaristas vandalizaron las sedes de los tres poderes para incitar una intervención militar contra Lula, quien había asumido una semana antes.
Inicialmente, los acusados lanzaron una campaña contra la legitimidad de las instituciones mediante “graves amenazas” y la propagación de noticias falsas, desgloso el relator, que citó discursos de Bolsonaro en las fiestas patrias, en redes sociales y en reuniones ministeriales.
El juez subrayó, una vez más, que el plan de Bolsonaro fracasó debido a la negativa de los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea y recordó que el único en apoyar al expresidente habría sido el almirante de la Marina, Almir Garnier, otro de los procesados.
Sin la ayuda de los militares, concluye Moraes, Bolsonaro jugó una última carta: “causar un caos social” con dos objetivos “claros y cristalinos”: restringir el pleno ejercicio de los poderes, en especial del Poder Judicial, para “gobernar sin frenos, ni contrapesos”, e impedir la investidura de Lula “a cualquier costo”.
El juez reveló la existencia de un plan, corroborado por documentos y audios, para asesinar a Lula, a su vicepresidente Geraldo Alckmin y al propio De Moraes.
"Brasil casi vuelve a una dictadura porque un grupo político no sabe perder las elecciones, porque una organización criminal liderada por Bolsonaro no sabe el principio democrático y republicano de alternancia del poder”, alertó el relator.
Por complicaciones de salud, Bolsonaro siguió la sesión telemáticamente desde su casa en Brasilia, donde se encuentra detenido preventivamente desde inicios de agosto.
Con información de EFE.
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