El mediocampista de 27 años del West Ham está siendo sometido a juicio por la FA, la entidad que rige el fútbol inglés, por supuestamente haberse ganado deliberadamente tarjetas amarillas para beneficiar apuestas. El deportista niega las acusaciones, pero las implicaciones de su caso podrían llegar mucho más allá, y salpicar incluso a familiares suyos y a otro jugador de la selección brasileña, Luiz Henrique.
Paralelamente al juicio que se inició el 17 de marzo en la FA, y que podría terminar en una suspensión de por vida para Lucas Paquetá en el fútbol inglés, se desarrolla en Brasil una investigación parlamentaria sobre apuestas. Una que ha encontrado lazos entre su caso y el del exastro del Botafogo, Luiz Henrique, hoy en la liga rusa con el Zenit de San Petersburgo.
Lucas Tolentino Coelho de Lima, apodado Paquetá por el nombre de la isla donde nació y creció, comenzó a ser investigado a raíz de un patrón inusual de amonestaciones, que pudo ser relacionado con picos en las apuestas. Luego se le agregaron cargos por obstrucción, cuando desechó un celular que podía contener información de valor para la pesquisa.
Paquetá vio cartones amarillos en cuatro partidos de la Premier League entre 2022 y 2023. La FA descubrió que en esos mismos encuentros (contra Leicester, Aston Villa, Leeds y Bournemouth) se realizaron 60 operaciones por montos relativamente pequeños, que apostaban a que él recibiría esas amonestaciones.
Las acusaciones en su contra, formuladas en mayo de 2024, frustraron su pase al Manchester City, y más recientemente lo mantuvieron apartado de la selección brasileña en una ventana eliminatoria crucial, en la que la ‘canarinha’ superó a Colombia y cayó goleada ante Argentina, pues esta coincidió con el inicio de su audiencia.
Sus opciones de ser absuelto se complican por el hecho de que está siendo juzgado de acuerdo con procedimientos civiles, que toman como criterio la probabilidad, y no la demostración de la falta, más allá de toda duda razonable, como se impone en casos de naturaleza penal.
El reglamento disciplinario de la FA prevé que el uso de información privilegiada para apuestas puede llevar a castigos que van desde multas hasta la suspensión de por vida.
Las penas pueden ser recurridas ante la propia FA y, en segunda instancia, ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte.
Un regalo para un hermano y un tío apostador
La Comisión Parlamentaria de Investigación de apuestas (CPI) del Congreso brasileño actúa a la par de la FA, impulsada por una leyenda del fútbol de ese país, Romário, el delantero campeón del mundo en 1994, quien hoy es senador por Río de Janeiro.
Un testimonio como parte de esas pesquisas ha salpicado gravemente a Paquetá. Se trata del empresario y exjugador Bruno López de Moura, señalado como la mente maestra detrás de la operación Pena Máxima, que develó un esquema de amaño en partidos del fútbol brasileño en 2023.
López de Mora declaró ante la CPI haber tenido “conocimiento previo de la manipulación”, concretamente para la tarjeta amarilla que el mediocampista vio el 12 de marzo de 2023 ante Aston Villa.
El informe de la CPI, presentado por Romário el mismo día que comenzaba la audiencia de la FA, indica que López de Moura fue informado de que Paquetá le tenía “un regalo de cumpleaños” a su hermano Matheus para ese 12 de marzo.
Según el testimonio atribuido a López de Moura, Marlon Nascimento da Silva, amigo de Matheus, le informó que Paquetá recibiría una tarjeta ese día, como “regalo” para su hermano, y que Luiz Henrique también sería amonestado, por lo que el empresario procedió a hacer apuestas por ambas situaciones.
Luiz Henrique, quien luego se coronaría campeón de la Copa Libertadores con Botafogo, militaba entonces en el Betis de Sevilla, y vio una amarilla en el empate 1-1 contra Villarreal.
Actuando como relator de la CPI, Romário asegura que Bruno Tolentino, tío de Lucas y Matheus, pagó a Marlon Nascimento de Silva 16.823 dólares en cinco transacciones distintas, un monto destinado a captar jugadores dispuestos a manipulaciones de este tipo.
También según el informe de la CPI, Luiz Henrique habría recibido 30.000 reales (poco más de 5000 dólares) para provocar la amonestación ante Villarreal. Al igual que Paquetá, el delantero ha negado su participación en esquemas de manipulación.
Seis de los siete senadores que forman parte de la CPI votaron a favor de que la Policía y la Fiscalía inicien investigaciones en torno a Bruno Tolentino.
Se espera que haya una decisión en la FA sobre el caso de Paquetá a principios de abril, y de momento no hay elementos que señalen que las actuaciones en Inglaterra se cruzarán con aquellas que se adelantan en Brasil.
Antecedentes entre la levedad y la suspensión de por vida
Otros jugadores han sido sancionados en el pasado por su participación en apuestas y manipulación de resultados, sin que se haya sentado un precedente universal con las penas impuestas.
En el fútbol inglés hay antecedentes de amonestaciones particularmente severas, y en el brasileño se han registrado suspensiones de por vida por el amaño de partidos para favorecer apuestas.
Bradley Wood, defensa del Lincoln City de la tercera división inglesa, fue apartado por seis años luego de que se determinara que había influido en el mercado de apuestas recibiendo dos tarjetas amarillas en la temporada 2016-2017 de la FA Cup, y Kynan Isaac, que jugaba con el Stratford Town en una liga semiprofesional, quedó excluido por 10 años por una amonestación deliberada, también en la FA Cup, pero en 2021.
En ambos casos, las casas de apuestas detectaron patrones inusuales de jugadas que apuntaban a que esos futbolistas serían amonestados, y cuando se revisaron las ganancias derivadas de esas operaciones, se encontraron nombres que luego pudieron ser vinculados con Isaac y Wood, como familiares y amigos.
En la Premier League o máxima categoría del fútbol inglés, cinco jugadores fueron juzgados y condenados con penas más leves por actuaciones similares: Daniel Sturridge, Kieran Trippier, Joey Barton, Ivan Toney y Harry Toffolo.
Sturridge, un exfutbolista salido de la cantera del Aston Villa que llegó a jugar con Manchester City y con la selección inglesa que participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue suspendido por cuatro meses y multado con 170.000 euros por filtrar información sobre un supuesto fichaje suyo por el Sevilla, que nunca se llevó a cabo, para que su hermano apostara por ello.
Otro ex internacional inglés, Kieran Tripppier, pagó por razones similares: dos meses y medio fuera de las canchas y 70.000 euros de penalidad por revelar a amigos detalles de su traspaso al Atlético de Madrid, para que se beneficiaran en apuestas.
La pena más severa fue para Barton, que mostró evidencias médicas de su adicción al juego, pero no pudo evitar una suspensión de año y medio que terminó con su carrera, luego de haber participado en 1.200 operaciones de apuestas durante 10 años.
Ivan Toney, que reconoció haber apostado contra su propio equipo, el Brentford, fue sancionado con ocho meses de inactividad y 50.000 euros de multa.
En Brasil el antecedente más serio es la operación ’Pena Máxima', como se denominó a una investigación de la Fiscalía del estado de Goiás, que demostró en 2023 que jugadores de varios equipos de Serie B (equivalente a la segunda división del campeonato local) habían recibido pagos para forzar penales en tres partidos específicos, y así favorecer artificialmente ganancias en las apuestas.
Una segunda fase de esa pesquisa condujo al Ministerio Público y a autoridades contra el crimen organizado hacia operaciones en la Serie A. Diecisiete jugadores admitieron el cargo de manipulación de resultados.
A final, ocho de ellos fueron sancionados con penas que iban desde 12 partidos fuera de acción hasta suspensión de por vida del fútbol, en los casos de Matheus Gomes, Gabriel Tota y Romário (sin relación con el astro del Mundial de 1994). Los contratos de 10 de los investigados fueron rescindidos.
Bryan García, ecuatoriano del Atlético Paranaense que había fichado por el entonces campeón de la Copa Sudamericana Independiente del Valle de su país, y Kevin Lomónaco, que llegó a jugar con la selección argentina sub 17, fueron los únicos no brasileños suspendidos por su participación en la trama.
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