La carrera presidencial en Bolivia arrancó con diez candidatos inscritos, una izquierda dividida sin el expresidente Evo Morales (2006-2019) y una derecha variopinta. Los bloques intentarán seducir a un electorado golpeado por la peor crisis económica en décadas y que busca salidas y respuestas en los comicios convocados para agosto.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que recibieron diez postulaciones a la presidencia y ante la insistencia de los medios aclararon que el Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), que intentaba postular a Evo Morales, no estaba habilitado para participar en los comicios previstos para el próximo 17 de agosto.

Pero, sobre Morales,  también pesa un impedimento legal por una decisión del Tribunal Constitucional de que un candidato no puede ejercer la Presidencia del país por más de dos veces de forma continua o discontinua. Evo Morales gobernó Bolivia en tres períodos por 14 años continuos.

En los últimos días, Morales organizó una multitudinaria movilización para presionar al TSE a aceptar su postulación al margen del impedimento judicial y sus seguidores han amenazado con reanudar protestas contra el proceso electoral por la exclusión del exmandatario.

Los comicios se celebrarán en un contexto complejo: una situación económica precaria debido a la escasez de combustibles y el hecho de que el dólar haya casi triplicado su cotización respecto al cambio oficial disparando los precios de varios productos.

El TSE también ha confirmado que aún no es definitiva la postulación del candidato de izquierda mejor perfilado en las encuestas, el dirigente cocalero y politólogo Andrónico Rodríguez. Esto debido a una denuncia contra el Movimiento Tercer Sistema (MST) que lo postula a la presidencia.

Rodríguez, considerado como la renovación de la izquierda, tiene 36 años, lleva cinco años como presidente del Senado y era visto como el delfín de Evo Morales, aunque ha preferido distanciarse del histórico líder y del presidente Arce, y postular por su cuenta.

El TSE informó que la inscripción de Rodríguez y de su acompañante de fórmula la exministra de Planificación de Morales, Mariana Prado (43), se ha registrado en el sistema informático, pero la aceptación está en suspenso hasta que la Justicia se pronuncie este miércoles 21.

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El candidato oficialista del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) es el exministro de Gobierno Eduardo del Castillo, que en los últimos años ha enfrentado con la fuerza policial las protestas promovidas por Morales y ha advertido varias veces con detenerlo para que responda a las denuncias de “estupro” y “trata” en el caso que se le acusa de haber tenido relaciones con una menor de edad cuando era presidente en 2019.

En el mismo bloque de izquierda, también presentó su propia postulación la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, también exsenadora del MAS, con la sorpresa de que su candidato a la vicepresidencia es el exportavoz de Luis Arce, Jorge Richter, que fue anunciado en lugar del gobernador indígena quechua del departamento de Chuquisaca, Damian Condori.

Para el analista político Gonzalo Medieta, la presentación de estas candidaturas, en particular la de Andrónico Rodríguez, muestra a “una izquierda no tan acabada como se decía hace algunos meses” cuando se hablaba incluso de un fin de ciclo, según plantea a este medio.

Por otro lado, agrega que si bien Morales no ha logrado inscribirse y se encuentra debilitado, no parece que vaya a quedar “exiliado de la política” como quisieran sus detractores políticos. A su juicio, viendo más el proceso, que a cada figura, la izquierda podría haber ido unida.

“Si uno ve el proyecto, más que a los individuos, lo más racional sería que Eva Copa, Castillo y Evo fueran detrás de Andrónico que es su candidato más potente”, dice el experto. 

Las inscripciones que se produjeron hasta la medianoche del 20 de mayo dejaron como sorpresa la matrícula como candidato a primer senador por el departamento de La Paz del presidente Luis Arce, que hace unos días declinó su propia candidatura presidencial para llamar a la unidad de la izquierda.

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La fragmentación de la derecha

Después del fracaso del bloque de unidad en la oposición, que buscaba tener un candidato único para enfrentar al MAS, las opciones opositoras, de centro y de derecha, tienen también varios candidatos.

Entre ellos, están el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), aliado con líderes y dirigentes de derecha de la próspera región de Santa Cruz (este), entre ellos el empresario Branko Marinkovic.

También está en carrera el empresario Samuel Doria Medina que ha logrado alianzas con varios políticos y exparlamentarios de centro, pero que también tiene un pacto con el exgobernador de derecha de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, que está recluido desde fines del 2022 en una cárcel de alta seguridad en el altiplano de La Paz.

El dirigente opositor Camacho es acusado de diversos delitos, entre ellos la dirección de las protestas antigubernamentales contra Morales en 2019,  que derivaron en la renuncia del exmandatario.

Otro candidato de derecha es el analista financiero Jaime Dunn, exoperador de Bolsa de Valores en Nueva York, que en el estilo del presidente argentino Javier Milei pregona contra la injerencia plena del Estado en la economía. Dunn es considerado como el outsider de esta elección.

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Además, postulan desde la oposición el alcalde de Cochabamba (centro), Manfred Reyes Villa, y el presidente del club deportivo San José, Pablo Rodríguez, que ha presentado como su candidato a vicepresidente al analista liberal de derecha Antonio Saravia.

Con una posición de centro, también se presenta el alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández, y el senador Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993).

“El país no tiene otra salida política que las elecciones”

Mendieta subraya que la situación económica del país es muy compleja para los bolivianos y que no tienen "otra salida política que las elecciones”.

“Creo que vamos a llegar a las elecciones con una precariedad extrema. Este Gobierno no quiere y no tiene el apoyo político necesario para dictar medidas de ajuste para revertir el declive de la economía”, apunta.

De su parte, el analista político Vladimir Torrez comenta que, en efecto, “el factor económico será decisivo al momento de hablar de propuestas electorales” porque la “situación económica va a empeorar, no se sabe si de golpe o gradualmente”.

Torrez agrega que en su experiencia sintió “mucho dolor” al haber cambiado los pesos bolivianos en dólares y comprobar que la moneda boliviana “se está convirtiendo en papel”. La cotización del dólar oficial es de Bs 6,87, mientras que la paralela ha llegado incluso a Bs 20.

La precariedad económica también supone que el próximo gobierno va a administrar un país en crisis, sin reservas monetarias internacionales y “sin una capacidad de construir consensos debido a la atomización de las diferentes fuerzas políticas”, plantea Torrez. 

A diferencia de los últimos años, en los que Morales se resistía a debatir, en esta campaña habrá debates obligatorios a nivel de candidatos presidenciales en los que ninguno podrá rehuir.

En el debate político están las posiciones de la izquierda socialista, que postula el rol interventor del Estado, y la derecha para defender un discurso de libertad económica, inversión extranjera y un rol más reducido del Estado.

France24

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