La boxeadora argelina ha vuelto a quedar en el centro de la controversia. No fue inscrita en la copa Eindhoven, en al que se esperaba su participación, y eso reavivó las dudas sobre su elegibilidad para competir en la categoría femenina. Su ausencia en uno de los primeros eventos organizados por World Boxing, el nuevo organismo rector del pugilismo, se produce días después de que éste anunciara que realizará pruebas de género a todos los competidores mayores de 18 años.

Después del apoyo del Comité Olímpico Internacional a Imane Khelif y a la otra boxeadora cuestionada, la taiwanesa Lin Yu-ting, World Boxing pareció dar un giro y acercar sus posiciones a las del antiguo ente regulador de su deporte, la Asociación Mundial (IBA), al anunciar en un comunicado su intención de realizar las polémicas pruebas de género.

Imane Khelif fue objeto de fuertes críticas durante su participación en el peso welter de los Juegos Olímpicos de París 2024, a raíz de las dudas que arrojó sobre ella su primera rival, la italiana Angela Carini, y luego la IBA, que recordó que la había descalificado por considerarla no elegible para combatir en el boxeo femenino.

La afirmación de IBA no estuvo acompañada por evidencias que mostraran a qué tipo de pruebas había sido sometida para dejarla fuera del Mundial de Nueva Delhi en 2023.

La IBA venía de quedar marginada de la organización de los últimos dos torneos olímpicos de boxeo, por las objeciones del COI en contra de la administración de su presidente Umar Kremlev y los escándalos arbitrales que tantas dudas arrojaron sobre sus decisiones.

En su momento, el COI atribuyó la extemporánea revelación de Kremlev, y sus acusaciones sin evidencias de que Khelif y Lin eran “hombres”, a las diferencias políticas con Thomas Bach, presidente de la entidad olímpica.

En su sesión de marzo de 2025, el COI reconoció a World Boxing como el ente a cargo del boxeo mundial, como una forma de salvar la presencia de este deporte en el programa de los Juegos de Los Ángeles 2028.

Poco antes, la propia Khelif había anunciado su intención de defender su corona en tierras californianas, incluso después de que el presidente Donald Trump la citara de forma indirecta, cuando prohibió la participación de atletas trans en el deporte femenino en programas e instituciones que reciben financiamiento federal en Estados Unidos.

“¿Quién podría olvidar los Juegos Olímpicos del año pasado, donde un boxeador hombre robo la medalla de oro de las mujeres?”, dijo el mandatario en esa oportunidad.

Khelif restó importancia a las palabras de Trump, durante una entrevista con el canal británico ‘ITV News’: “Dictó una decisión sobre políticas transgénero en Estados Unidos. Yo no soy transgénero, no me concierne y no me intimida. Esa es mi respuesta. Me veo a mí misma como una chica. Nací mujer, fui criada como niña y he vivido toda mi vida como tal”.

¿A qué se debe el cambio de postura de World Boxing?

Ahora World Boxing parece hacer un movimiento mucho más cercano a la IBA que al COI, que defendió la participación de Khelif y Lin con el único criterio que consideró válido para aceptarlas, aparte de la clasificación: el género asignado en el pasaporte con el que fueron inscritas.

El 30 de mayo anunció a través de un comunicado la aplicación de pruebas genéticas por hisopado nasal o bucal como parte de su nueva política de elegibilidad “Sexo, Edad y Peso, que está diseñada para garantizar un campo de juego competitivo y nivelado para todos los hombres y mujeres”.

El documento agregaba que el propósito de los controles es determinar el sexo de los atletas al nacer, al detectar el gen SRY, “que revela la presencia del cromosoma Y, que es un indicador del sexo biológico”.

World Boxing aseguró haber consultado “evidencia médica de una gama amplia de fuentes”, así como “otros deportes y expertos de todo el mundo”.

Según el nuevo reglamento -que fue respaldado incluso por la federación rival, IBA-, los atletas a los que se detecte el gen SRY, bien sea porque “se consideren masculinos al nacer” o “con una diferencia en el desarrollo sexual” (DSD) podrán participar en la categoría de varones.

El DSD se refiere a una variedad de condiciones congénitas que derivan en un desarrollo de características sexuales no coincidentes con los patrones binarios típicos, entre las que se encuentran el hiperandrogenismo y el DSD ovotesticular, anteriormente conocido como hermafroditismo.

Sin embargo, la comunicación de World Boxing hace la salvedad de que las atletas que deseen competir en la categoría femenina, pero arrojen “material genético del cromosoma Y y un posible DSD”, serán derivadas a expertos clínicos independientes “para la detección genética, los perfiles hormonales, el examen anatómico u otra evaluación de los perfiles endocrinos”.

El documento no precisa los procedimientos posteriores para determinar la elegibilidad después de practicados estos controles.

Una posición salpicada por la polémica

En una primera versión del documento, World Boxing hacía referencia directa a Khelif. Además, publicó una carta dirigida a la federación argelina, en la que se le notificaba que la atleta no podrá participar en la Copa Eindhoven, ni en ningún otro evento regido por la entidad, hasta que no se haya sometido a la prueba genética.

El evento neerlandés debía marcar el retorno de Khelif a los ensogados después de su medalla de oro en París 2024.

El presidente de World Boxing, Boris Van der Vorst tuvo que presentar disculpas a la entidad argelina, en una carta a la que tuvo acceso la agencia AP, por la innecesaria mención de Khelif, reconociendo “que su privacidad debería haber sido protegida”.

No fue la única situación en la que Khelif fue expuesta de forma indebida. Una supuesta copia del informe médico que derivó en su descalificación del Mundial de Nueva Delhi fue publicada en el portal ‘3 Wire Sports’.

Uno de los deportes a los que World Boxing asegura haber consultado probablemente fue el atletismo, cuyo ente rector, World Athletics, anunció recientemente la reintroducción de tests genéticos, en sustitución de su Reglamento sobre DSD, considerado una legislación de avanzada para determinar la elegibilidad de género en pruebas específicas.

La decisión ha sido cuestionada, a la luz de casos como el de la ex corredora española María José Martínez Patiño, cuya prueba genética arrojó cromosomas XY, haciéndola inelegible para competir entre las mujeres.

La antigua IAAF (precursora de World Athletics) suspendió a Martínez por años, sin tomar en cuenta un matiz fundamental: ella también tenía resistencia a los andrógenos, lo que significaba que su cuerpo no reaccionaba a los estímulos para el desarrollo de características masculinas.

Su caso fue bandera de lucha para la desaparición de las pruebas genéticas de género, pues arrojó dudas sobre la exactitud de las mismas.

Mucho después, cuando los controles fueron restringidos exclusivamente a las atletas sobre las que había algún tipo de sospechas, un patrón de doble discriminación fue detectado, porque de acuerdo con organizaciones de defensa de derechos humanos agregaba un componente racial al tema de las diferencias sexuales. Human Rights Watch acusó a World Athletics de dirigir su atención “abrumadoramente a mujeres de color del Sur Global”.

Las opciones de Khelif y Lin

Antes de que Khelif quedara fuera de la Copa Eindhoven, ya Lin Yu-ting había tenido que retrasar su regreso a los cuadriláteros, al retirarse de una competencia también regida por World Boxing, la Copa Mundial de Sheffield, que se realizó en noviembre de 2024.

Aunque en ese momento no se había aprobado ni publicado el nuevo reglamento, los organizadores del evento británico cuestionaron la elegibilidad de Lin para competir en el renglón femenino, lo que la llevó a desistir de participar.

La Administración de Deportes de Taiwán emitió un comunicado, en el que lamentó que World Boxing “todavía navega por el desarrollo de sus mecanismos operativos, carece de las políticas regulatorias claras del COI que garanticen la protección de los derechos de los atletas”.

Al menos en el caso de Khelif, otra alternativa podría entrar en juego: el pase al boxeo profesional, en el que ya llegó a disputar y ganar un combate, y que no está regido por las normas de World Boxing. En octubre de 2024, la argelina ya reveló que tenía “muchas ofertas”, pero no había decidido aún en qué momento daría el salto.

Las presiones sobre el COI para que revise los resultados de las categorías dominadas por Khelif y Lin en París han vuelto a acentuarse, pero sigue pareciendo poco probable que la entidad cambie su posición en torno a la asignación de sus medallas, incluso con el cambio de mando que tendrá lugar este 24 de junio, cuando Kirsty Coventry asuma formalmente la presidencia.

France24

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