76 personas que había sido secuestradas por un grupo delictivo local fueron rescatadas en el estado noroccidental de Katsina, Nigeria, luego de que la Fuerza Aérea desplegara un ataque de precisión en la localidad de Pauwa Hill, de acuerdo con la información del ministerio de Seguridad Interna.
Las Fuerzas Aéreas de Nigeria lograron este 24 de agosto el rescate de 76 personas que permanecían en poder de una banda en la localidad de Pauwa Hill, en el estado de Katsina, al noroccidente del país, gracias a un ataque de precisión dirigido a reducir a un líder de una pandilla local conocido como Babaro.
Durante la operación murió un niño, según informó el comisionado de Seguridad Interna Nasir Mu’azu, que no precisó si había otras víctimas en el bando delictivo o entre los retenidos.
Bandoleros se han apoderado de amplios sectores al noroeste y centro-norte del país más poblado de África, en medio de enfrentamientos entre agricultores y pastores locales, que se han surtido de armas y sumado el apoyo de grupos delictivos en su lucha por el acceso limitado al agua y la tierra.
Eso ha derivado en aumento de ataques entre comunidades que rivalizan por esos recursos, un conflicto que se ha vuelto más violento y mortífero en los últimos años.
El 19 de agosto un grupo de hombres armados abrió fuego contra fieles que se encontraban en una mezquita de Katsina, provocando la muerte a 13 de ellas, en lo que se cree fue una represalia contra los pobladores de Unguwan Mantou, donde está ubicado el templo, por un ataque unos días antes contra miembros de una banda rival.
Los pastores se han armado profusamente, dando lugar al surgimiento de grupos criminales que actúan con impunidad en aldeas remotas y con escasa presencia policial.
Los granjeros acusan a los pastores, la mayoría de la etnia fulani (el grupo nómada más grande del mundo), de llevar a sus rebaños a pastar en sus cultivos, dañando sus cosechas, mientras que los dueños de animales aseguran que las áreas hoy ocupadas por los agricultores son rutas de pastoreo protegidas por ley desde 1965.
A mediados de junio, otro ataque armado en la comunidad Yelewata del estado de Benue produjo la muerte a 150 personas, e incendió varias casas y depósitos de alimentos para la exportación hacia otras zonas de Nigeria.
Varios frentes abiertos
Nigeria también ha tenido que hacer frente a un repunte del yihadismo en el noreste, donde el grupo militante Boko Haram y su escisión ISWAP han causado la muerte de 35.000 civiles y el desplazamiento de más de 2,7 millones de personas, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas.
En una operación diferente a la de Pauwa Hill, el Ejército mató a unos 35 yihadistas este 24 de agosto en la frontera con Camerún, de acuerdo con un boletín difundido por la Fuerza Aérea.
"Actuando con base en información de inteligencia proveniente de diversas fuentes, el componente aéreo ejecutó ataques de precisión en pases sucesivos, atacando a los terroristas y neutralizando a más de 35 combatientes en cuatro zonas de concentración identificadas", indicó en un comunicado el portavoz de la Fuerza Aérea, Ehimen Ejodame.
La operación lleva a 592 la cifra de combatientes eliminados en bombardeos militares al noreste del país en los últimos ocho meses, en un esfuerzo por combatir los movimientos que quieren establecer un gobierno islámico en el país, integrado también por una amplia población cristiana en el sur.
Boko Haram actúa en la región desde 2009, y la violencia yihadista se fortaleció en 2016 cuando surgió una célula secesionista de esta guerrilla, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP).
Con AP, EFE y Reuters
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