El domingo 17 de agosto, casi ocho millones de bolivianos están llamados a las urnas para elegir a su nuevo presidente, vicepresidente y congresistas. Por primera vez en veinte años, el país andino podría dar un giro a la derecha, con la fragilidad de la economía en el centro de las preocupaciones de los votantes.
Se trata de un momento clave para Bolivia. El domingo 17 de agosto, casi ocho millones de bolivianos están llamados a las urnas en elecciones generales que podrían resultar en la llegada al poder de la derecha por primera vez en veinte años, en un contexto de crisis económica y de gobernabilidad.
Los bolivianos se preparan a elegir su nuevo presidente y vicepresidente. También elegirán a sus congresistas, es decir 130 diputados y 36 senadores, en un país en el cual votar es obligatorio.
France 24 les resume los puntos clave de estos comicios.
¿En qué contexto político se organizan estas elecciones?
Bolivia llega a las elecciones en un contexto político, económico y social bastante caótico. El Movimiento al Socialismo (MAS), que ha gobernado el país casi sin interrupción desde 2006, se presenta a las elecciones debilitado por los enfrentamientos internos, en especial entre su líder emblemático el expresidente Evo Morales y su heredero político, el actual presidente Luis Arce.
Evo Morales, tres veces presidente y cofundador del MAS, fue inhabilitado para presentarse tras un intento fallido de cambiar la Constitución para permitir un cuarto mandato. Frente al accionar en su contra de su antiguo mentor político, Luis Arce denunció un intento de golpe de Estado en septiembre de 2024, concretizando de manera definitiva la fractura entre las dos personalidades potentes del MAS.
La debacle del MAS podría beneficiar a los partidos de derecha que prometen acabar con la crisis de gobernabilidad del país y la inestabilidad económica.
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¿Cuáles son las temáticas que dominaron la campaña electoral?
La resolución de la crisis económica aparece como el tema central de los comicios. El Gobierno ha agotado casi por completo las reservas de dólares, mientras que las exportaciones de gas natural, que antes eran el principal motor de la economía boliviana y la principal fuente de divisas del país, se han desplomado desde 2017.
La escasez de dólares, que ha duplicado su valor en menos de un año, también han provocado un nivel de inflación récord en veinte años.
La penuria de combustible y los altos precios, incluso de productos básicos, alimentan el descontento de la población y refuerzan las desigualdades socioeconómicas, con un creciente sentimiento de pérdida de calidad de vida.
“Cualquiera que sea el gobierno, este tendrá que enfrentar de manera inmediata varios aspectos: primero, la provisión de combustibles; también la posibilidad de contar con dólares para quienes trabajan con el mercado internacional; y lo otro, que está como posibilidad y como amenaza, es encarar la negociación sobre el litio”, enumera María Teresa Zegada Claure, socióloga, politóloga y doctora en Ciencias Sociales en diálogo con France 24.
Frente a la fragmentación del panorama político nacional y de las organizaciones sociales, la cuestión de la gobernabilidad del país también es clave. El escenario en el cual no haya mayoridad absoluta parlamentaria es probable, por lo que forjar alianzas entre partidos políticos parece indispensable para el futuro gobierno.
Ganar la confianza de los sectores sociales con alta capacidad de movilización también será una condición imprescindible para poder gobernar el país.
La lucha contra la corrupción, en un país en el que se desarrolla la impresión de una apropiación indebida de los recursos del Estado por parte de la administración, constituye otro tema de interés para la ciudadanía.
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¿Quiénes son los principales candidatos?
Ocho candidatos presidenciales compiten en las elecciones del domingo: dos de izquierda, y seis de la oposición de derecha y centroderecha.
El favorito de los comicios, según la encuesta Ipsos-Ciesmori del 9 de agosto, con el 18,70% de las intenciones de votos, es Samuel Doria Medina del partido Unidad Nacional, de centroderecha. De 66 años, se beneficia de una larga experiencia política, siendo ministro de Planificación en los años noventa. Respaldado por el mundo empresarial, propone una política liberal en términos económicos, simbolizada por su voluntad de privatizar empresas públicas, disminuir el gasto público y atraer inversiones extranjeras, entre otras propuestas.
Le sigue de cerca en las encuestas el liberal conservador Jorge “Tuto” Quiroga (Libre, 18,13%). El que fue presidente de Bolivia entre 2001 y 2002 promete un plan de liberalización de la economía boliviana, criticando de manera dura lo que considera ser “los veinte años perdidos” por los gobiernos del MAS.
Después llega el izquierdista Andrónico Rodríguez (Alianza Popular, 11,83%), de 36 años. Politólogo, dirigente cocalero y presidente del Senado desde 2020, Rodríguez quiere presentarse como la nueva cara de la izquierda boliviana, alejándose de las peleas internas que debilitaron al MAS. Propone una reactivación de la economía a través del reforzamiento del rol del Estado, con garantías de justicia social.
Andrónico Rodríguez podría sufrir la competición de Eduardo del Castillo (2,29%), exministro de Gobierno, que le disputa el liderazgo a la izquierda del espectro político.
Otro candidato destacado en las encuestas es Manfred Reyes Villa (Autonomía Para Bolivia- Súmate, 8,23%) un exmilitar con larga experiencia en la política boliviana. En su discurso, insiste en la idea de “poner orden”, romper con las alianzas políticas tradicionales y liderar un proyecto pragmático y conservador.
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Completan la lista de candidatos Rodrigo Paz Pereira (Partido Demócrata Cristiano, centroderecha democristiana), Jhonny Fernández (Fuerza del Pueblo, derecha populista) y Pavel Aracena Vargas (Libertad y Progreso – ADN, derecha liberal-nacionalista).
¿Habrá segunda vuelta?
Las urnas abren a las 8 de la mañana y cierran a las 4 de la tarde hora local. El tribunal electoral prevé publicar el 80% de los resultados preliminares en la noche de las elecciones. Los resultados oficiales se entregarán dentro de los siete días.
Los candidatos presidenciales necesitan una mayoría absoluta o el 40% de los votos con una ventaja de 10 puntos sobre el candidato llegado segundo para ganar en la primera vuelta. En el caso contrario, se celebrará una segunda vuelta entre los dos candidatos llegados en primero y segundo lugar.
Ninguno de los candidatos que compiten por la presidencia supera el 30% en las encuestas de opinión, y aproximadamente una cuarta parte de los votantes afirma que siguen indecisos, lo que podría indicar que el país se encamine a una inédita segunda vuelta el próximo 19 de octubre.
El mandato presidencial dura cinco años.
Con Reuters, EFE y medios locales.
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