El ministro de Relaciones Exteriores de Omán, cuyo país hace de mediador en los diálogos entre Irán y Estados Unidos sobre su programa nuclear, dijo el jueves que se postergó la última ronda prevista para esta semana. Irán, que confirmó el aplazamiento, acusó en la víspera a Estados Unidos de comentarios provocadores antes de las negociaciones.
Una nueva ronda de diálogos —la cuarta— entre autoridades iraníes y estadounidenses, que estaba prevista para el sábado en Roma, fue pospuesta el jueves por “razones logísticas”, informó Badr Albusaidi, ministro de Relaciones Exteriores de Omán, que hace de mediador entre ambos países rivales, tras el reinicio hace semanas de negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán y las sanciones impuestas por Washington a la República islámica, a la que acusa de desarrollar una bomba atómica.
"Por razones logísticas, estamos reprogramando la reunión entre Estados Unidos e Irán prevista provisionalmente para el sábado 3 de mayo. Las nuevas fechas se anunciarán cuando se llegue a un acuerdo mutuamente", dijo Albusaidi en un comunicado en la red social X.
El portavoz del ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, confirmó también el jueves el aplazamiento de la cuarta ronda de negociaciones: “La fecha de la próxima ronda de conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos, prevista para el 3 de mayo en Roma, ha sido cambiada”, expresó en un comunicado.
Baghaei indicó que la cancelación del encuentro se debió a una petición del ministerio de Exteriores de Omán y aseguró que se anunciará una nueva fecha en el futuro. También afirmó la determinación de Irán para alcanzar un acuerdo a través de la diplomacia para lograr el levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos.
“(Irán) ha demostrado su seriedad para conversaciones orientadas a resultados para lograr un entendimiento justo, razonable y sostenible, y se mantendrá firme en este camino con fuerza y poder”, aseguró el diplomático iraní.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Teherán, en respuesta a su programa nuclear y al apoyo económico y logístico que ha brindado a grupos armados y milicias como Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica —considerados organizaciones terroristas por Washington— han golpeado duramente la economía iraní, limitando la capacidad del país para comercializar crudo, acceder a tecnología y productos para su industria de hidrocarburos y ha provocado el incremento de la inflación, la caída de su PIB y del poder adquisitivo de los iraníes.
Más recientemente, Estados Unidos ha condenado el respaldo de Irán a las milicias chiítas en Irak, así como el patrocinio a las milicias hutíes en Yemen, que han atacado, secuestrado e incendiado embarcaciones en el Mar Rojo, interrumpiendo el comercio internacional de carga.
Nuevas sanciones y ataques en la víspera de la cita en Roma
Estados Unidos impuso el miércoles nuevas sanciones a entidades acusadas de estar involucradas en el comercio ilícito de petróleo y petroquímicos iraníes, días antes de la nueva ronda de negociaciones entre Estados Unidos e Irán prevista para el sábado, en un esfuerzo por aumentar la presión sobre Teherán.
El Departamento de Estado declaró sanciones a siete entidades con sede en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Turquía e Irán, acusadas de comercializar petróleo y productos petroquímicos iraníes. También impuso sanciones a dos buques, individuos y entidades con sede en Irán y China a las que acusó de apoyar el desarrollo de misiles balísticos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) de Irán.
“La acción de hoy, dirigida contra esta red que ha facilitado la adquisición de perclorato de sodio y sebacato de dioctilo desde China a Irán, se adopta en apoyo de la campaña de máxima presión de Estados Unidos para frenar el programa de misiles balísticos de Irán e interrumpir las actividades de la Guardia Revolucionaria, como se indica en el memorando presidencial de Seguridad Nacional del presidente”, declaró en un comunicado Tammy Bruce, la portavoz del Departamento de Estado.
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Irán acusó el jueves a Estados Unidos de realizar "declaraciones provocadoras" y de tener un "comportamiento contradictorio" cuando las conversaciones de Roma aún seguían en pie. La acusación se produjo después de que Estados Unidos anunciara las nuevas sanciones. El líder supremo y máximo clérigo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, quien se opuso al reinicio de conversaciones con Washington, dijo en febrero que no se puede confiar en Estados Unidos. También dijo que las negociaciones no eran “ni inteligentes, ni sabias, ni honorables”.
Estados Unidos logró un acuerdo con Irán, negociado en 2015 por la administración Obama y socios europeos, que fue conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por Joint Comprehensive Plan of Action) en el que Teherán se comprometía a la eliminación de sus reservas de uranio enriquecido, la reducción de centrifugadoras y a no construir ningún reactor nuclear a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
Pero en 2018, el presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del pacto, al que tildó de ser “el peor acuerdo de la historia”, y reinstauró de nuevo el régimen de sanciones contra Teherán. Tras la salida del acuerdo, Teherán aceleró de manera significativa su capacidad atómica.
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Un juego pesado
Teherán y Washington han celebrado tres rondas de negociaciones indirectas con mediación de Omán desde el 12 de abril, unos encuentros que las partes han calificado como positivos, aunque han advertido de que todavía quedaba mucho trabajo por delante y temas pendientes.
Roma acogió la segunda ronda de negociaciones el 19 de abril, mientras que la primera y tercera se celebraron en Mascate, la capital de Omán. Teherán había propuesto una reunión con Gran Bretaña, Francia y Alemania, conocidos colectivamente como el E3, países que se adhirieron al acuerdo de 2015 destinado a frenar la actividad nuclear de Irán, antes de proseguir con las negociaciones con Washington.
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Estados Unidos busca presionar a Irán para que permita certificar capacidad y reservas de uranio enriquecido, mientras que la República Islámica asegura que su derecho a enriquecer uranio no está en discusión y que esta es una línea roja o área en la que no está dispuesta a hacer concesiones.
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Teherán ha insistido en que no negociará su derecho a enriquecer uranio y Washington ha mencionado las posibilidades de desmantelar completamente el programa nuclear iraní o limitar que adquiera uranio enriquecido a otro país. El presidente Donald Trump ha repetido amenazas militares contra Irán en caso de no cerrar un acuerdo y dijo en abril, en compañía del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ninguna opción estaba fuera de la mesa para evitar que Irán adquiera capacidades nucleares.
Con Reuters, AFP, AP, EFE y medios locales.
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