Más de 100 personas han muerto en dos días en una ola de violencia contra la minoría drusa por parte de grupos armados vinculados con el nuevo Gobierno de Siria, según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Desde la caída de Bashar al-Assad, la nueva Administración tiene grandes dificultades para estabilizar el país y ha fallado en proteger a las minorías religiosas sirias.
Nuevas masacres de minorías en Siria. Los enfrentamientos empezaron el lunes 28 de abril en Jaramana, tras la supuesta difusión en las redes sociales de un mensaje de audio considerado blasfemo contra el profeta Mahoma y atribuido a un druso.
Este incidente habría desencadenado violencias de grupos afiliados al poder central contra drusos, dejando varios muertos en esta ciudad.
Rápidamente, los enfrentamientos se extendieron a Sahnaya, Sueida y al sur de Damasco, causando decenas de muertos. El Ministerio del Interior sirio afirmó que sus fuerzas habían ido a disolver los enfrentamientos, pero fueron atacadas.
Según el OSDH, en dos días, se contabilizaron más de 100 muertos, la mayoría drusos. Entre las víctimas, hay miembros de las fuerzas de seguridad, afiliados al poder central, combatientes drusos y civiles.
Desde entonces, se firmaron acuerdos entre el poder central y representantes drusos, lo que permitió establecer una frágil calma en los lugares de enfrentamientos. El Gobierno sirio, que asumió el poder en diciembre tras la caída de Bashar al-Assad, reafirmó su “firme compromiso de proteger a todas las partes del pueblo sirio, incluida la comunidad drusa”.
¿Quiénes son los drusos?
Los drusos, cuya religión surgió de una vertiente del chiísmo e incorpora puntos de diferentes creencias, entre ellas el hinduismo, se concentran principalmente en Siria, el Líbano e Israel, aunque también están presentes en menor medida en Jordania.
En Siria, representan alrededor del 3 % de la población, con un número estimado en alrededor de medio millón de personas y se ubican en la provincia meridional de Sueida, así como en algunas localidades a las afueras de la capital, como las que estos días son escenario de choques.
Pérdida de confianza con las autoridades
El líder religioso druso más influyente de Siria, Hikmat al-Hajri, denunció el jueves 1 de mayo una “campaña genocida” contra su comunidad. En un comunicado, Hikmat al-Hajri denunció masacres de “civiles en sus hogares” y pidió “la intervención inmediata de las fuerzas internacionales”.
También criticó directamente al presidente interino, Ahmed Al-Sharaa: “Ya no confiamos en una entidad que dice ser un gobierno (…) Un gobierno no mata a su pueblo utilizando a sus propias milicias extremistas para luego, tras las masacres, afirmar que son elementos incontrolables”, añadió.
En reacción, el jefe de la diplomacia siria, Asaad al-Shaibani, dijo en X que “cualquier llamamiento a una intervención extranjera, bajo cualquier pretexto o consigna, conducirá a un deterioro de la situación y a mayores divisiones”.
Esta nueva oleada de violencia recuerda a las masacres que empezaron a inicios de marzo y que dejaron a más de 1.700 muertos en las ciudades costeras sirias, la mayoría de la comunidad alauita y una parte cristianos.
En Siria, conviven numerosos grupos religiosos, la mayoría son los musulmanes sunitas y las minorías son los kurdos, drusos, alauitas, musulmanes chiitas y cristianos, entre otros.
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Intervención israelí
Israel, que ha multiplicado los bombardeos en Siria desde la caída de Bashar al-Assad, bombardeó el miércoles las afueras de Damasco, según la agencia de noticias oficial siria SANA.
"El Ejército israelí llevó a cabo una acción de advertencia y atacó la organización de un grupo extremista que se preparaba para atacar a la población drusa de la ciudad de Sahnaya, en la región de Damasco", informó Israel en una declaración conjunta entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el titular de Defensa, Israel Katz. Por su lado, un portavoz del Ministerio del Interior sirio dijo a Reuters que no había recibido ninguna información sobre tal ataque.
Además, Israel informó que se estaba preparando para atacar objetivos del Gobierno sirio si la minoría drusa se enfrentaba a más violencia.
Israel ha hecho varios gestos para acercarse a la minoría drusa de Siria desde la caída del régimen de Al-Assad, pero hasta ahora, los líderes drusos han confirmado su voluntad de hacer parte de una Siria unificada.
Por su parte, el líder druso libanés Walid Joumblatt acusó a Israel de manipular a los drusos sirios. “Israel sigue queriendo poner en práctica su antiguo plan (…) de dividir la región en entidades confesionales y sembrar el caos”, declaró a finales de marzo.
Este jueves, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, pidió a la comunidad internacional que protegiera a la población drusa de Siria.
“Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que desempeñe su papel en la protección de las minorías en Siria -en particular los drusos- frente al régimen y sus bandas terroristas, y no haga la vista gorda ante los difíciles acontecimientos de los últimos meses”, según un comunicado del ministerio de Exteriores.
Francia rechazó los enfrentamientos sectarios de los últimos días y pidió a Israel no empeorar la situación:
“Francia hace un llamamiento a todos los actores sirios y regionales para que pongan fin a los enfrentamientos e invita a las autoridades sirias a hacer todo lo posible para restablecer la calma”, indicó en un comunicado el Ministerio francés de Asuntos Exteriores, pidiendo a “Israel que no emprenda ninguna acción unilateral susceptible de agravar las tensiones comunales en Siria”.
Desde la caída de Bashar al-Assad en diciembre y el fin de 13 años de guerra civil, Ahmed al-Sharaa, de un grupo islamista radical, tomó el poder en un intento de unificar a Siria y ofrecerle la posibilidad de reconstruirse y estabilizarse, unas tareas que representan grandes desafíos en el contexto actual.
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Con AFP, Reuters, el OSDH y medios locales
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