Más de 30 personas murieron en territorio pakistaní y al menos 12 en India el miércoles 7 de mayo, después de que Nueva Delhi atacara con misiles a su vecino y rival, lo que desencadenó un intercambio de fuego. Ante la escalada y en medio de la cancelación y el desvío de vuelos por parte de las aerolíneas, varios líderes mundiales llamaron a la contención.
India y Pakistán intercambiaron intensos disparos de artillería a lo largo de su disputada frontera, después de que Nueva Delhi lanzara letales ataques con misiles contra su rival, en el peor episodio de violencia entre estos vecinos con armas nucleares en dos décadas.
Se reportaron al menos 43 muertes: Islamabad afirmó que al menos 31 civiles murieron por los ataques indios y disparos a lo largo de la frontera, y Nueva Delhi informó de al menos 12 fallecidos por los bombardeos paquistaníes.
Los combates se produjeron dos semanas después de que Nueva Delhi culpara a Islamabad de respaldar un ataque contra turistas en el lado indio de la disputada Cachemira, lo que Pakistán negó.
Estos vecinos del sur de Asia han librado múltiples guerras por el territorio dividido desde que fueron separados del subcontinente al final del dominio británico en 1947.
Tras su ataque del miércoles, el Ejército indio afirmó que "se hizo justicia" e informó que se habían destruido nueve "campamentos terroristas". Nueva Delhi agregó que sus acciones "han sido concentradas, medidas y de naturaleza no escalada".
Pakistán acusa a Modi
Pero, el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Muhammad Asif, acusó al primer ministro indio, Narendra Modi, de lanzar los ataques para "apuntalar" su popularidad interna, y agregó que Islamabad "no tardará mucho en ajustar cuentas".
El portavoz militar paquistaní, Ahmed Sharif Chaudhry, aseguró que cinco aviones indios fueron derribados en la frontera durante la noche.
Una alta fuente de seguridad india, que pidió no ser identificada, afirmó que tres de sus aviones de combate se estrellaron en territorio indio.
Niños entre los muertos
El mayor ataque indio tuvo lugar en un seminario islámico cerca de la ciudad punjabi de Bahawalpur, donde murieron 13 personas, según el ejército paquistaní.
Un complejo gubernamental de salud y educación en Muridke, a 30 kilómetros de Lahore, fue destruido, junto con una mezquita en Muzaffarabad, la principal ciudad de Cachemira administrada por Pakistán, y murió su cuidador.
Según el Ejército paquistaní, entre los muertos en los ataques del miércoles hay cuatro niños.
Pakistán también sostuvo que una planta hidroeléctrica en Cachemira fue atacada por India, dañando la estructura de una presa, luego de que India amenazara con detener el flujo de agua en su lado de la frontera.
Pakistán había advertido previamente que manipular los ríos que desembocan en su territorio sería un "acto de guerra".
El ministro de Defensa de la India, Rajnath Singh, advirtió que la operación nocturna era el "derecho a responder" de Nueva Delhi tras el ataque a turistas en Pahalgam, en Cachemira, el mes pasado.
Pakistán ha negado cualquier participación en el asalto de Pahalgam y ha pedido una investigación independiente.
El primer ministro Shehbaz Sharif calificó los ataques de la India como un "acto atroz de agresión" que "no quedará impune" y su Comité de Seguridad Nacional pidió a la comunidad internacional que exija a la India "rendir cuentas".
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’Ruidos terribles en la noche'
En Muzaffarabad, observadores militares de las Naciones Unidas llegaron para inspeccionar una mezquita que, según Islamabad, fue atacada por la India.
"Hubo ruidos terribles durante la noche, había pánico entre todos", narró Muhammad Salman, que vive cerca de la mezquita.
"Nos estamos mudando a un lugar más seguro… ahora estamos sin hogar", agregó Tariq Mir, de 24 años, quien fue alcanzado en la pierna por una metralla.
Los residentes recogieron copias dañadas del Corán entre los escombros de hormigón, madera y hierro esparcidos por el terreno. En Cachemira controlada por la India, los residentes huyeron en pánico ante los bombardeos de Pakistán.
"Hubo disparos desde Pakistán que dañaron las casas e hirieron a muchos", expresó Wasim Ahmed, de 29 años, de la aldea de Salamabad.
Fueron trasladados a hospitales en las ciudades de Uri y Baramulla. Aquí ha habido graves daños, todo está destruido y la gente está huyendo de la zona.
’Máxima moderación'
Se esperaba ampliamente que India respondiera militarmente al ataque de Pahalgam del 22 de abril que mató a 26 personas, principalmente hombres hindúes, y que el país atribuyó al grupo Lashkar-e-Taiba , con sede en Pakistán, una organización designada como terrorista por la ONU.
Las dos naciones han intercambiado días de amenazas y medidas diplomáticas de ojo por ojo, mientras Pakistán ha realizado dos pruebas de misiles.
El Ejército indio ha informado de disparos nocturnos a lo largo de la Línea de Control fuertemente militarizada que separa la región desde el 24 de abril.
"La escalada entre India y Pakistán ya ha alcanzado una escala mayor que durante la última gran crisis de 2019, con consecuencias potencialmente nefastas", afirmó el analista de International Crisis Group, Praveen Donthi.
Los diplomáticos han aumentado la presión sobre los líderes para que den un paso atrás.
"El mundo no puede permitirse una confrontación militar entre India y Pakistán", afirmó en un comunicado el portavoz del jefe de la ONU, Antonio Guterres, Stéphane Dujarric.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a los periodistas en Washington que esperaba que los combates "terminen muy rápidamente".
La preocupación llegó incluso de China (vecino mutuo de ambas naciones), así como de la Unión Europea, Reino Unido, Francia, Rusia, Alemania y Turquía, mientras que las aerolíneas cancelaron, desviaron o redireccionaron vuelos.
Se espera que el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, llegue a Nueva Delhi el miércoles, dos días después de una visita a Islamabad, mientras Teherán busca mediar.
Los rebeldes en Cachemira administrada por la India han librado una insurgencia desde 1989, buscando la independencia o una fusión con Pakistán.
India culpa regularmente a su vecino de respaldar a grupos armados que luchan contra sus fuerzas en Cachemira, una acusación que Islamabad niega.
Con AFP
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