Ocho candidatos se disputarán la presidencia de Bolivia el próximo 17 de agosto. La lista oficial, que en un inicio incluía 10 nombres, quedó reducida tras la renuncia de dos postulantes y está marcada por la exclusión de Evo Morales, que provocó bloqueos y amenazas de sus seguidores. En su ausencia, ¿quiénes encabezan la carrera y qué proponen? ¿Se acerca Bolivia al fin de dos décadas de hegemonía socialista? France 24 se lo cuenta.
La lista de candidatos habilitados por el Tribunal Supremo Electoral para competir en las elecciones presidenciales de Bolivia ha concentrado la atención política del país en este 2025.
Fue presentada hace dos meses, en una conferencia de prensa en Santa Cruz, y reflejó el clima de tensión que rodea el proceso electoral. La lista incluía nueve hombres y una mujer, pero con las renuncias quedó reducida a ocho postulaciones.
Evo Morales no figuraba en ella: su nombre fue retirado tras ser declarado inelegible.
El político, figura histórica de la izquierda boliviana, intentó volver a postularse, pero el Tribunal Constitucional lo inhabilitó, el 14 de mayo de 2025, al dictaminar que la reelección presidencial indefinida no está permitida y que Morales ha superado el límite de mandatos establecido en la Constitución.
Además de la inhabilitación personal, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (TCP) canceló la personería jurídica del Partido Acción Nacional Boliviano (PAN-Bol), la fuerza política que buscaba registrar a este expresidente como candidato presidencial.
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Los que se quedaron y los que se fueron
En el espectro de la izquierda, solo dos candidaturas siguen en pie: la de Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, y la de Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno. Ambos se disputan el liderazgo progresista tras la retirada de Eva Copa, de 38 años, dirigente del Movimiento de Renovación Nacional (Morena), alcaldesa de El Alto (ciudad vecina de La Paz) y única mujer en la contienda, que a finales de julio renunció denunciando "acoso político".
Fidel Tapia, inscrito provisionalmente como candidato presidencial por el partido Nueva Generación Patriótica (NGP), también renunció a su postulación. Había sido registrado porque el candidato original, Jaime Dunn, no pudo inscribirse debido a un problema fiscal. El partido NGP se define como patriota y de centro.
En el lado opositor, que concentra a la derecha y el centroderecha, el abanico es más amplio. Se destacan el empresario de centroderecha Samuel Doria Medina (Unidad Nacional, centroderecha liberal), el expresidente Jorge Quiroga (Libre, de derecha liberal conservadora) y el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa (Autonomía Para Bolivia – Súmate, de derecha regionalista y conservadora).
Completan este sector Rodrigo Paz Pereira (Partido Demócrata Cristiano, centroderecha democristiana), Jhonny Fernández (Fuerza del Pueblo, derecha populista) y Pavel Aracena Vargas (Libertad y Progreso – ADN, derecha liberal-nacionalista).
Entre esos nombres, tres se destacan en el escenario político boliviano y figuran como principales contendientes al encabezar las encuestas con más de un 10% de aprobación.
Según un sondeo de Ipsos-Ciesmori, publicado el 9 de julio de 2025, lidera la intención de voto Samuel Doria Medina con 18,70 %, seguido muy de cerca por Jorge Quiroga con 18,13 % y Andrónico Rodríguez, que se ubica tercero con 11,83 %.
Mientras que Manfred Reyes Villa ocupa el cuarto lugar con 8,23 %, en quinto puesto aparece Rodrigo Paz Pereira (3,23%) y en sexto puesto está Eduardo del Castillo (2,29%).
Samuel Doria Medina (Unidad Nacional)
Doria Medina, de 66 años, llega a esta campaña con el respaldo de su nombre en el mundo empresarial y una carrera política que lo ha llevado a ocupar, en los noventa, el ministerio de Planificación y, más tarde, a fundar el Frente de Unidad Nacional, hoy uno de los referentes de la centroderecha boliviana. Su candidatura se presenta como un desafío directo al modelo del MAS.
Propone un giro liberal que, según él, permitiría revertir la crisis: cerrar empresas públicas deficitarias, eliminar subsidios a los combustibles, recortar el gasto y devolver la autonomía al Banco Central.
En su agenda también figura una apertura económica que facilite la llegada de inversión extranjera —con especial interés en el litio— y un alineamiento más estrecho con Europa, Estados Unidos y Asia.
Jorge Quiroga (Libre)
Jorge "Tuto" Quiroga, de 65 años, ocupó la presidencia de Bolivia entre 2001 y 2002, ha hecho de su campaña una arremetida frontal contra el Movimiento Al Socialismo. En recientes declaraciones a la agencia de prensa AFP, prometió un “cambio sísmico” para cerrar lo que considera “un ciclo nefasto” y “recuperar los 20 años perdidos” bajo los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce.
Su plan incluye una reforma integral de las leyes para atraer inversión y firmar acuerdos de libre comercio con todos los países, aunque muestra reservas hacia Estados Unidos por la política arancelaria de Donald Trump. En política exterior, plantea romper la “alineación sumisa” con los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Andrónico Rodríguez (Alianza Popular)
Rodríguez, de 36 años, está en la contienda presidencial con el peso simbólico de ser considerado el heredero político de Evo Morales y el rostro de una nueva generación de la izquierda boliviana, quien intenta unificarla alejándose del enfrentamiento entre su mentor político y el actual presidente, Luis Arce.
Politólogo, dirigente cocalero y presidente del Senado desde 2020, encabeza la candidatura de la Alianza Popular —coalición cuyo núcleo es el Movimiento Tercer Sistema— con la promesa de recomponer el frente progresista tras las divisiones que fracturaron al MAS.
Su campaña se apoya en bases sociales sólidas y un discurso que reivindica la defensa de los recursos naturales, la reactivación económica con justicia social y el fortalecimiento del Estado frente a las presiones externas.
Manfred Reyes Villa (Autonomía Para Bolivia- Súmate)
A sus 70 años, Manfred Reyes Villa combina una trayectoria militar y empresarial con una larga presencia en la política boliviana. Alcalde de Cochabamba entre 1994 y 2000 y prefecto del departamento hasta 2008 —cargo del que fue removido mediante referendo—, pasó una década en Estados Unidos por asuntos legales antes de regresar en 2021 para recuperar la alcaldía. En 2024 fundó Autonomía Para Bolivia – Súmate y se presentó como candidato presidencial con un discurso centrado en “poner orden”, romper con las alianzas políticas tradicionales y liderar un proyecto pragmático y conservador desde Cochabamba.
Rodrigo Paz Pereira ( Partido Demócrata Cristiano)
Es un político, de 57 años, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, que se desempeña como senador por el departamento de Tarija. Con experiencia previa como alcalde de la ciudad de Tarija desde 2015, cuando ganó las elecciones con el 55% de los votos. En 2025, se postula como candidato a la presidencia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) para las elecciones generales. En su campaña plantea una “agenda 50/50”, que incluya redistribuir el poder, reformar la justicia y desconcentrar el Estado.
Eduardo del Castillo (Movimiento al Socialismo)
Del Castillo, de 36 años, es un abogado cruceño que ocupó el ministerio de Gobierno entre noviembre de 2020 y mayo de 2025, convirtiéndose en el miembro más joven del gabinete de Luis Arce. Militante del MAS desde 2005, fue respaldado por el Pacto de Unidad y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) para asumir la candidatura oficialista tras la renuncia de Arce. En su campaña se presenta como la cara renovadora del partido, con la promesa de dar continuidad al "proceso de cambio" y preservar la estabilidad política frente a una oposición conservadora.
Panorama electoral y encuestas
Las recientes encuestas dibujan un escenario difícil para la izquierda. Para ganar en primera vuelta, un candidato debe superar el 50% de los votos válidos o alcanzar al menos el 40% con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo.
Con los resultados actuales, Doria Medina lidera la intención de voto, pero sus niveles de apoyo están muy por debajo de las condiciones necesarias para evitar una segunda vuelta.
En Bolivia, para ganar en primera vuelta se necesita más del 50% de los votos válidos o al menos 40% con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo: la diferencia entre Doria Medina y el segundo puesto es de apenas 0,57 puntos, insuficiente para impedir el balotaje.
Pero esas cifras podrían variar de forma notable de aquí a la votación, influenciadas por varios factores, entre ellos el peso del electorado indeciso, que representa el 11,27%.
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A ello se suman los votos en blanco y nulos —estos últimos impulsados por el llamado de los seguidores de Morales a votar así en protesta por su exclusión—, que alcanzarían el 8,17% y el 12,49%, respectivamente, dejando un amplio margen de incertidumbre en la recta final de la campaña.
Con AFP, EFE y Medios locales
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