Una convocatoria pública que circula en redes sociales denominada "¡Bloqueen todo!", llama a un "bloqueo del país" el 10 de septiembre para protestar contra el plan presupuestario de 2026 presentado por el primer ministro François Bayrou. ¿Quiénes están detrás de esta movilización? ¿Cuáles son sus objetivos? Este es el análisis en detalle.
"Boicot, desobediencia y solidaridad": aparece en el tríptico de la convocatoria. En los últimos días, los llamamientos a paralizar Francia a partir del 10 de septiembre se han multiplicado en redes sociales. Detrás de esta iniciativa se encuentra un colectivo ciudadano llamado "¡Bloqueen todo! Movilización 10 de septiembre", surgido en internet, que reivindica su independencia de partidos y sindicatos. Según Le Parisien, este grupo promete un fin del verano marcado por la ira.
Muy rápidamente, el llamado se extendió por las redes sociales, en particular en X, la plataforma de Elon Musk donde el colectivo abrió la cuenta ‘Block Everything!’, pero también en TikTok y Facebook: las imágenes circularon, los hashtags #10September2025 y #10September ganaron popularidad; y la idea de un bloqueo nacional comenzó a ganar terreno.
¿El detonante? El proyecto de presupuesto para 2026, presentado por François Bayrou el 15 de julio. Con 43.800 millones de euros en ahorros anunciados, el prometido paquete de austeridad no está teniendo buena recepción ciudadana. Entre las medidas más controvertidas se encuentran la eliminación de dos días festivos, un recorte de 5.000 millones de euros en sanidad y el congelamiento de las pensiones. Todos estos anuncios han echado leña al fuego.
"Por primera vez en mi vida, voy a manifestarme", confió Julien, un vendedor de Haut-Rhin, entrevistado por RMC. "¡Estoy harto de las ideas completamente locas de nuestros políticos!"
La sombra de los chalecos amarillos pero sin el chaleco
Ya denunciado por sindicatos y partidos de la oposición, el plan presupuestario de François Bayrou parece haber reavivado un profundo sentimiento de injusticia social en un sector de la población. En este tenso contexto, el grupo lanzó su llamado a un "paro total e ilimitado del país a partir del 10 de septiembre", pocas semanas antes de la presentación del presupuesto ante la Asamblea Nacional que será principios de octubre.
En su sitio web, el colectivo ha presentado una amplia demanda: reinversión masiva en servicios públicos, el cese de los recortes de empleo y el mantenimiento de los días festivos.
Y tienen una agenda apretada: boicotear a grandes cadenas de distribución como Carrefour, Amazon y Auchan, “que se benefician de la reducción de cotizaciones y ayudas públicas mientras presionan a sus empleados”; retirar dinero de los grandes bancos que son “cómplices de la especulación y la política de destrucción social”; y “ocupar pacíficamente lugares simbólicos”, como prefecturas y ayuntamientos.
La iniciativa se basa en un claro deseo de trabajar juntos: crear fondos de huelga, organizar asambleas vecinales y apoyar a quienes participan en actos de desobediencia civil. "Boicot, desobediencia, pero no cada uno por su lado", plantean en la convocatoria. Según sus impulsores, "el movimiento solo perdurará si nos apoyamos mutuamente, concretamente, día tras día".
Es difícil no pensar en el movimiento de los chalecos amarillos, lanzado en 2018 contra el aumento del precio del combustible. El mismo tono combativo, la misma lógica horizontal, los mismos canales de movilización.
Pero aquí no hay un símbolo unificador como el famoso chaleco fluorescente, ni una sola reivindicación capaz de aglutinar la ira. Y, sobre todo, la iniciativa permanece confinada al ámbito digital.
Una recuperación política divisiva
Oficialmente, el colectivo se declara apolítico. Sin embargo, en redes sociales, el llamamiento fue rápidamente retomado por varias figuras vinculadas a la extrema derecha, lo que despertó sospechas entre algunos internautas. Entre ellos, está la periodista Myriam Palomba, cercana a Florian Philippot y conocida por difundir teorías conspirativas, y el polemista Jean Messiha, exportavoz de Reconquête.
Algunas imágenes que circulan en línea no han ayudado. Una de ellas, generada por inteligencia artificial, muestra a un hombre en primer plano con una multitud enfurecida que llama al pueblo a decir "¡BASTA con el crimen organizado!", con un estilo gráfico que recuerda a los carteles de propaganda de los años 40. Está firmada con el logo de "Phare Patriote", una cuenta X que se presenta como un proyecto destinado a "centralizar la unión de los patriotas en Francia".
En la izquierda, la difusión del llamamiento sigue siendo más tímida, entre la desconfianza hacia la plataforma X y el temor a la vaguedad ideológica. Pero en Instagram, algunas figuras activistas abogan por no ignorar la movilización. La autora feminista Rose Lamy, conocida por su cuenta @preparez_vous_pour_la_bagarre, llama a superar los reflejos "paternalistas" en su historia de Instagram. "Estos momentos de conflagración no ocurren todos los días. Son populares 'de facto'. Depende de nosotros unirnos a ellos".
El sociólogo Nicolas Framont, editor jefe de Frustration Magazine, cree que esta convocatoria a la movilización debe verse como una oportunidad: "Como en 2018, (RN y sus diputados) quedarán prácticamente excluidos de la movilización", escribió en su cuenta.
Los sindicatos al acecho, el ejecutivo en guardia
Por ahora, se requiere vigilancia entre los sindicatos. Si bien algunos reconocen la indignación, enfatizan la importancia de un marco organizado. Para Thomas Vacheron, secretario confederal de la CGT, entrevistado por L’Humanité , “el único lugar relevante para bloquear el país es la empresa, donde se crea la riqueza. Y no puede haber huelga sin un sindicato”.
Sin embargo, los principales sindicatos observan la situación desde la distancia, pero no descartan una vuelta al trabajo contundente. Al día siguiente de los anuncios de François Bayou, la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, llamó a la movilización de todos los trabajadores conmocionados por estos anuncios.
Marylise Léon, secretaria general de la CFDT, declaró en France Inter que "la movilización no está descartada en absoluto". El sindicato Solidaires, por su parte, llama a "impulsar las movilizaciones que nos ayudarán a ganar ahora".
El martes, cinco organizaciones representativas (CGT, CFDT, FO, CFE-CGC y CFTC), junto con Unsa, FSU y Solidaires, lanzaron una petición intersindical llamada "¡Bayrou, Presupuesto, Basta!". En dos días, ya habían reunido más de 200.000 firmas. ¿Una forma simbólica de mostrar unidad ante un ajetreado fin del verano?
La tensión aumenta dentro del gobierno, con la esperanza de evitar manifestaciones masivas: “Estamos muy atentos, pero es demasiado pronto para analizar el fenómeno”, declaró a BFMTV.com una fuente cercana al ministro del Interior. Un asesor de François Bayrou, más preocupado, declaró a RTL: “Es un movimiento viral. No veo cómo se va a convertir en una movilización física”.
Artículo adaptado de su original publicado en francés.
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