Lo que fue inicialmente una oleada de rechazo de figuras del movimiento MAGA por el anuncio de Bad Bunny como estrella del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl ha escalado a las más altas esferas del poder republicano, con el presidente Trump y el jefe de la Cámara de Representantes cuestionando su elección. Así avanzan las reacciones contra el cantante, recién elegido el máximo artista latino del siglo XXI por la revista Billboard.

¿Por qué el cantante principal del espectáculo del medio tiempo del Super Bowl se ha convertido en asunto de Estado? El rechazo republicano a la elección de Bad Bunny para animar la media hora más importante del deporte y el espectáculo en Estados Unidos ha escalado hasta lo más alto del poder, porque el presidente Donald Trump y Mike Johnson se han sumado a la conversación.

Trump se refirió al tema el 7 de octubre durante su participación en un programa de televisión, asegurando que “nunca había oído hablar” del cantante, para luego agregar:

“No sé quién es, no sé por qué lo hacen. Es una locura. Me parece absolutamente ridículo".

Para el mandatario conservador la elección de Bad Bunny es una muestra más de la decadencia de la NFL. "Es ridículo. No es más seguro que la patada inicial normal. Se ve terrible. Creo que realmente denigra el fútbol americano", afirmó, en alusión al llamado “kickoff”, el puntapié que da inicio a los partidos.

El cantante del medio tiempo es elegido por la NFL junto a Apple Music y la compañía de entretenimiento Roc Nation, fundada por el rapero estadounidense Jay-Z, que junto a la también intérprete Beyoncé forma uno de los matrimonios más influyentes de la industria de la música.

Historia de desencuentros

Benito Martínez Ocasio, el nombre real de Bad Bunny, será el primer hombre latinoamericano que anime el intermedio de la final de la NFL, pero no el primer representante hispanoamericano que lo haga, pues otra artista de raíces puertorriqueñas, Jennifer López, lo hizo junto a la colombiana Shakira en 2020, el último Super Bowl de Trump en su primer mandato.

La cubana Gloria Stefan estuvo a cargo en 1992 y 1999, y el director venezolano Gustavo Dudamel llevó la batuta frente a la banda de marcha de la Universidad de California en 2016.

Para Bad Bunny será, de hecho, su segunda participación, porque precisamente en 2020 figuró como uno de los invitados de J-Lo y Shakira, junto al también reguetonero J Balvin.

Su selección ha desatado una oleada de rechazo entre influencers, políticos y figuras del movimiento MAGA, que cuestionan que el espectáculo sea confiado a un intérprete con un repertorio fundamentalmente en español.

El propio Bad Bunny tuvo una respuesta sencilla para resolver ese problema durante su participación como invitado en el programa ‘Saturday Night Live'. Allí habló principalmente en inglés, pero pronunció una breve frase en español, en apoyo a la comunidad latina, y remató: "Si no han entendido lo que acabo de decir, tienen cuatro meses para aprender”.

El idioma parece ser, al final, la menos grave de las barreras. Bad Bunny dio su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris en las pasadas elecciones presidenciales, luego de que un orador en un acto de campaña de Trump se refiriera a Puerto Rico como “una isla flotante de basura”.

El pasado 4 de julio lanzó su video ‘Nuevayol’ con una introducción en la que un actor imita la voz de Trump, en un mensaje en el que reconoce que “cometí un error y me disculpo” con las comunidades de inmigrantes, tras darse cuenta de que “este país no es nada sin los inmigrantes, sin mexicanos, dominicanos, puertorriqueños, colombianos, venezolanos, cubanos”.

El último episodio que ha enfrentado al universo MAGA con Bad Bunny se produjo en una conferencia de prensa, en la que el cantante reveló que no incluiría fechas en Estados Unidos en su gira ‘No me quiero ir de aquí’.

El cantante explicó que “estaba el tema de que la maldita ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas, a cargo de las redadas migratorias) podía estar afuera (del concierto). Ese es un tema del que hablamos y nos preocupaba mucho”.

Corey Lewandowski, asesor del departamento de Seguridad Nacional, fue uno de los primeros respaldos de Trump que se pronunciaron contra la elección de Bad Bunny, prometiendo presencia de ICE en el estadio durante el concierto.

La secretaria Kristi Noem lo secundó días después, asegurando que, en caso de que la elección fuera un mensaje de la NFL contra la administración de Trump, "(ellos) apestan y nosotros ganaremos, y Dios nos bendecirá".

Cambios en el programa

Además de Trump, en las últimas horas el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se sumó a la campaña republicana en contra de la participación de Bad Bunny en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, que tendrá lugar en febrero en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, uno de los estados más castigados por la ofensiva antinmigración de Trump.

Al igual que el presidente, Johnson confesó que “ni siquiera sabía quién era Bad Bunny”, pero le pareció “una decisión terrible” por considerar que “no atrae a un público amplio”.

Johnson incluso sugirió un nombre en lugar del de Benito Martínez Ocasio: el cantante de música country Lee Greenwood, autor de la canción patriótica ‘God bless the USA’ (Dios bendiga a los Estados Unidos) y de un repertorio que suele acompañar frecuentemente los actos proselitistas de Trump, el más reciente de ellos el homenaje al activista conservador Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre.

Aunque Trump y Johnson aseguraron nunca haber oído hablar de Bad Bunny, la influyente revista especializada Billboard anunció el 7 de octubre la elección del puertorriqueño, ganador de tres premios Grammy, como el máximo artista latino del siglo XXI.

Billboard atribuyó la decisión al hecho de que "Bad Bunny continúa redefiniendo la música latina a través de su arte, amplificando su alcance e influencia global” y “logrando liderar la lista Top Latin Albums en ocho ocasiones durante este cuarto de siglo", todo ello a pesar de que no apareció en los escalafones hasta 2016.

Desde que tuvo su primer número uno de Billboard en 2018, Bad Bunny ha sumado 14 temas en el tope de las carteleras Hot Latin Song y ocho en Top Latin Albums, dos de los renglones que mide la publicación.

Su disco YHLQMDLG (acrónimo de Yo hago lo que me da la gana) impuso el récord de la mayor cantidad de semanas al frente del listado de Top Latin Albums, con 70 en total entre 2021 y 2022.

Independientemente de las antipatías que desata en el bando republicano, Bad Bunny parece estar destinado al éxito, incluso sin buscarlo, como se vio el 7 de octubre en el partido de Grandes Ligas entre los Blue Jays y los Yankees, cuando una bola de foul le cayó a un lado, mientras otros espectadores hacían esfuerzos por atraparla.

Con EFE y medios locales

France24

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