Muy temprano la pregunta va de boca en boca, tratando de encontrar respuesta a la inquietud sobre quién podría ser el sustituto de Luis Abinader, en la presidencia de la República, con miras a las elecciones del 2028.
Y hasta se justifica. Legalmente no hay campaña electoral, ni la Junta Central Electoral puede permitirla. Sin embargo, la inquietud es muy actual, porque el líder del PRM es el presidente Abinader y ya dijo, dejó claro, sin posibilidad echar atrás su decisión, de que no hay posibilidad de que sea candidato presidencial a una reelección adicional a la ya establecida por la Constitución de la República.
Para las elecciones presidenciales del 2012, Leonel Fernández, siendo presidente de la República, quiso imponer una nueva reelección, para sumarse un cuarto período presidencial. No le fue posible, y acudió a su vicepresidente, Rafael Alburquerque, y no pudo. Y decidió brindar apoyo al candidato ese su partido, Danilo Medina. Para lograrlo incurrió en un déficit fiscal de 150 mil millones de pesos, más se gastó otros 50 mil millones para la transición, y dejar claro que él volvería en el 2016.
Danilo Medina ganó las elecciones del 2012 con la restricción de que no podría presentarse a una reelección. Pero logró cambiar la Constitución, y se convirtió en candidato reeleccionista. Hubo un pacto del Comité Político del PLD, y Leonel Fernández quedó preparado para volver a ser candidato del PLD en el 2020.
Pero Danilo Medina intentó cambiar en 2019 la Constitución nuevamente, para poder postularse. No le fue posible, dicen que por una llamada de Mike Pompeo, secretario de Estado de Donald Trump. Pero Danilo le cerró el paso a Leonel y logró postular a Gonzalo Castillo, su entonces ministro de Obras Públicas.
Leonel se fue del PLD y fundó Fuerza del Pueblo, y el PLD perdió las elecciones del PRM y de su candidato Luis Abinader.
Abinader se postuló a la reelección en 2024 y ganó, pero quiere irse tranquilo a su casa en 2028.
La gente se inquieta porque los aspirantes del PRM carecen de liderazgo, de fuerza, de energía política, de lucidez.
Contrario a todo pronóstico, no hay un previsible candidato ganador para las presidenciales del 2028. El PLD está reconocida debilidad, y en desgaste. Fuerza del Pueblo es quien tiene mayor perspectiva, pero su posible candidato es Leonel Fernández, quien tiene una tesa de rechazo que sobrepasa el 50 por ciento. Poco probable que alcance la mitad más uno, aunque el PLD se le sume.
Un candidato posible para FP es Omar Fernández, el senador del DN e hijo de Leonel, que tiene apoyo masivo y carece de tasa de rechazo. Pero tiene prohibido llevarle la contra a su padre. Tendrá que adherirse a lo que su partido ha decidido, postulando a Leonel Fernández.
En el caso del PRM, el partido de mayor arraigo, las dudas resaltan porque David Collado podría ser el candidato, pero dicen que no tiene arraigo en el PRM, carece de relaciones personales con la dirección local y municipal, y es hombre de escasa presencia en los organismos del PRM. Tiene apoyo entre los diputados, y tiene gran simpatía en el público externo. La convención del PRM es con miembros de ese partido, no con padrón abierto, y eso frena las posibilidades de Collado.
Carolina Mejía es la alcaldesa del Distrito Nacional, secretaria general del PRM y cuenta con el apoyo de su padre, Hipólito Mejía. Eso es bueno y no lo es. Hipólito también tiene una tasa de rechazo alta. Genera dudas, por sus formas sinceras y bruscas.
Luis Abinader ha dicho que no tomará decisiones sobre las precandidaturas en su partido. Apoyará al que resulte electo por la asamblea de electores.
Raquel Peña reveló que aspira a ser presidenta. Esa revelación podría limitarla mucho a partir de ahora en sus funciones de vicepresidenta, y limitaría al presidente para asignarle responsabilidades, y para que no se piense que él la estaría apoyando con antelación a la convención del PRM. Un problema para el presidente.
Como puede verse, el cuadro político con miras a las presidenciales del 2028 es complicado, y está muy oscuro todavía. Amén de que podrían surgir algunas sorpresas en el camino hacia la selección de los partidos de sus candidatos presidenciales.
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