Tremendismo, xenofobia, racismo, mediocridad y poca fe en la nación dominicana es lo que revelan las declaraciones de un funcionario público llamado Juan Pablo Uribe sobre el peligro que significa para la existencia de la dominicanidad la llamada “invasión de vientre”.

Según declaraciones recogidas en algunos medios este sábado 24 de mayo, el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, en un ejercicio de tremendismo extremo y de poca fe en la República Dominicana, ha expresado un mensaje que pone de manifiesto lo dañino y desalentador del discurso de odio, xenofobia y racismo que se ha promovido difundido para abordar un tema tan serio, delicado y complejo, como los es el del flujo migratorio de nacionales haitianos producto de la catastrófica situación en que se encuentra viviendo el pueblo de Haití.

¿Cómo se le ocurre a este señor decir que la dominicanidad depende de que 30 o 35 mil parturientas de origen haitiano den a luz en los hospitales públicos?

¿De qué han servido los esfuerzos de quienes desde los tiempos mismos de nuestra independencia en 1844 dieron muestra de su límpido valor y amor a la Patria?

¿De qué sirvieron entonces las batallas de los restauradores, de los patriotas que lucharon contra la invasión norteamericana de 1916, los expedicionarios del 59, los héroes de mayo de 1961, los constitucionalistas y patriotas del 1965 que se derrotaron a los reaccionarios nacionales y se enfrentaron al poder más grande de universo?. ¿Es tan insignificante y débil nuestra dominicanidad?

Pero, veamos lo que dicen los datos para que valoremos si la dominicanidad es tan frágil como afirma este pigmeo personaje.

Entre el 2020 y el 2024 en el país se produjeron en la red pública de servicios de salud 542,220 partos, de los cuales, el 67.4% fueron de mujeres dominicanas, el 32.34% de mujeres de nacionalidad haitiana y el 0.27% de mujeres de otras nacionalidades.

Lo anterior significa que si por lo menos todas estas mujeres tuvieron un niño, nacieron 365,440 niños de dominicanas, 175,335 de mujeres haitianas y 1,445 de mujeres de otras nacionalidades. Como se puede ver, por cada niño de madres haitianas, nacen 2.08 niños de madres dominicanas.

Partos por Nacionalidad de la Parturienta Registrado en el Sistema de Salud Pública 2020-2024

Si le tomamos la palabra a este patriota de pacotilla y de la nómina pública, se puede demostrar que en los próximos 19 años, si se siguen produciendo un promedio anual de 108,444 partos tendremos 1,388,672 nuevos niños dominicanos y 666,273 de origen haitiano.

No es verdad que una población y una dominicanidad que ha sido forjada en 181 años de luchas, batallas y sacrificios está sujeta a la pusilanimidad que refleja este señor.

Es hora de que quienes tienen responsabilidades y funciones públicas cambien el discurso de odio, xenofobia, racismo y mediocridad y moderen su patriotismo de nuevo cuño y empleen más tiempo en estudiar, analizar y entender los problemas migratorios que tiene el país.

Que entiendan que la migración haitiana no es una causa, sino un consecuencia de la situación haitiana, que estén conscientes de que la verdadera amenaza para el país no son las miserables parturientes haitianas, sino la inestabilidad de Haití, las bandas de delincuentes y los políticos corruptos de Haití que han creado las condiciones que motivan la expulsión de población hacia cualquier parte que supere el infierno que les toca vivir allí. Esos sí son la verdadera amenaza para el país.

¿Qué están haciendo los patriotas de pacotilla para contribuir a diluir esas amenazas reales? ¡Nada!

¿Qué estamos haciendo para la seguridad de la frontera, a la que destinamos alrededor de unos RD$4,000 millones al año, dentro de los que se cuentan los RD$493.0 millones que destinamos al CESFRONT, el principal cuerpo de seguridad de la frontera?

Los gastos que destinamos a la seguridad de la frontera representan apenas un 0.25% del presupuesto del Gobierno Central.