La pobreza alimentaria infantil es definida como la incapacidad de los niños y las niñas para obtener y consumir una alimentación nutritiva y variada en la primera infancia, por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Ante esto, el ítem 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está basado en que los gobiernos deben disminuir hasta erradicar el hambre para el 2030, debido a que uno de cada cuatro niños vive en situación de pobreza alimentaria infantil grave en sus primeros años de vida, lo que supone 181 millones de niños menores de cinco años.

De los 181 millones de niños y niñas que viven en situación de pobreza alimentaria infantil grave, cerca de la mitad pertenece a hogares de los dos quintiles de riqueza más pobres, entre los cuales es probable que la limitación de los ingresos familiares sea uno de los principales impulsores de la pobreza alimentaria infantil grave.

Si bien República Dominicana tiene como meta reducirla a un 2.5 % en el próximo cuatrienio y produce el 80 % de los alimentos, aún quedan desafíos pendientes focalizados en la alimentación de niños, niñas y adolescentes.

La organización Visión Mundial en República Dominicana advierte sobre la calidad nutricional. “Las cifras de obesidad infantil están aumentando. Un 6 % de niños y niñas en la primera infancia presentan obesidad, y esa cifra asciende a casi un 20 % en los adolescentes”, señaló la representante de la organización, Elicaury Bautista.

Según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar), el 8 % de los niños menores de cinco años presentan comorbilidades como sobrepeso y obesidad, a 2019.​ En tanto, Unicef indicó que los niños y adolescentes desde los cinco hasta los 19 años, un tercio vive con sobrepeso u obesidad.

Bautista explicó que para cumplir con la meta de “hambre cero” se deben crear políticas públicas efectivas, además de impulsar acciones directas en las comunidades vulnerables, como la educación en espacios participativos para identificar las necesidades y brechas económicas y sociales de los adultos en el acceso para garantizar una alimentación saludable y balanceada.

La ejecutiva agregó que República Dominicana cuenta con políticas como la Ley 2589-16 de Soberanía Alimentaria, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y otros marcos legislativos que hacen énfasis en esta problemática. Sin embargo, insistió en que es clave fortalecer su implementación local y trabajar con el Estado, el sector privado y organizaciones sin fines de lucro en una acción tripartita. 

“La seguridad alimentaria es un derecho y debe garantizarse desde un enfoque de corresponsabilidad. Nadie puede hacerlo solo”, enfatizó. Asimismo, acotó que muchos menores de edad, población que es el 33 % de los habitantes, carecen de acceso a una dieta balanceada debido al costo de los alimentos.

En el país, prevalencia de la subalimentación disminuyó de 19.3 % en 2004 a 4.6 % en 2021, sin embargo, 2.8 millones de habitantes no pudieron permitirse una dieta saludable, o sea, el 24.8 % de la población, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El informe “Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición” cita que el Caribe es la subregión con el costo más alto con US$ 5.16 por persona por día, seguido de América del Sur (US$ 4.29) y Mesoamérica (US$ 4.05).

Dado su costo, el 27.7 % de la población de la región no pudo costear una dieta saludable en 2022, conforme el estudio elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Sostuvo que la ONG impacta a 16,000 niños con el programa “Suficiente”. “La alimentación es un derecho. Cuando este se vulnera, también se afecta la protección de la niñez. Es una forma de violencia que viven los niños”, afirmó Bautista.

El estudio del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social titulado El costo de la doble carga de la malnutrición, que data al 2019, detalla que se debe a la desnutrición, sobrepeso y obesidad.

Detalló que uno de cada 10 niños menores de cinco años tiene sobrepeso u obesidad; y uno de cada 10 niños menores de cinco años tienen desnutrición crónica. Esta prevalencia de salud representó el 2.6 % del producto interno bruto (PIB).

El estudio estimó que el costo anual futuro ascenderá entre US$ 4.2 millones y US$ 6.3 millones debido a la pérdida de productividad por la desnutrición de esta población.

Karla Alcántara

Periodista. Abanderada por los viajes, postres y animales. Ha escrito sobre economía, turismo y cine. Ha cursado diplomados sobre periodismo económico impartido por el Banco Central, periodismo de investigación por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, finanzas por el Ministerio de Hacienda y turismo gastronómico por la Organización Internacional Italo-Dominicano.

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