La transformación digital del sistema financiero dominicano avanza a una velocidad que pocas veces hemos visto en la historia reciente del sector. El uso de tecnologías emergentes, canales digitales, billeteras electrónicas y servicios basados en blockchain está redefiniendo las formas en que las personas ahorran, invierten, transfieren o incluso gestionan sus obligaciones financieras. En este contexto de innovación acelerada, la Recomendación 15 del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) adquiere una relevancia estratégica: exige que los países y las instituciones financieras identifiquen, evalúen y mitiguen los riesgos derivados del uso de nuevas tecnologías que puedan ser explotadas para el lavado de activos o el financiamiento del terrorismo. En otras palabras, no se trata solo de adoptar la innovación, sino de hacerlo de manera segura, ética y supervisada.
Esta recomendación, revisada y fortalecida en los últimos años, amplió su alcance para incluir de forma explícita a los activos virtuales y a los proveedores de servicios de activos virtuales (PSAV), es decir, las plataformas de intercambio de criptomonedas, monederos digitales, casas de cambio virtuales y cualquier entidad que facilite la conversión o transferencia de valores digitales con fines financieros. En el plano internacional, esto ha obligado a los reguladores a repensar su marco normativo y su capacidad de supervisión, mientras que en la República Dominicana el debate apenas comienza a ganar la atención que merece.
Nuestro país ha mostrado avances importantes en materia de prevención del lavado de activos y financiamiento del terrorismo (PLA/FT), con una legislación robusta la Ley 155-17 y un sistema bancario formal altamente vigilado por la Superintendencia de Bancos (SB). Sin embargo, el entorno digital ha creado zonas grises donde la supervisión tradicional pierde alcance. Los criptoactivos y las fintech operan, en muchos casos, fuera del perímetro regulado o bajo marcos que no contemplan del todo la naturaleza cambiante de sus productos.
El propio GAFILAT, en sus informes de seguimiento, ha señalado que los países deben avanzar hacia marcos de registro, licenciamiento y supervisión de PSAV, tal como lo exigen los estándares internacionales. La República Dominicana, aunque ha dado pasos iniciales a través de la Mesa Técnica de PlAFT, aún necesita definir una estrategia regulatoria clara, con participación de la SB, el Banco Central, la DGII y la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
La Recomendación 15 no se limita a los criptoactivos. También abarca los nuevos mecanismos de pago y de envío de dinero, las plataformas de financiamiento colectivo, los bancos digitales, y cualquier innovación que altere la cadena tradicional de intermediación financiera. Esto incluye desde las billeteras móviles utilizadas por millones de dominicanos. El mensaje del GAFILAT es claro: cada innovación trae consigo nuevos riesgos, y es responsabilidad de los Estados y de las entidades financieras identificarlos antes de su implementación, no después.
En la práctica, esto supone un cambio de enfoque: pasar de un cumplimiento reactivo a uno prospectivo, donde la gestión del riesgo se integre desde la etapa de diseño del producto financiero. Los bancos dominicanos, que han invertido fuertemente en plataformas digitales, deben complementar esa inversión con capacidades de análisis tecnológico, cibernético y conductual que les permitan anticipar amenazas. La banca abierta, la automatización de decisiones crediticias mediante algoritmos y la interacción de datos financieros con ecosistemas externos (por ejemplo, telecomunicaciones o comercio electrónico) también pueden convertirse en vectores de vulnerabilidad si no se gobiernan adecuadamente.
Un reto adicional es la coordinación interinstitucional. En el nuevo contexto digital, la responsabilidad no recae solo sobre la Superintendencia de Bancos o la UAF. También involucra a entidades como el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), por la infraestructura digital; la DGII, por la trazabilidad fiscal; y el Ministerio Público, por las capacidades de persecución. Esta transversalidad exige un modelo de supervisión colaborativo, donde la información circule de manera oportuna y los criterios de riesgo sean compartidos entre todos los actores relevantes.
Desde una perspectiva estratégica, el país tiene la oportunidad de convertir la regulación inteligente en una ventaja competitiva. Un marco claro para los activos virtuales y las fintech no solo fortalecería la prevención del delito financiero, sino que también generaría confianza para atraer inversión extranjera y fomentar la innovación segura. Para ello, sería recomendable que el regulador vinculante del sistema financiero, es decir, la Junta Monetaria, apoyado en la SB y el Banco Central, adopte tres líneas de acción concretas:
1-Definir un marco normativo específico para los PSAV, que establezca requisitos de registro, licenciamiento, transparencia y reportes a la UAF.
2-Fortalecer la supervisión tecnológica dentro de las entidades financieras, incorporando herramientas de análisis de big data, monitoreo de transacciones inusuales y capacitación en riesgos digitales.
3-Promover una cultura de innovación responsable, donde las fintech y los bancos trabajen en entornos controlados o sandboxes regulatorios antes de lanzar nuevos productos al mercado.
La República Dominicana no puede quedarse atrás en este proceso. El futuro del sistema financiero será cada vez más digital, y con ello crecerán los riesgos y las responsabilidades. Implementar plenamente la Recomendación 15 de GAFILAT no es solo una exigencia internacional, sino una necesidad para garantizar la integridad, estabilidad y reputación del sistema bancario nacional.
Como en toda transformación, los que sepan anticipar y adaptarse serán los que lideren el nuevo ecosistema financiero. La clave está en entender que la confianza, más que la tecnología, seguirá siendo el activo más valioso de la banca dominicana.
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La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jesusgeraldomartinez@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram
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