El economista Andy Dauhajre consideró que la política cambiara ha estado muy enfocada en la fijación del tipo de cambio, sin importar que esto afecte el desarrollo y crecimiento de las exportaciones.
Dijo que el problema que se ha observado después de haber pasado la pandemia del COVID, es que los niveles de volatilidad del tipo de cambio en el país se han profundizado.
“Y la volatilidad todos sabemos que es un factor que desalienta tanto la inversión doméstica como la inversión internacional, por lo difícil que resulta tomar decisiones cuando uno no sabe qué esperar del tipo de cambio en un periodo de tiempo racional, independientemente de que a largo plazo sabemos que es natural que el peso dominicano siga registrando una depreciación anual frente al dólar”, puntualizó.
Sostuvo que el problema se acentuó cuando las autoridades del Banco Central ante la desaceleración económica vinieron con políticas monetarias muy expansivas y eso aceleró la depreciación del peso dominicano.
“Esa depreciación, sin embargo, cuando llegó a 63.50, estaba ligeramente por encima de lo que se consideraría en ese momento el nivel de equilibrio de largo plazo del peso dólar, que andaba cerca de 62.50, 63 con ese rango. Se había pasado un poco, o sea, que lo que estábamos observando es que era que el ritmo de depreciación que llevaba el peso estaba por encima de lo que recomendaría la trayectoria de una política monetaria sensata”, indicó
El economista explicó, que en el país la tasa de cambio es una variable que no se queda en el ámbito de lo económico, sino que permea las preocupaciones políticas. “Este es un país donde es común que un presidente de la República llama a un presidente de un banco y le externa preocupación si ve que la devaluación, el peso está depreciándose todos los días. Y esa presión entonces cae sobre la gobernación del Banco Central”.
Consideró, además, que el Banco Central dominicano ha sido una entidad con mucho olfato político, que sabe cómo le preocupa a los presidentes y por eso ha tenido una política cambiaria muy enfocada en la fijación del tipo de cambio, en la estabilidad extrema del tipo de cambio, sin importar que esto afecte el desarrollo y crecimiento de las exportaciones.
“O sea, nosotros tenemos una política cambiaria que ha estado tradicionalmente más enfocada en proteger al consumidor que depende o que consume productos importados, que en estimular la exportación de bienes”, manifestó
Dijo que es por esto que la República Dominicana es el país de la América Latina que registra la evidencia de dinámica de exportaciones de bienes más deprimentes de la región. Recordó que hace 30 años las exportaciones de bienes estaban cercana al 31 % del PIB y que hoy día está entre 10 y 11 % del PIB.
Dauhajre aseguró que el país ha perdido fuerza y si no fuese por las exportaciones de servicio y las remesas “estaríamos muy mal”.
“¿Qué hubiese sido lo correcto cuando la tasa de cambio llegó a 63.50? Moderar la depreciación desde ese punto a final de año para terminar con 65 por dólar, que era el punto que marcaba la trayectoria de equilibrio de largo plazo”, planteó.
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