El Black Friday a la dominicana, se ha consolidado como uno de los eventos comerciales de mayor impacto económico del año, generando un volumen significativo de transacciones que debería traducirse en una recaudación fiscal más robusta y en una mayor transparencia en las prácticas comerciales.
Sin embargo, la evidencia empírica observada durante la jornada reciente pone de manifiesto una preocupante recurrencia de tácticas engañosas y posibles esquemas de evasión tributaria que afectan tanto al consumidor como al propio Estado. Diversos establecimientos anunciaron descuentos agresivos en redes sociales para atraer a los compradores, pero al momento de la transacción final, muchos consumidores se encontraron con la práctica irregular de que los precios anunciados no coincidían con los registrados en caja, bajo el alegato de que “la existencia se había agotado” o de que “el sistema no reconocía el precio rebajado”, dejando entrever que estas “ofertas” no eran más que estrategias comerciales diseñadas para captar flujo de clientes sin cumplir con los términos promocionales, lo cual constituye una violación al principio de veracidad publicitaria establecido en la Ley 358-05 de Protección al Consumidor.
Aún más preocupante es la extensión de prácticas que potencialmente constituyen evasión fiscal. Un caso ilustrativo es el de un consumidor, Jesús, quien acudió a una tienda de maletas en la avenida Independencia atraído por una oferta publicada en Instagram. Al seleccionar tres juegos de maletas, el propietario del establecimiento le comunicó que los precios anunciados solamente aplicaban si el pago era realizado en efectivo y que, además, no emitirían comprobante fiscal. Esta conducta, además de contradecir las condiciones publicitadas, refleja un mecanismo directo de evasión del ITBIS y del Impuesto Sobre la Renta, al tiempo que coloca al consumidor en una situación de vulnerabilidad jurídica, ya que imposibilita ejercer su derecho a reclamaciones formales, garantías, devoluciones o trazabilidad fiscal del bien adquirido.
El Black Friday a la dominicana, se ha convertido, lamentablemente, en una temporada propicia para prácticas que afectan la transparencia comercial. Entre las más comunes se encuentran:
- Requerir pagos en efectivo para evitar emitir comprobantes fiscales.
- Ofertas ficticias basadas en inflar precios días antes.
- Promociones que no aplican al momento del pago.
- Negación del ITBIS real que debe cobrarse.
- Doble facturación o ventas sin registro.
Estas tácticas erosionan la confianza del consumidor, afectan la competencia leal entre comercios y reducen la recaudación tributaria en un mes donde las ventas se disparan.
La dinámica descrita no es un hecho aislado, sino un patrón ampliamente reportado en diversos sectores comerciales durante el Black Friday, lo que evidencia fallas sistémicas en el cumplimiento de las obligaciones tributarias y en el marco de supervisión. Resulta imperativo que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) incremente significativamente sus operativos de fiscalización durante estos eventos de alta concentración comercial, implementando inspecciones aleatorias, verificaciones presenciales de precios, revisión de comprobantes fiscales y mecanismos expeditos para canalizar denuncias ciudadanas.
Asimismo, debe evaluarse la trazabilidad de las promociones digitales y la coherencia entre la publicidad y la facturación real, especialmente en un entorno donde el comercio electrónico y la publicidad en redes sociales están desempeñando un rol determinante en las decisiones de consumo. Black Friday no puede seguir siendo una zona gris donde algunos comercios aprovechan el volumen de transacciones para ocultar ventas, alterar condiciones, evadir impuestos y comprometer la confianza del consumidor dominicano.
La transparencia fiscal no es una opción; es un requisito fundamental para garantizar un mercado competitivo, equitativo y sostenible. De persistir este esquema, el Estado continuará perdiendo recaudación, los comercios formales enfrentarán una competencia desleal y el consumidor quedará expuesto a abusos que erosionan la credibilidad del sistema comercial.
En consecuencia, la DGII debe asumir un rol más activo, preventivo y disuasivo, porque proteger al contribuyente y al consumidor también es proteger la salud fiscal de nuestro país.
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Tu Consultorio Financiero es una columna desarrollada por Jesús Geraldo Martínez sobre finanzas personales, para orientar a las personas con conocimientos básicos en finanzas y economía a mejorar su entendimiento. Para consultar con el autor puede escribir al correo abogadojesus@icloud.com, o en Instagram @Jesusgeraldomartinez
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