Hace unos días me topé en redes sociales con una información muy interesante y llamativa: decía que Suecia se convierte en el primer país de Europa en que los médicos pueden recetar viajes a sus pacientes con el propósito de mejorar la salud mental y física, especialmente para las personas que experimentan estrés, fatiga o mucha ansiedad. Me encantó leer aquello, porque definitivamente viajar cura el cuerpo, limpia el cerebro y abona el alma.

Ojalá algunos países latinoamericanos imiten esta buena práctica. Muchas personas hoy en día viven estresadas a causa del alto gasto de energía en su vida cotidiana. A esto se suma la agenda siempre cargada, los ruidos de la ciudad y la falta de tiempo para tener una conversación atenta durante 30 minutos sin echar mano del móvil. Son personas que ya viven en automático, de modo mecánico, sin detenerse, enrolladas en jornadas de trabajo muy intensas y sin desconectarse nunca. Ese es el error y la causa de muchos cánceres, divorcios, dolencias en el cuerpo, etc.

En particular, quien vive en Santo Domingo siente el peso de la carga: el caos y la congestión del tránsito, los tapones interminables, los ruidos, la contaminación acústica y visual que se vive en la capital de República Dominicana. Ya lo sabemos: el dominicano vive estresado, cargado y malhumorado. Lo he comprobado de muchos modos.

Lo saludable es hacer un stop en el día a día, meditar por lo menos quince minutos a diario. Aprende a desconectarte, a mandar todo a la cajita de la inercia, por no decir otra palabra. Date una escapada y dite: "yo me merezco esta huida". Para lograrlo debes hacer varias cosas, toma nota:

1. Planifica tu calendario y elige el día para la actividad de desconexión. Puede ser solo o en compañía de tus seres queridos.

2. Elige un lugar en las montañas donde haya pleno silencio y sientas la paz que transmite la naturaleza.

3. No uses el móvil en el día elegido para tu escapada.

4. Observa profundamente los árboles y los detalles del entorno.

5. Date un gusto: una comida, un chapuzón o una caminata en el bosque.

A veces no es tan fácil elegir un buen lugar para tener la experiencia de relajación y desconexión ante la estridencia del mundo cotidiano. Por lo que te recomiendo un lugar espectacular que descubrí hace unos meses: es el Santo Cerro Natural Park, un destino escondido y maravilloso, a tan solo 500 metros del emblemático santuario Nuestra Señora de las Mercedes, en el Santo Cerro, La Vega.

Es un hotel ecológico y también restaurante; cuenta con habitaciones cómodas y confortables para facilitar el descanso y una buena desconexión. Tiene piscina, un salón de eventos chulísimo para reuniones y eventos empresariales, pero lo más sorprendente del lugar es su vista panorámica. Una vista realmente de película: un floreo visual que embriaga, que desarma y se convierte en un éxtasis arrebatador y romántico, ya que desde allí (en las alturas) puede verse todo el valle del Cibao, Santiago de los Caballeros y el pueblo de Moca.

Otro detalle fascinante del lugar es su infraestructura: verás un hotel construido y diseñado en medio de un bosque natural, por lo que el visitante siente, desde la entrada, la compenetración con la madre naturaleza, la exuberante vegetación, el canto de los pájaros, el vuelo de las aves durante todo el día y aquella dulce brisa que invita a tirarlo todo y disfrutar de la vida. Allí se anida eso que llamamos “pura vida”. Este ambiente de relajación vital enaltece el alma, disminuye los niveles de cortisol y la ansiedad que satura la vida de los hombres en las ciudades posmodernas.

Santo Cerro Natural Park, un destino espectacular y divino

El lugar ofrece comida típica de calidad en un entorno calmado, acogedor y digno de la pluma de cualquier poeta. De hecho, el atardecer y la vista nocturna del valle desde allí suelen impregnar la mirada de artistas y escritores que visitan este jardín divino.

La tendencia de los dominicanos cada día más es viajar para disfrutar en familia, tal como se evidenció en una nota publicada en el periódico Hoy el 16 de noviembre de 2025. Está demostrado que viajar en grupo suele ser más divertido; se convierte en motivo de risas y vibraciones compartidas al sentir que la belleza y el esplendor de la vida vigorizan los vínculos que unen a cada persona con sus seres amados. Esta combinación de momentos especiales da paso a la experiencia familiar, en la que convergen la complicidad, los juegos, los retos compartidos y el bienestar del grupo.

En definitiva, el Hotel y Restaurante Santo Cerro Natural Park es un ambiente ideal para disfrutar una estadía en familia. Tiene las condiciones y las características para que el visitante tenga una experiencia memorable. Un clavito.

EN ESTA NOTA

Fari Rosario

Escritor y emprendedor

Fari Rosario, escritor, editor, emprendedor, conferencista. Tiene un doctorado en Estudios Lingüísticos y Literarios por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM, sobresaliente cum laude). Ha publicado El jabalí y otros microcuentos (2007); El coleccionista (2008); Polvo y olvido (2009); El columpio de los sonámbulos: Antología de microcuentos dominicanos (2010); La aventura de la vaca flaca (2013); Los espejos asesinos y otras minificciones (2017); Temblor y furor, ensayos sobre literatura y lingüística (2021). Es el fundador de Quieroloma.com

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