El verbo haber tiene dos funciones básicas: auxiliar e impersonal. Actúa como auxiliar en la conjugación de los tiempos compuestos, anteponiéndose al participio del verbo correspondiente: he comido, habían llegado, has visto. Cuando aparece solo, no ante un participio, entonces es impersonal, lo que equivale a decir que no tiene sujeto, como llover, y solo se conjuga en la tercera persona del singular. De llover se puede decir llueve, llovió, pero no se dice llovían o llovemos. Según esto, de haber impersonal son legítimas las formas había, hubo, pero no, habían, hubieron.

Cuando alguien dice ‘habían muchas personas’, lo hace pensando que muchas personas, en plural, es el sujeto del verbo haber y, para mantener la concordancia, debe ser habían. Pero se puede demostrar, desde el punto de vista sintáctico, que muchas personas no es el sujeto, sino el objeto directo de había. Con este fin, se recurre a la sustitución de la frase nominal por el pronombre correspondiente: las había.

Había muchas personas

Sin embargo, el verbo haber imposibilita una de las pruebas usadas en el análisis sintáctico para indicar que una palabra desempeña la función de objeto directo. Se trata de la conversión a la voz pasiva. La oración ‘Pedro escribió una carta’ se transforma en ‘Una carta fue escrita por Pedro’, donde el objeto directo (una carta) pasa a funcionar como sujeto del verbo en voz pasiva. Pero no se puede decir *Muchas personas eran habidas. El hecho de que este cambio sea imposible con haber revela un detalle importante que ayuda a entender el problema.

Los verbos que admiten complemento directo se llaman transitivos, como escribir, amar. Y en las oraciones construidas con ellos es fácil verificar la función de objeto directo a través de los dos mecanismos sintácticos disponibles: la pronominalización y la pasivización. La sustitución pronominal de ‘José ama a María’ produce ‘José la ama’, y el cambio a voz pasiva origina la estructura ‘María es amada por José’. Con el ejemplo anteriormente citado, es posible hacer lo mismo: ‘Pedro la escribió’ / ‘Una carta fue escrita por Pedro’. Esto indica que amar y escribir tienen una transitividad plena y transparente. Se percibe que la persona objeto del amar (María) recibe algo (afecto, cariño) de alguien (José). Y la carta es consecuencia de la acción de escribir. Esta relación de los verbos transitivos con respecto a su objeto no se observa con haber, porque este verbo tiene una transitividad parcial, opaca. Es imposible descubrir que haber transmita una noción que se transfiera al objeto directo muchas personas. Desde la perspectiva semántica, la misma Academia aporta razones para mostrar que el haber impersonal tiene un significado intransitivo. Una de las definiciones que da el diccionario es: ‘Estar realmente en alguna parte’, y se ofrece como ejemplo ‘Había veinte personas en una reunión’. Otro sentido del verbo es ‘Hallarse o existir real o figuradamente’, ilustrado con ‘Hay hombres sin caridad’. Según este razonamiento, resulta comprensible que muchos hablantes digan ‘habían muchas personas’ al pensar que esa oración equivale semánticamente a ‘estaban muchas personas’ o ‘se hallaban muchas personas’. De acuerdo con esta circunstancia, no puede descartarse que, a lo largo de la evolución histórica de la lengua, el uso generalizado termine imponiéndose, convirtiendo en aceptable una forma que actualmente se considera incorrecta.

¿Hay algún error en la oración ‘El profesor le mandó una carta a sus estudiantes’?

Sí. Hay una falta de concordancia entre el pronombre objeto indirecto le y el sustantivo estudiantes al que hace referencia o representa. Habría que decir ‘El profesor les mandó una carta a los estudiantes’. Es comprensible que a muchos les resulte difícil reconocer la correspondencia entre las formas pronominales y los nombres a los que se refieren, porque se trata de una relación sintáctica y semántica bastante compleja, complicada por la distancia entre los dos componentes.

En realidad, la ausencia de /s/ en les no parece producto de una reducción fonética, sino de la falta de conciencia sintáctica por parte del hablante de la relación existente entre el pronombre y el sustantivo. Se sabe que el mismo error es cometido por hablantes de regiones donde la /s/ final se mantiene de manera sistemática. Muchas personas están completamente convencidas de que es le, y no les, la forma correcta correspondiente en este contexto.

Un asunto similar surge con la confusión de las funciones del objeto directo y del indirecto cuando están representadas por una forma inacentuada. Como consecuencia, se transforma una oración como ‘Les conté un chiste a los niños’ en ‘Se los conté’ (por ‘Se lo conté’). En esa oración, el objeto directo de conté (‘lo contado’), es un chiste (masculino y singular) que debe ser reemplazado por el pronombre masculino singular lo y no por el plural los. Pero, como en la oración inicial existe un complemento en plural (a los niños), los hablantes sienten la necesidad de indicar de algún modo esa noción en la oración derivada. Como la forma se (que sustituye a les y, consecuentemente, a los niños) es invariable y no admite una marca de plural, colocan la /s/ en la variante lo, que se transforma así en los.

Orlando Alba

Linguista

Orlando Alba es un lingüista dominicano, socio de Honor de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina, ALFAL, miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y académico correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua. Fue condecorado por el Estado dominicano con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Comendador. Ha sido catedrático de la PUCMM y de Brigham Young University. Su bibliografía incluye numerosos artículos en revistas especializadas y más de una docena de libros que analizan, principalmente, temas relativos al español dominicano. Con motivo de su jubilación, un grupo de colegas reconoció su carrera académica de más de 40 años con la publicación del libro ‘Estudios de lengua y lingüística españolas – Homenaje a Orlando Alba’ (Ed. Peter Lang SA).

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