La presencia de la artista dominicana Melissa Roedán en la IFP Top Resa 2025, de París como embajadora cultural, apoyada por Banreservas, ha generado un eco de sorpresa y admiración.
No es el despliegue habitual de una "figura consagrada" con décadas de reconocimiento; es, en cambio, la apuesta por una voz vital que, para muchos ajenos al pulso del arte visual dominicano, emerge con la fuerza de un descubrimiento.
Roedán se revela como una artista multidisciplinaria que transita con destreza por el paper-art, la pintura al óleo, la escultura y la instalación. Su corpus artístico es una indagación profunda sobre la identidad, la libertad y la auténtica conexión con la naturaleza. Mediante un estilo contemporáneo y distintivo, sus lienzos y volúmenes celebran con intensidad la figura femenina y la autenticidad sin fronteras impuestas.
La crítica especializada subraya que el impacto inmediato de su obra reside en una poderosa atención al color y un riguroso equilibrio visual. Sus piezas son un crisol donde la mezcla de texturas y una composición dinámica invitan al espectador a una cercanía casi táctil, a descubrir capas de detalles inmersivos. Una multiplicidad de elementos dispares, como lo orgánico y lo manufacturado, lo nuevo y lo antiguo, convergen para generar contrastes estéticos riores en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Roedán obtuvo una beca que la llevó a Florencia, Italia.
Allí forjó su técnica durante cinco años en la venerable Academia de Bellas Artes, bebiendo directamente de la tradición del Renacimiento. Su debut expositivo se produjo precisamente en Florencia en 2003, sentando las bases de una práctica que hoy es un puente fascinante entre su herencia dominicana y su rigor académico europeo.
Materia, memoria y compromiso temático
Roedán articula su discurso artístico a través de una paleta material extensa y consciente: emplea materiales reciclados y objetos encontrados, fusionando sin jerarquía técnicas tradicionales con enfoques rabiosamente contemporáneos. Utiliza óleo, pintura, medios mixtos, escultura, y el uso estratégico de cerámica, metales, resina, fotografías y piezas antiguas.

Esta amalgama le permite tejer obras de múltiples capas de significado y sensorialidad, que se nutren del mestizaje cultural. Su trayectoria se erige como un ejemplo tangible de cómo un artista de raíz criolla puede insertarse con vigor en los circuitos culturales internacionales sin que su esencia se diluya.
La solidez de su carrera se ve refrendada por notables premios y laudos, entre los que destacan el Premio del Jurado del Premio Firenze (Florencia) y Mención de Honor en el Concurso Internacional Fiorino de Plata, certamen donde posteriormente conquistó el prestigioso Premio de Oro en la categoría Escultura. Fue por este lauro, la primera dominicana en alcanzarlo. Su visibilidad internacional se extendió con la Mención de Honor en el concurso de la revista italiana Arte, una publicación especializada de referencia.
Con más de 20 años de ejercicio artístico, Roedán ha sabido colocar su producción tanto en República Dominicana como en Italia, evidenciando una evolución formal y temática incesante.
Sus exposiciones individuales marcan hitos en su evolución:
El Principio del Principio (2015): Montada en la Galería de Arte San Ramón, esta exhibición presentó 30 piezas (pintura, fotografía, objetos encontrados, lienzos cosidos, metales, cerámica) en formatos diversos. Los textos críticos de entonces destacaron su “fuerza” y las “composiciones provocadoras de intensas emociones” que lograban cautivar al espectador.
Me llamo Libertad (2017): También en la Galería Arte San Ramón, ofreció 25 obras y una instalación centrada temáticamente en la libertad (de expresión, social, individual) y la condición humana de ser libre, utilizando pintura, papel, madera y cerámica.
Melissa 20, memorias de un recorrido (junio 2025): Montada en el Centro Cultural Banreservas, esta retrospectiva aborda temáticas de hondo compromiso social, como la identidad, la naturaleza, la violencia, el racismo, la incomprensión y el maltrato al entorno. Este enfoque la sitúa en la órbita de un arte comprometido que, más allá de la búsqueda estética, se propone cuestionar, denunciar y sensibilizar. Es un merecido homenaje a sus dos décadas de trayectoria.

Ahora, al sumar a su currículum ser la representante artística dominicana en la IFP Top Resa 2025, Roedán confirma su alcance. Los primeros reportes desde el pabellón de Banreservas señalan que los visitantes se han detenido ante sus obras, cautivados por la profundidad de sus colores, formas y texturas.
Voces de la crítica
Marianne de Tolentino enfatiza la capacidad de Roedán para sorprender en cada nueva propuesta, destacando su juventud y la innovación constante en su técnica. Subraya que la artista ha enriquecido el panorama artístico, tanto nacional como internacional, con una sensibilidad notable y un dominio técnico palpable.
Roberta Fiorini resalta el manejo estético de los colores, la cohesión visual de la composición y la manera en que la artista procesa los sentimientos humanos. Fiorini pone en valor el uso de cerámica, metales y resina, que facilitan una expresión temática reflexiva sobre el contenido simbólico y proyectivo, logrando una fusión armoniosa entre técnicas tradicionales y enfoques contemporáneos.
La convergencia de la crítica es clara: la obra de Melissa Roedán se distingue por su habilidad para fusionar tradición y vanguardia, su compromiso innegable con la identidad y la libertad, y su destreza para transmitir emociones profundas a través de una técnica depurada. Su producción artística se consolida como un referente esencial en el panorama del arte visual contemporáneo.
Pie de foto:
Melissa Roedán, artista multidisciplinaria dominicana, expone Melissa 20 en Top Resa, la Feria Internacional de Turismo, representación de la creatividad y el talento dominicano.
Obras de Melissa Roedán, quien expone actualmente en la Feria IFP Top Resa 2025, de París.
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