Con la creación del Movimiento Renovador Universitario en 1966, como heredero directo de la Revolución Constitucionalista de Abril de 1965, la UASD inició un proceso de renovación profunda, pasando a ser el ejemplo vivo de lo que es la democracia participativa en todas sus expresiones y niveles, con participación activa de los estudiantes -que constituyen el centro de su quehacer-, los docentes que juegan un rol trascendente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, su personal administrativo que realiza una labor de apoyo fundamental en la sostenibilidad de la academia y el liderazgo de sus autoridades, que son quienes tienen sobre sus hombros la conducción efectiva y eficiente de la institución en el día a día y en su perspectiva estratégica.
Con la proclamación de la Independencia Nacional el 27 de febrero de 1844 y el advenimiento de la Primera República, resurgieron las aspiraciones de reorganizar la Universidad de Santo Domingo, aunque los intentos iniciales de 1852 y 1859 fracasaron en poco tiempo.
El 31 de diciembre de 1866, los intelectuales José Gabriel García y Emiliano Tejera crearon el Instituto Profesional, que fue el predecesor inmediato de la Universidad de Santo Domingo en su etapa más reciente. Se iniciaron allí los estudios con cátedras de Matemáticas, Filosofía, Jurisprudencia, Medicina y Sagradas Letras.


En este instituto de educación superior, el apóstol de la educación dominicana, Eugenio María de Hostos, impartió las asignaturas de Derecho Constitucional, Sociología y Moral Social. En el año 1907 asumió la rectoría del Instituto Profesional el Dr. Ramón Báez Machado y en el año 1914, en su condición de presidente provisional, le devolvió a esta institución el nombre original de Universidad de Santo Domingo, de la cual pasó a ser también su rector hasta el año 1924.
y de la Universidad de Santo Domingo, tras su reapertura en 1914.

Figuras estelares de la intelectualidad y la política dominicana encabezaron la rectoría y las diferentes facultades. Entre ellas, los doctores Federico Henríquez y Carvajal, Apolinar Tejera, Jacinto B. Peynado, Salvador B. Gautier, Fernando A. Defilló, Arístides Fiallo Cabral, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, Manuel de Jesús Pellerano, Diógenes Mieses Lajara, Manuel A. Machado, entre otros.
La reabierta universidad empezó de inmediato a expedir títulos de Doctor en Medicina y Derecho, en lugar de la Licenciatura y se reorganizó la facultad de Filosofía y Letras, de la mano del gran humanista Pedro Henríquez Ureña. Las otras facultades eran: Derecho y Ciencias Políticas, Medicina y Ciencias Naturales, Farmacia y Ciencias Químicas, Físicas y Matemáticas.
A pesar de la Intervención Militar Norteamericana de 1916 y sus nulos propósitos de promover la educación superior, en nuestra universidad se continuó haciendo historia, cuando Evangelina Rodríguez se convirtió en la primera mujer graduada en medicina por la Universidad de Santo Domingo.
Con la llegada de la tiranía trujillista al poder, se pretende utilizar como estrategia conquistar a lo mejor de la intelectualidad para ponerla a su servicio, simulando transformaciones, reformas y proclamando un supuesto respeto a las instituciones democráticas. Fue así como intelectuales de la talla de Federico Henríquez y Carvajal, Francisco Henríquez y Carvajal, Max Henríquez Ureña, Pedro Henríquez Ureña, Juan Bosch, Andrés Avelino, Carlos Sánchez y Sánchez, Pedro Troncoso Sánchez, Juan Francisco Sánchez, Francisco Prats-Ramírez, Tomás Hernández Franco, Manuel Arturo Peña-Batlle, Joaquín Balaguer, Ramón Emilio Jiménez, Ramón Marrero Aristy, Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro L. Vergés Vidal, Manuel Antonio Machado, Héctor Incháustegui Cabral y César Herrera, entre otros, fueron cooptados e integrados al Gobierno, algunos de ellos recapacitaron a tiempo y se fueron del país, mientras que otros se constituyeron en intelectuales orgánicos de la dictadura. En el año 1947 fue inaugurada la Ciudad Universitaria, lo que le permitió a la Universidad de Santo Domingo alcanzar mayores niveles de desarrollo, ya que antes funcionaba en un lugar muy estrecho en la Zona Colonial.
Entre el 19 de junio de 1949 y el 14 de junio de 1959 arribaron al país las expediciones de Luperón y de Constanza, Maimón y Estero Hondo, integradas por destacados profesores, estudiantes universitarios y jóvenes solidarios de varios países latinoamericanos, con la intención de derrocar a la oprobiosa tiranía trujillista, la cual finalmente terminó la noche del 30 de mayo de 1961 y tan solo dos meses más tarde, el 13 de julio de ese mismo año nace la Federación de Estudiantes Dominicanos-FED-.
Después de 31 años de terror y control absoluto impuestos por la dictadura trujillista y los cuerpos de seguridad del Estado, la Universidad de Santo Domingo entra en otra etapa. Acosado por las crecientes protestas, el presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer se vio obligado a otorgar la reclamada autonomía de la universidad estatal, a través de la promulgación de la ley 5778, del 31 de diciembre de 1961.
Mediante esta ley, la Universidad de Santo Domingo pasó a llamarse Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- y se le define como un “organismo autónomo, descentralizado del Estado, con amplia capacidad jurídica”. Destacando también, que la academia está protegida por el fuero universitario y su recinto no puede ser violado por autoridad alguna.

El derrocamiento del presidente Juan Bosch en 1963 provocó que dos años más tarde la joven oficialidad democrática y constitucionalista iniciara la Guerra de abril de 1965 por el retorno al poder de este gobierno legítimo y por la vuelta de la constitución democrática del 29 de abril de 1963, sin elecciones. Con un amplio respaldo de los diversos sectores del país, la UASD volvió a jugar un rol determinante en la consecución de libertad y la democracia, ya que profesores, estudiantes y servidores administrativos uasdianos se sumaron militantemente a la lucha contra la ominosa segunda intervención militar norteamericana, ocurrida el 28 de abril de 1965.

En 1966, como una herencia directa de la Revolución Constitucionalista de Abril de 1965, surge el Movimiento Renovador Universitario, el cual fue el resultado de la acción político-académica de profesores, estudiantes y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), mediante la cual se cuestionaron los fundamentos filosóficos, la política, la metodología y la organización de la Universidad que existía hasta entonces, tomando como punto de partida la reforma universitaria realizada en la Universidad de Córdoba, Argentina, en 1918.
Con la puesta en marcha del Movimiento Renovador, la UASD desarrolló una nueva estructura de gobierno universitario, asumió una postura filosófica de identificación plena con el pueblo dominicano, con el método sociocrítico, con el antimperialismo y de puertas abiertas. Asumió una visión, una misión, unos objetivos y unos valores orientados hacia a la democratización interna y a la democratización de la República Dominicana, a la libertad de pensamiento y a la libertad de cátedra, a la implementación de la justicia social, a garantizar la equidad étnica, de género y política, al desarrollo de la solidaridad y los valores ciudadanos y patrióticos.

La institución, impulsada por el Movimiento Renovador, construyó su Estatuto Orgánico, redefinió sus facultades, eligió a su Rector, a sus Vicerrectores, Decanos y Directores de Departamentos Académicos -hoy denominados escuelas-, elaboró todos sus reglamentos tanto académicos como administrativos, definió todos sus procesos docentes, de evaluación del rendimiento académico estudiantil y sus manuales de procedimientos internos.
A partir de entonces, la UASD inició un proceso de renovación profunda, pasando a ser el ejemplo vivo de lo que es la democracia participativa en todas sus expresiones y niveles, con participación activa de los estudiantes -que constituyen el centro de su quehacer-, los docentes que juegan un rol trascendente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, su personal administrativo que realiza una labor de apoyo fundamental en la sostenibilidad de la academia y el liderazgo de sus autoridades, que son quienes tienen sobre sus hombros la conducción efectiva y eficiente de la institución en el día a día y en su perspectiva estratégica.

El Movimiento Renovador fue impulsado por diversos sectores de la intelectualidad progresista, integrada por los docentes Hugo Tolentino Dipp, Tirso Mejía-Ricart, , Jottin Cury, Rafael Emil Kasse Acta, Andrés Avelino García Ramón, Andrés Aybar Nicolás, Julio César Castaño Espaillat, Luis Álvarez Vicioso, Rafael Calventi, Antonio Zaglul, Rubén Suro, Fernando Morbán Laucer, Antonio Ballester Hernández, Marcio Mejía-Ricart, Gustavo de León, Víctor Pizano Thomen, Jesús Álvarez Vicioso, Elsa Vallejo de Saint Amand, José Armando Namís, Pedro Mir, Tulio H. Arvelo, Darío Solano, Jesús de la Rosa y José Espaillat, entre otros; por los estudiantes Amín Abel Hasbún, Virgilio Bello Rosa, Romeo Llinás, Franklin Almeida Rancier, Asdrúbal Domínguez y Carlos Dore Cabral, así como por el empleado Teobaldo Rodríguez.
Desde el momento mismo de su surgimiento y durante su dilatada presencia en la vida republicana, la UASD se ha constituido en una entidad fundamental para la movilidad social en la República Dominicana, ocupando un lugar cimero entre las instituciones que mayores aportes han realizado al desarrollo económico, social, cultural y político del país.

Ese hecho, sumado a la presencia de la academia en casi todas las provincias del país con su Sede Central en Santo Domingo; con 4 Recintos, instalados en Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorís, Barahona y San Juan de la Maguana; con 18 Centros Regionales, 4 Subcentros y 12 extensiones de aulas distribuidas en todo territorio nacional, con una matrícula que supera los 200 mil estudiantes y con un claustro profesoral que sobrepasa los 4 mil docentes activos, le convierten en el eje fundamental del desarrollo, transformación y crecimiento sostenido e integral de la República Dominicana.
A partir de la década del 70, en las gestiones rectorales que lideraron Rafael Emil Kasse Acta, Jottin Cury, Hugo Tolentino Dipp, Guarocuya Batista del Villar, Antonio Rosario, José Joaquín Bidó Medina, Fernando Sánchez Martínez, Franklin Almeyda Rancier, julio Ravelo Astacio, Roberto Santana, Edylberto Cabral Ramírez, Miguel Rosado Montes de Oca, Porfirio García Fernández, Roberto Reyna, Franklin García Fermín, Mateo Aquino Febrillet, Iván Grullón Fernández, Emma Polanco Melo y en la que encabeza actualmente Editrudis Beltrán Crisóstomo, la UASD ha tenido grandes cambios y transformaciones, que le han permitido elevar de forma progresiva su calidad académica, gestión administrativa y niveles de transparencia, al tiempo de consolidar su bien ganado prestigio nacional e internacionalmente.
En las diferentes evaluaciones quinquenales realizadas por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT), la UASD ha cumplido satisfactoriamente con los diferentes estándares e indicadores de calidad que contemplan, al tiempo que se ha planteado la implementación de planes de mejora que le han permitido superar en una espiral ascendente las debilidades detectadas. Como parte de ese proceso de superación permanente, la UASD fue la única institución del país que logró su Acreditación Institucional Internacional con la Red Internacional de Evaluadores -RIEV- en diciembre del año 2015 en Tamaulipas, México, luego de haber sido sometida a un proceso de evaluación por espacio de dos años.
La UASD ha ganado más del 50% de los proyectos de investigación y desarrollo del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDOCYT) del MESCYT desde que fue instituido por la Ley 139-01 del 13 de agosto del 2001; asimismo, como parte integrante de las 11 instituciones de educación superior que tienen escuelas de medicina en la República Dominicana, disfruta de la comparabilidad por tres años (2022-2025) con las escuelas de medicina de los Estados Unidos, lograda por el MESCYT como resultado de la evaluación realizada por el National Committee on Foreign Medical Education and Accreditation (NCFEAM) del Departamento de Educación de los Estados Unidos, que traducido al español significa: Comité Nacional de Acreditación y Educación Médica Extranjera.

Actualmente la UASD está inmersa en un interesante proceso de reforma y transformación universitaria, de rediseño curricular, de desarrollo de las funciones de investigación y el posgrado, donde cerca del 20% de los docentes tiene doctorado y otra cantidad considerable está en proceso de obtenerlo y muchos de ellos han publicado artículos científicos en revistas indexadas.
De igual manera, se ha procedido al establecimiento de una cultura de la calidad en todas sus instancias docentes y administrativas a través de la implementación de un sistema integral de gestión de calidad y garantía de la calidad.
Todo este proceso le permitirá a la UASD avanzar firmemente hacia su modernización, profundizar su fortalecimiento institucional, liderar los procesos de investigaciones sociales, humanísticas y de desarrollo a través del estudio sistemático de la realidad social dominicana, elevar la calidad de sus procesos académicos y de gestión, obtener patentes de invención que les permitan contribuir al desarrollo sostenible de la República Dominicana, al tiempo de lograr una vinculación permanente con la sociedad e intervenir oportunamente en el escenario nacional e internacional en el debate de aspectos clave del desarrollo integral de la República Dominicana y del mundo.
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