La eternidad escrita con tinta humana

Hay libros que envejecen con el polvo, y otros que resisten al tiempo como si respiraran dentro de nosotros.

En el universo de Irene Vallejo, los libros son criaturas vivas: laten, esperan, se renuevan en cada lectura.

¿Hay algo en tu escritura que le deba a la maternidad, no como tema, sino como respiración?

Irene Vallejo, la voz que rescata el asombro (III). El tiempo y los libros

He escrito mis últimos libros a la vez que cuidaba a mi hijo, nacido con graves problemas de salud. En estos años de incertidumbre y angustia en hospitales, la literatura ha sido agua fresca, refugio, ventana abierta y bocanada de brisa.

Al mismo tiempo, esa maternidad en perpetuo peligro me ha ayudado —creo— a nutrir la ternura y el humor, y a liberar manantiales más hondos de escritura.

Desde tu mirada de humanista y narradora que rescata las voces olvidadas de la historia, ¿cómo percibes el linaje literario de las mujeres latinoamericanas y caribeñas —desde Salomé Ureña (República Dominicana), Gabriela Mistral (Chile) y Aída Cartagena Portalatín (República Dominicana), hasta Clarice Lispector (Brasil) o Nancy Morejón (Cuba)— dentro del gran relato universal de la palabra escrita?

Durante muchos siglos hubo escritoras, incluso muy valoradas y leídas, pero al morir su literatura no forjaba tradición, no se estudiaba en las escuelas, ya no era reivindicada.

Por eso, a lo largo de más de un milenio, cada autora parece tener que empezar desde el principio, sin apenas antepasadas.

Estoy convencida de que el esplendor literario actual de las escritoras latinoamericanas y caribeñas es una cumbre que se recordará.

En España se ha sentido como una renovación y un impulso, como un viento que sacudía los lugares comunes, la hojarasca de las inercias y falsedades aprendidas.

El alma del libro

Irene Vallejo, la voz que rescata el asombro (III). El tiempo y los libros

Si el libro físico desapareciera mañana, ¿qué sentiría primero: tu cuerpo o tu mente?

Ambos, porque estoy convencida de que se lee con el cuerpo.

Los ojos, las manos, el pulso del corazón marcan el ritmo de la lectura.

Pero al mismo tiempo, no soy nostálgica: la literatura siempre ha sobrevivido a sus metamorfosis.

Hoy tenemos un abanico amplísimo de opciones para llegar a la palabra, y esa es una gran noticia.

¿Qué ocurre en ti cuando un lector llora con tus palabras escritas?

Irene Vallejo, la voz que rescata el asombro (III). El tiempo y los libros

Escribí El infinito en un junco en un momento personal muy difícil, con mi hijo enfermo y la incertidumbre como única certeza.

Los libros tienen esa capacidad para abrir, incluso en tiempos oscuros, una ventana de alivio, cierto sosiego, rendijas luminosas.

Si un lector llora, significa que hemos compartido la emoción profunda de sabernos vulnerables y, aun así, seguir amando.

¿Cuál es el secreto peligroso que aún guardan los libros y que la humanidad prefiere ignorar?

Nos repiten a menudo que los libros son intrascendentes, casi anacrónicos en este mundo tecnológico.

Pero el regreso de la censura rampante demuestra que no es así.

Leer es un acto poderoso, de independencia y libre decisión.

Los libros siguen siendo peligrosos porque enseñan a pensar, a dudar, a imaginar otra forma de vivir.

Creer en la palabra

Escucharla decir “mientras haya curiosidad y asombro, habrá lectura” es oír una declaración de fe.

Irene cree en la palabra como quien cree en una forma de salvación.

En sus manos, los libros respiran como cuerpos que no se resignan al olvido.

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En la próxima entrega: “La palabra como destino.” Cerraremos este diálogo poético explorando su fe en la belleza, la gratitud hacia los libros y el misterio de la palabra que nos salva.

Danilo Ginebra

Publicista y director de teatro

Danilo Ginebra. Director de teatro, publicista y gestor cultural, reconocido por su innovación y compromiso con los valores patrióticos y sociales. Su dedicación al arte, la publicidad y la política refleja su incansable esfuerzo por el bienestar colectivo. Se distingue por su trato afable y su solidaridad.

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