Para este domingo desde esta columna escribo motivado por la necesidad de abrir un espacio de reflexión sobre el papel de la antropología sociocultural en el Caribe, particularmente desde la perspectiva de la investigación-acción y los enfoques participativos.

He querido traer este tema porque, en la República Dominicana, todavía falta un ejercicio más profundo que coloque la antropología en el centro de los debates culturales, sociales y políticos, explorando sus dimensiones etnográficas y su capacidad de generar conocimiento desde y con las comunidades. Esto lo planteo por las veces que me invitan a espacios de comunicación y cuando hablamos de estos temas lamentablemente los mismos que nos entrevistan no entienden lo que preguntan y eso se extiende mucho más, de eso estoy plenamente seguro.

El Caribe, con su riqueza de tradiciones, memorias y prácticas sociales, nos invita a pensar la antropología no solo como disciplina académica, sino como herramienta para la transformación social. La investigación participativa abre caminos para que las comunidades sean protagonistas de sus propios relatos, y para que los saberes locales encuentren un lugar legítimo en el diálogo con la ciencia. Desde Kalunga, esta reflexión busca contribuir a esa conversación pendiente, subrayando la urgencia de ampliar los horizontes de la antropología en la República Dominicana y, con ello, fortalecer los vínculos entre cultura, identidad y acción colectiva.

La investigación-acción y los enfoques participativos se han consolidado como herramientas fundamentales para el trabajo socialmente comprometido en las Ciencias Sociales. La Antropología Sociocultural, especialmente en contextos caribeños, ha jugado un rol crucial en la generación de conocimientos situados, éticamente comprometidos y socialmente transformadores. Por esa razón estudiamos el territorio caribeño, una región marcada por la diversidad cultural, la desigualdad histórica y los procesos de resistencia local.

La investigación-acción (IA) y los enfoques participativos representan alternativas epistemológicas a los modelos extractivistas de producción de conocimiento. En el Caribe, región atravesada por legados coloniales, sincretismos culturales y luchas sociales, estas metodologías adquieren un valor especial. La Antropología Sociocultural ha encontrado en esta región un campo fértil para la implementación de prácticas investigativas que no solo interpretan, sino que también transforman la realidad social desde las voces de los propios actores.

La investigación-acción y los enfoques participativos

La IA se define por su carácter colaborativo y su orientación hacia el cambio social (Kemmis y McTaggart, 2005). Cuando se asocia con enfoques participativos, se convierte en un proceso de co-creación de saberes, donde la comunidad no es solo informante, sino sujeto activo del conocimiento. En contextos como el caribeño, donde persisten desigualdades estructurales, esta forma de investigación permite visibilizar y valorar saberes históricamente marginados.

Aportes de la antropología sociocultural: Etnografía y diálogo intercultural

La etnografía, como herramienta central de la antropología, promueve una comprensión profunda de los sistemas simbólicos, las prácticas sociales y los imaginarios culturales. En el Caribe, caracterizado por su pluralidad étnica y lingüística, esta metodología ha sido esencial para capturar la complejidad de las identidades locales (Mintz & Price, 1992). 

Recuperación de memorias y saberes locales

La antropología caribeña ha contribuido a la valorización de saberes subalternos, especialmente aquellos vinculados a prácticas agrícolas tradicionales, medicina popular y espiritualidades afrodescendientes e indígenas (Sheller, 2012). La investigación participativa facilita el reconocimiento de estas epistemologías en pie de igualdad con el conocimiento académico.

Crítica a las estructuras de poder y descolonización del conocimiento

Inspirada por los estudios poscoloniales, la antropología en el Caribe ha puesto en cuestión las jerarquías en la producción de conocimiento. La IAP refuerza esta crítica al posicionar a las comunidades como protagonistas del proceso investigativo (Escobar, 2016).

Casos en el contexto caribeño

Diversas experiencias en el Caribe insular y continental muestran el potencial de estos enfoques. En República Dominicana, por ejemplo, proyectos con comunidades campesinas y afrodescendientes han demostrado cómo la investigación participativa puede fortalecer la organización comunitaria y la recuperación de prácticas alimentarias tradicionales. En Haití, Cuba, Puerto Rico y Jamaica, antropólogos han trabajado junto a colectivos locales en diferentes investigaciones desde una perspectiva culturalmente situada.

Desafíos metodológicos y éticos

Aunque la combinación de antropología e investigación-acción tiene un gran potencial, también enfrenta desafíos importantes. Entre ellos se encuentran la tensión entre los tiempos académicos y los comunitarios, la necesidad de construir relaciones horizontales reales y el riesgo de cooptación de los procesos participativos por agendas externas. En contextos caribeños, marcados por intervenciones internacionales, estos retos son particularmente sensibles.

Los aportes de la Antropología Sociocultural a la investigación-acción en el Caribe son múltiples y significativos. Desde una perspectiva crítica, reflexiva y comprometida, estos enfoques permiten no solo entender las realidades locales, sino contribuir a su transformación desde dentro. En este sentido, la antropología caribeña ofrece no solo estudios de caso, sino una ética y epistemología de la colaboración que desafía las formas tradicionales de hacer ciencia.

Con esta reflexión, invito a pensar la antropología como un ejercicio vivo, cercano a la gente, que no se queda en los archivos ni en las aulas, sino que se hace en el territorio, en la memoria y en la acción compartida. De eso es que se trata. Hasta la próxima semana.

Referencias

Escobar, A. (2016). Sentipensar con la Tierra: Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. Medellín: Ediciones UNAULA.

Kemmis, S. y McTaggart, R. (2005). Participatory action research: Communicative action and the public sphere. En N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.), The Sage Handbook of Qualitative Research (3.ª ed., pp. 559-603). Sage Publications.

Mintz, S., y Price, R. (1992). The Birth of African-American Culture: An Anthropological Perspective. Beacon Press.

Nettleford, R. (2003). Caribbean Cultural Identity: The Case of Jamaica. Ian Randle Publishers.

Sheller, M. (2012). Citizenship from Below: Erotic Agency and Caribbean Freedom. Duke University Press.

Jonathan De Oleo Ramos

Antropólogo Social, Investigador, Gestor Cultural,

Jonathan De Oleo Ramos. Correos: jonathan.deoleoramos@gmail.com jdeoleoramos@ccny.cuny.edu Académico e investigador dominicano, doctorando en Educación con orientado a la Investigación, Docencia y Liderazgo. Antropólogo y Cientista Social. Especializado en Antropología de la Alimentación; Políticas Culturales; Ciencias del Folklore; Estudios Afrolatinoamericanos; Derechos Humanos; Periodismo Cultural; Masculinidades y Pedagogía Sistémica. Becario Mellon del Dominican Studies Institute the City College New York, CUNY DSI, como académico, investigador y docente de Studies Afro-Dominican Cultural Manifestations of the Colin Powell School for Civic and Global Leadership. Experiencia en proyectos vinculados a su línea de investigación. Miembro Comisión de Historia, Instituto Panamericano de Geografía e Historia; Federación Mundial de Estudios Culturales y Asociación Internacional de Cultura Tradicional. Autor: Cofradías Dominicanas del Espíritu y Antropología del Plátano, Coautor: La muerte y el día de los Muertos: Una Mirada Antropológica en América Latina.

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