Antes de que la humanidad se diera cuenta de lo que se avecinaba a la vuelta de la esquina, los poetas nos reuniamos de vez en cuando para mostrar nuestras escrituras o compartir nuestras lecturas y de allí salían las más variadas antologías, como la que, en mayo de 2019, publicaría el Proyecto Cultural Sur Santo Domingo.
"Del sur al sur, Antología de Poesía y Cuento"(Editora Búho, 2019) se forjó durante ese tiempo en que abrazarnos y sentarnos muy cerca o hablarnos en voz alta no dependía de tener o no una mascarilla. Fue en la relectura de esta antología, cuando escogí algunos versos que, a mi humilde parecer, son muy elegantes y bien concebidos.
Comienzo la muestra en el mismo orden en que aparecen en dicha antología, con el siguiente:
"Toco la forma latente y húmeda de días perforados
reatravieso el mástil agudo de los sueños"
El poeta Alejandro Santana, quien abre la antología, nos toca de una forma sensible pero áspera. Su insistencia en descubrir lo ya descubierto, desnuda toda vaguedad de la realidad imperante; persistiendo en ese paraíso que ha hecho suyo y que intenta reconquistar una y otra vez:
"…al cielo solo hay que herirlo para que sangre…"
Y ahí es que la huracanada de sus versos embiste a la única soledad que decide acompañarlo:
"Huyes, porque huir es retornar al instante en que nació la angustia"
Por su parte, Bismar Galán, nos lleva a la melancolía a ritmo de Antonio Machado. En su décima, combina la sutileza de la primera etapa en la vida literaria del autor español, con su destreza para engendrar nuevos versos que hacen del poema un duelo entre lo clásico y lo actual:
"El verde me ata a la orilla
con arreos de ternura…"
Es entonces, cuando, desde su poema, "No será agua de mar", la poetisa, Fania Herrera, concibe, desde sus más profundas entrañas, este sensible verso:
"No sé qué decir a mi útero alarmado
ni a mis ovarios sobrecogidos"
El lamento, que desde su alma expresa, sobre la crisis migratoria siria, hace que seamos parte de esta tragedia que nunca deja de ser actual, porque siempre, en toda la historia de la humanidad, la desigualdad nos hace víctima de la miseria que nos impulsa a embarcarnos, a veces, a un viaje sin regreso.
Fernando Fernández Duval, agrega a esta antología su chispa de ensayista y poeta. el autor de "El promotor social", resuena con su canto patriótico, sus pintorescos relatos que verso a verso nos dibuja un pasado que nos engrandece. Se va a lo profundo, como sus viajes a la tierra blanca de Neiba y reposa tranquilamente bajo la sombra de un sol que de repente descansa:
"Fuego que se apaga sobre mi último viaje"
De su lado, el poeta Ike Méndez, nos lleva hacia un viaje, pero esta vez desde nuestra concepción:
"Camino sendas hechas de voces"
Traspasando la adolescencia de una humanidad que envejece y que agoniza:
"Hay sombras que se escriben
donde reina la locura"
Hasta que rompe nuestro semblante con el paso del tiempo y nos recuerda:
"Ninguna palabra permanece habitada"
El siguiente poeta, el profesor Josué Leger Peña, canta, en cada uno de sus poemas, un sueño. Un sueño que va más allá de las fantasías. De esas fantasías que solo se pueden expresar cuando se escribe buena poesía. Leger, nos facilita la búsqueda de buenos versos ya que los coloca como epígrafes que nos señalan el camino a tomar para llegar a lo más recóndito de sus pasionales pensamientos:
"Arrastro solo media vida sin ti."
"Marasmo de ilusiones descolgadas de un toque."
"Toda la vida cabe en un latido."
Entre otros versos, que nos hacen suspirar ante los deseos carnales de lo más natural de la vida: el placer.
Un caso muy especial en esta antología del sur, es la del poeta y narrador, Luesmil Castor Paniagua, que, al igual que Alejandro Santana, son hijos adoptivos del sur, pero no porque los hallan colocado en una balsa para que cruce el rio desde el este, noreste, hasta el sur. No, Luesmil y Alejandro son tan queridos en una u otra región. Estos antologados vates, son de los poetas que más han promovido la cultura y la poesía a nivel nacional. En el caso de Paniagua, su estilo de escribir no lo coloca en ningún regionalismo. Sin embargo, en sus relatos y poemas se adentra a ese realismo que florece en ambos puntos cardinales. Castor es un enamorado en sus versos de amor o de corte social. Deja entrever su cercanía a las humanidades en cada estrofa que escribe:
"Presagio
que las muertas aguas
traen la agonía derretida del vendaval de arcoíris
que arrinconan de colores tu silueta
al desnudo de las miradas furtivas
errante se subleva tu voz"
Y si esos versos nos dejan completamente en silencio, los siguientes nos hacen parar de los asientos y aplaudir vociferando: ¡bravo!
"Es un buen tiempo para amarte
La huida de la luz deja a oscuras la estación de los cuerpos"
"Mujer
amada
desde el mar muerto de tus ojos
se resbala toda
la sal del mundo en un parpadear."
mario de san juan, así en minúscula, es el siguiente poeta que expone una muestra de su poesía. Es quien, junto a los demás miembros del proyecto cultural, coordinó la realización de ésta antología. Como dice en el prólogo, los demás integrantes del consejo editor le pidieron que se integrara a la antología y no era para menos. mario de san juan es dueño de una prosa en verso excelente y lo demuestra:
"En este paisaje nocturno, crece la desolación que me abruma, tu ausencia innombrable, y mi ser tirándole piedras a la niebla ciega que invade la superficie del mar ansiando fugarse a tu lecho, allá, donde moras, en el rumor de la luz derritiéndose en la costa de soñar peces imposibles, figuras de agua, imágenes de viento, la eterna presencia del amor"
En "Carcelero de mí", nuestro siguiente poeta, Nicolás Mateo, hace gala de su profesionalismo como periodista y de su claro conocimiento del manejo de la información. Traslada la realidad de la sociedad hacia su interior mismo, donde desnuda sus demonios. Aquellos mismos demonios que habitan en cada uno de nosotros:
"Me mira el espejo
y mi propia imagen entra por mis ojos"
En el siglo XVI, el poeta inglés John Donne escribió "Ninguna persona es una isla por sí mismo. La muerte de cualquier hombre me afecta porque me encuentro unido a toda la humanidad”. Rafael Emilio Pineda, toma esta frase como epígrafe para su poema "Preguntas del estudiante que lee" y desnuda una realidad que él mismo vivió en cada uno de los países que visitó, que a tantos nos afectó en nuestra isla en una época oscura que muchos quisiéramos olvidar:
"Una tarde
cuando ya moría el crepúsculo
de un invierno que se iba
Orlando Martínez
el iluminado de ojos microscópicos
el que leía a los clásicos hasta en las noches sin luz
fue emboscado en la universidad
Cayó abatido
en el mismo instante en que moría el sol"
El poeta Virgilio López Azuán, publicó en su espacio "Otra mirada" del periódico digital Acento, un artículo acerca del poemario "El humano esplendor" en cuatro entregas, de nuestro penúltimo poeta, Salvador Santana, considerado por el mismísimo Manuel Mora Serrano, como el poeta vivo más importante del sur. En este extenso ensayo se destacan los siguientes enunciados:
(En esta poesía, en la inmensidad hay “sombras que son cadáveres” y la “eternidad” es un “fantasma que cava en sus propias ruinas”.)
("Cabe la filosofía y la antifilosofía, la razón y los delirios, la locura y la muerte, la esperanza y el fin.")
(La poesía se convierte en un acto ético de comunicación trascendente, un acto de creación ético-estético, que necesariamente puede que no tenga que ver nada con la ética o las éticas del propio autor.)
Y es que cuando se recitan versos como los que escribe el poeta Santana no nos queda otra cosa que cuestionarnos si es filosofía o no. Si es inmortalidad o no. Si es ética o no. Lo que sí sabemos es que es una poesía grandiosa:
"¡Oh, almas irreales entre voces reales,
en la corriente de aire opaco
de la vida vacía."
"Lo efímero y lo eterno
en humano esplendor."
Hay versos, que a pesar de su calidad individual, no son lo mismo, si no se recitan en su conjunto. No son individuales. Viven en comunidad con las palabras y con las metáforas. Tal es el caso del poema "No es verdad" del poeta que cierra la parte lirica de la antología, Tulio Cordero, por eso concluyo con este maravilloso poema:
"No es verdad
Nadie llega
después.
Cuando te ví,
tu recogías guijarros verdes
en la noria
para hacerle un collar al alba.
Cuando me viste,
yo recogía moras silvestres
para alimentar
luciérnagas
en el ocaso.
Y cuando te marchaste,
tuvo un nuevo nombre
la noche.
No es cierto.
Nadie
se marcha
antes."
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