Existe un tema demográfico clave que es parte de la estructura industrial en el sector del entretenimiento cinematográfico en Hollywood y es la importancia que posee en el mercado actual el público de 18 a 34 años.
Para entender por qué ciertos actores han ido quedando “fuera del radar” de los jóvenes, utilizamos datos recientes y fuentes para determinar lo vital que significa este segmento y lo primero que se debe definir cuál es el rango de edad realmente importa para la taquilla.
Según estudios de la industria, los adultos entre 18 y 34 años son uno de los segmentos más valiosos para los estudios cinematográficos. En un reporte de GitNux “Film Industry Statistics Global film industry grew amid digital shift, streaming dominates, budgets rise” firmado por Jannik Linder señala que aproximadamente el 45 % de los espectadores estadounidenses en salas de cine pertenecen a ese rango etario.
Además, según el Hollywood Diversity Report 2025 de UCLA, muchas de las películas más taquilleras tienen una audiencia “unweighted” (no ponderada) muy alta en el grupo de 18-34 años.
Por ejemplo, según la fuente, en 2024 los espectadores BIPOC (Black, Indigenous, and People of Color), (Negro, Indígena y Personas de Color) constituyeron la mayoría de los compradores de entradas para las películas más taquilleras que tenían un reparto con más del 40 % de BIPOC.
Además, estos espectadores estaban sobrerrepresentados como compradores de entradas en relación con su porcentaje de la población estadounidense en el caso de las películas que tenían un reparto con más del 20 % de BIPOC.
¿Cómo repercute esto en la aceptación de ciertos actores?
Los estudios apuntan con mucha intensidad en atraer a ese público, porque son quienes más van al cine y además tienen un alto poder de recomendación entre sus pares. Por eso, los actores que ya no están muy presentes en franquicias populares o en campañas virales pueden perder relevancia dentro de ese grupo demográfico.
Los estudios de Hollywood han identificado claramente que este grupo es fundamental para la taquilla, no solo por su número, sino por cómo toman decisiones de consumo (recomendaciones, redes sociales) y por qué tipo de películas quieren ver. Eso empuja una reorientación del star system: no basta con tener estrellas clásicas, hay que resonar con “la generación de TikTok”, las franquicias modernizadas y los hábitos digitales.
Se ha determinado que algunos de los actores más icónicos de Hollywood (hombres y mujeres) que, aunque siguen siendo figuras poderosas e influyentes en el cine, su “fuerza de conexión” con ese público joven, ha disminuido frente a nuevas generaciones de talentos, franquicias virales y una estrategia industrial cada vez más enfocada en captar a ese demográfico clave.
Por ejemplo, Johnny Depp aunque es un ícono del cine, gracias a “Piratas del Caribe”, su presencia en grandes franquicias dirigidas a jóvenes ha disminuido. Además, su imagen pública ha estado marcada por controversias recientes, lo que puede alejar parte del público juvenil que prioriza coherencia moral y reputación social.
En el caso de Tom Cruise este sigue protagonizando películas de acción, especialmente “Misión: Imposible”, pero su base de fans se inclina más hacia generaciones mayores. No suele estar en producciones que apelen directamente a la cultura “viral” o a las subculturas jóvenes (superhéroes, IPs o franquicias nuevas), ni siquiera en productos destinados a las plataformas streaming.
Para Brad Pitt, figura legendaria, ha mantenido películas recientes que apuntan a audiencias más maduras (“dramas”, cine de autor) más que blockbusters teen o “hypeados”. Aunque protagonizó “F1” el tipo de atracción que genera puede no ser el mismo que un joven actor “de moda” para este público.
Conseguir que George Clooney entre en el radar de los jóvenes es aún más difícil. Aunque con una carrera consolidada de décadas, su marca es de prestigio y madurez orientada hacia un público muy adulto, más que satisfacer las necesidades de entretenimiento de una audiencia juvenil y, además, no se le ve en franquicias grandes recientes que capten a esta generación.
Matt Damon, reconocido por su versatilidad, ha estado más presente en proyectos que apelan a un público más adulto o serio (thrillers, dramas). Posiblemente pueda conseguir nuevamente ser atractivo para la audiencia joven después que lo veamos en la más reciente epopeya de Christopher Nolan titulada “La Odisea”, que desde ya ha estado generando grandes expectativas.
Para Ben Affleck, aunque tiene reconocimiento, sus roles recientes y su presencia mediática están más vinculados a su vida personal, más que a ser un imán juvenil. Al lado de este actor está Leonardo DiCaprio que, si bien es un actor muy respetado y sigue actuando en películas potentes, no es necesariamente una “celebridad teen” ni figura en gran parte de las IPs (franquicias) que dominan la conversación entre los jóvenes.
Para Hugh Jackman famoso por haber interpretado a Wolverine en la saga de “X-Men” el único personaje que lo aproximó al universo de público teen, sus trabajos más recientes se inclinan a papeles menos vinculados con las tendencias del cine juvenil.
Un actor enormemente popular, pero algunos eventos de su vida personal han afectado su imagen pública entre ciertos grupos, es el caso de Will Smith quien además de su presencia en filmes masivos ha sido más esporádico, y no ha mantenido un perfil solido para este público.
Actrices alejadas de la atención juvenil
En el caso de las actrices las historias de estas con respecto a su ranking dentro de la industria responden a una combinación de factores culturales, industriales y de consumo mediático. Por un lado, la lógica del star-system sigue privilegiando rostros jóvenes como sinónimo de novedad, aspiracionalidad y mayor presencia en redes sociales, también espacios donde se construye hoy gran parte del prestigio entre audiencias jóvenes.
Además, la industria tiende a ofrecer a las actrices mayores roles menos protagónicos o ligados a narrativas vibrantes, lo cual reduce su visibilidad y conexión con este público. A esto se suma un imaginario cultural que asocia el envejecimiento femenino con la pérdida de relevancia perpetuando una brecha generacional que margina a las mujeres de más edad en la pantalla.
Este es el caso de Julia Roberts quien fuera una de las grandes del cine, pero su auge fue en los 90 y principios de los 2000. Ahora sus papeles más recientes tienden al drama más “clásico” y no tanto a franquicias que movilicen al público joven.
Sandra Bullock muy querida y con buen reconocimiento generacional, pero ya no es “la heroína joven de película taquillera”. Para Meryl Streep definitivamente es un icono actoral, pero representa un tipo de cine más serio, premiado o de carácter, menos orientado al “cine blockbuster”.
Con Nicole Kidman podemos decir que sus trabajos recientes pueden inclinarse más al drama o al cine de prestigio, con menos protagonismo en IPs pop para audiencias muy jóvenes.
Kate Winslet, otrora reina juvenil gracias a “Titanic” (hace 28 años), es similar a Meryl Streep pues su marca es talento y profundidad, más que “estrella pop” para blockbusters.
Para Cameron Diaz, de hecho, retirada de la actuación hace un tiempo, lo que automáticamente reduce su visibilidad en el circuito cinematográfico actual. Y Renée Zellweger posee reconocimiento, pero su presencia juvenil ha disminuido; sus papeles recientes no la colocan tanto como “ídolo joven”.
Charlize Theron es versátil y muy respetada, pero no necesariamente figura de franquicias teen o IPs virales. Quizas “Mad Max: Fury Road” (2015) fue la producción que más la aproximó a esta audiencia.
Angelina Jolie tiene un carisma enorme, pero no está tan involucrada en las sagas más nuevas que dominan la conversación entre jóvenes espectadores. Sí, fue muy potable en sus primeros protagónicos como aquella saga de “Lara Croft: Tomb Raider” (2001) y (2003), pero ahora la historia es diferente.
En el caso de Anne Hathaway, muy talentosa, con papeles fuertes, pero no tiene el mismo “tirón de franquicia adolescente” que muchas nuevas caras jóvenes. Aunque su protagónico en “The Devil Wears Prada” (2006) la colocó en el radar de esta audiencia y posiblemente la mantenga gracias a su segunda parte que saldrá en el 2026.
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